Resumen y sinopsis de Reportaje al pie de la horca de Julius Fucik
Julius Fucik nació el 23 de enero de 1903. Tras estudiar filosofía, en 1921 ingresó en el Partido Comunista e inició su labor de crítico literario y teatral. En los años de ocupación deSu Reportaje al pie de la horca, sacado hoja por hoja de la cárcel y publicado en 1945, adquirió gran resonancia mundial y fue traducido a ochenta idiomas. En 1950, a título póstumo, Fucik recibió el Premio Internacional de la Paz.
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"Has tardado mucho en llegar, muerte. Y sin embargo, esperaba conocerte más tarde, después de largos años. Esperaba vivir aún la vida de un hombre libre: poder trabajar mucho, amar mucho, cantar mucho y recorrer el mundo. Precisamente ahora, cuando llegaba a la madurez y disponía todavía de muchas, muchísimas fuerzas. Ya no las tengo. Se me van agotando."
Testimonio personal del periodista y escritor checo Julius Fučík durante su encarcelamiento en la prisión de Pankrác, ubicada en Praga, durante la ocupación nazi, entre 1942 y 1943. Sus vivencias escritas fueron sacadas, por partes, de manera clandestina y posteriormente recopiladas y publicadas en forma de libro por su pareja Gusta Fučikova, "Gustina", sobreviviente de los campos de concentración.
Fučík hace una relación de su detención, ocurrida de manera un tanto providencial, por la Gestapo junto con otros compañeros; su reclusión en la celda 267 junto a dos prisioneros más, y donde permaneció un tiempo convaleciente producto de las torturas sufridas a manos de agentes de los SS alemanes; relata la polémica delación cometida por "Mirek", la cual derivó en la detención de muchos compañeros de lucha, lo cual dejó en Fučik una amarga decepción: "Un cobarde pierde algo más que su vida. Él ha perdido. Aunque viviese, no viviría ya, porque se ha excluido de la colectividad". Otros datos aportados se refieren a personas particulares como varios de sus verdugos alemanes: Rheuss, Soppa el director de la cárcel, Weisner el enfermero, Smentonz el esbirro, así como algunos aliados, entre ellos Adolf Kolínsky, vigilante checo "infiltrado" al servicio de los nazis pero que se ganó la confianza de varios presos, entre ellos Fučik ("Era un hombre nuestro", reconoció, tanto que "Kolín" fue uno de los facilitadores que ayudó a sacar por partes el manuscrito de la prisión).
Sus notas finales, ante la inminente ejecución que sufriría, se refieren a las previas actividades clandestinas del Comité Central del Partido Comunista de Checoslovaquia, la detención de sus miembros más destacados y el trabajo realizado por varias células en su lucha contra la ocupación nazi.
Un relato que nos acerca a un contexto donde la supervivencia y la aspiración de libertad, vistas desde una posición ideológica específica, buscaron trazar un rumbo de éxito no exento de dificultades y secuelas dolorosas, pero a la vez con la esperanza de un "happy end" (sic), tal como aspiraba el autor al presentir su propio final y cuando acabara la guerra.