Resumen y sinopsis de Ayúdame, estoy prisionero de Donald Edwin Westlake
Fue a dar a la cárcel por llamarse Cunt. La verdad es que se apellidaba Künt, con diéresis, pero todos le decían Cunt, y eso, para un norteamericano, es difícil de soportar. Cunt estaba marcado por el fácil juego de palabras de su apellido. Ojo por ojo y broma pesada por broma pesada era una peculiar ley del talión, capaz de llevar a Cunt -o Künt- a las situaciones más comprometidas, desde el robo de una dentadura postiza hasta el audaz y violento atraco a los principales bancos de la ciudad.
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