Resumen y sinopsis de El adepto de la Reina de Rodolfo Martínez
Érvinder, un mundo que en ocasiones parece la Edad Media, en otras el Renacimiento y en otras el siglo XIX y que vive en un estado de guerra fría entre los Pueblos del Pacto y el Martillo de Dios que se ha prolongado durante veinte años. Una guerra en la que las batallas se libran en la oscuridad y la información es la mejor arma.
Allí vive Yáxtor Brandan, adepto empírico al servicio de la Reina de Alboné, un personaje implacable, amoral y carente de escrúpulos que lucha por recuperar su propio pasado mientras intenta impedir que un nuevo jugador en el juego del espionaje ponga fin al mundo, tal como se conoce.
"El adepto de la reina" es una historia de aventuras, homenaje a las de James Bond, ambientada en un mundo fantástico, y como tal funciona estupendamente. Quizá, sin embargo, sea el apego un poco excesivo a las formas y tics literarios de Ian Fleming, precisamente, su mayor lastre como novela. El pequeño bajón en la nota es, así pues, en el fondo, en alguna medida, culpa del homenajeado.
Recomendable, como las propias novelas de Fleming, para los que (como yo) disfrutan con un poco de violencia, mucha acción, un toque de erotismo y fantasía a mansalva. Conste que mi valoración literaria no es proporcional al disfrute que he experimentado, que ha sido considerable precisamente por estas características afines a mi temperamento. En ese sentido sí se merece el notable.
"El adepto de la reina" es una historia de aventuras, homenaje a las de James Bond, ambientada en un mundo fantástico, y como tal funciona estupendamente. Quizá, sin embargo, sea el apego un poco excesivo a las formas y tics literarios de Ian Fleming, precisamente, su mayor lastre como novela. El pequeño bajón en la nota es, así pues, en el fondo, en alguna medida, culpa del homenajeado.
Recomendable, como las propias novelas de Fleming, para los que (como yo) disfrutan con un poco de violencia, mucha acción, un toque de erotismo y fantasía a mansalva. Conste que mi valoración literaria no es proporcional al disfrute que he experimentado, que ha sido considerable precisamente por estas características afines a mi temperamento. En ese sentido sí se merece el notable.