En la frontera entre las tradiciones literarias occidental y oriental, Ciclos tiene como primer referente el I Ching (antiquísimo texto sapiencial y oracular chino), del que adopta su estructura. De este modo, Ciclos ofrece sesenta y cuatro reflexiones, de lectura independiente, cada una de ellas compuesta por un breve ensayo (o dictamen) y una narración (o imagen) que se entremezclan en torno a una idea. También en consonancia con la singular filosofía del I Ching, donde el instante interviene como elemento determinante de la lectura, el autor invita a abrir el libro al azar, para que la interacción con el lector proporcione un significado específico, a cada texto, en cada lectura.
En Ciclos se aúnan filosofía y arte, religión y ciencia, como propuestas que conducen a una indagación de la propia interioridad.