Resumen y sinopsis de Sobrevivir a un gran amor, seis veces de Luis Racionero
He aquí un libro a medio camino entre las memorias y el ensayo. A modo de manual para saber lo poco que puede hacerse para neutralizar el dominio femenino, como para conocer sus peculiares astucias en su juego con el hombre. Mi única cualificación para escribir sobre ello arguye Racionero- es que he vivido maritalmente con seis de ellas, lo cual me permitió observar ciertos comportamientos que se repetían. Dado que sólo comencé a percatarme de ello con mi cuarta esposa, llegué a la conclusión de que el común de los hombres, que han tenido una o dos esposas como mucho, se van a la tumba sin enterarse de lo que ellas les están haciendo: luz de gas como mínimo. De las mujeres es por tanto un libro de memorias, porque está construido a partir de la experiencia personal, y un testimonio generacional, por que al autor le tocó vivir en España y en los Estados Unidos las épocas de inflexión años 60 y años 70- de las relaciones entre hombres y mujeres, en las que se perdieron los referentes históricos. Impregnado de un impagable sentido del humor, sereno y acerado a un tiempo, este libro se lee de un tirón. El gran bagaje intelectual de Luis Racionero hace posible, asimismo, que al entretenimiento de la anécdota vivida le acompañe siempre la referencia histórica, el contexto cultural, el diálogo con grandes nombres de la tradición intelectual de nuestro tiempo.
Comentarios y opiniones de Sobrevivir a un gran amor, seis veces
Paco OrtegaSobrevivir a un gran amor, seis veces8.5
Yo recuerdo las primeras páginas de este libro como una de las mejores experiencias como lector de los últimos tiempos. Llegué literalmente a la hilaridad. Me lo pasé bomba.
Luis Racionero divide “Sobrevivir a un gran amor, seis veces”, en dos partes. La primera a lo que él llama la teoría. Estamos ante la exposición de las líneas generales de su pensamiento acerca de la naturaleza de las mujeres, y de las diferencias que existen entre el comportamiento habitual de éstas, y el de los hombres. En la segunda nos describe sus seis relaciones afectivas principales, dos de las cuales acabaron en matrimonio. Ni que decir tiene que la primera parte es la destilación intelectual de lo contado en la segunda.
Parece obvio que en este campo de las relaciones de pareja no le ha ido demasiado bien, al menos aparentemente. “El enamoramiento, dice Racionero, es el más alto estado de placer que puede conocer el ser humano en la esfera sublunar. Lo normal, lo inevitable, es que no dure”. Pero añade: “el fracaso hubiese sido seguir casado, aguantando mecha toda la vida. El éxito no es seguir, seguir, seguir, sino tener una relación positiva para los dos. (…). Valga pues, por ahora la hipótesis de que separarse no es fracasar, ni mantenerse triunfar. A veces es peor el remedio que la enfermedad, pero a veces la enfermedad es insoportable y vale más cortar el brazo que dejar que se gangrene”.
Desde esta perspectiva, que comparto al cien por cien, las páginas del libro son un recorrido tan lúcido e inteligente, como seguramente molesto y discutible para muchas personas, y, entre ellas, muchas mujeres. No me cabe duda –incluso el autor no se avergüenza de reconocerlo- que el libro transpira un aroma de desencanto que bordea, y a veces traspasa, la línea de la misoginia. Pero, repito, lo hace desde la brillantez, desde la ironía, desde el respeto. Ya el título me parece sencillamente sublime.
¿Somos iguales los hombres y las mujeres? La pregunta de entrada me parece valiente, y espero que se entienda de manera adecuada. Iguales en derechos, no cabe la menor duda. Pero, esa igualdad se extiende miméticamente a las zonas de la biología, de la antropología, de la cultura? Aquí hay un debate en ciernes que si consiguiéramos realizarlo de una manera civilizada, rigurosa y amable, saldríamos todos ganando. Ellas y ellos. Y libros como éste se convertirían, en mi opinión, en instrumento de trabajo para empezar a debatir.
Para el autor hay diferencias notables, y, en su opinión, tenerlas en cuenta sería lo más sensato por ambas partes.
Como digo, una experiencia. Racionero era para mí hasta ahora un ilustre desconocido. Formaba parte de la nómina de escritores que hasta ahora no me interesaban, y no había ninguna razón para que eso pasara. Desde hoy buscaré siempre sus nuevos libros.
ElbaradoSobrevivir a un gran amor, seis veces7
Entretenida y peculiar visión sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres. Divierte y asombra a ratos. Se lee de un tirón. Recomendable.
Yo recuerdo las primeras páginas de este libro como una de las mejores experiencias como lector de los últimos tiempos. Llegué literalmente a la hilaridad. Me lo pasé bomba.
Luis Racionero divide “Sobrevivir a un gran amor, seis veces”, en dos partes. La primera a lo que él llama la teoría. Estamos ante la exposición de las líneas generales de su pensamiento acerca de la naturaleza de las mujeres, y de las diferencias que existen entre el comportamiento habitual de éstas, y el de los hombres. En la segunda nos describe sus seis relaciones afectivas principales, dos de las cuales acabaron en matrimonio. Ni que decir tiene que la primera parte es la destilación intelectual de lo contado en la segunda.
Parece obvio que en este campo de las relaciones de pareja no le ha ido demasiado bien, al menos aparentemente. “El enamoramiento, dice Racionero, es el más alto estado de placer que puede conocer el ser humano en la esfera sublunar. Lo normal, lo inevitable, es que no dure”. Pero añade: “el fracaso hubiese sido seguir casado, aguantando mecha toda la vida. El éxito no es seguir, seguir, seguir, sino tener una relación positiva para los dos. (…). Valga pues, por ahora la hipótesis de que separarse no es fracasar, ni mantenerse triunfar. A veces es peor el remedio que la enfermedad, pero a veces la enfermedad es insoportable y vale más cortar el brazo que dejar que se gangrene”.
Desde esta perspectiva, que comparto al cien por cien, las páginas del libro son un recorrido tan lúcido e inteligente, como seguramente molesto y discutible para muchas personas, y, entre ellas, muchas mujeres. No me cabe duda –incluso el autor no se avergüenza de reconocerlo- que el libro transpira un aroma de desencanto que bordea, y a veces traspasa, la línea de la misoginia. Pero, repito, lo hace desde la brillantez, desde la ironía, desde el respeto. Ya el título me parece sencillamente sublime.
¿Somos iguales los hombres y las mujeres? La pregunta de entrada me parece valiente, y espero que se entienda de manera adecuada. Iguales en derechos, no cabe la menor duda. Pero, esa igualdad se extiende miméticamente a las zonas de la biología, de la antropología, de la cultura? Aquí hay un debate en ciernes que si consiguiéramos realizarlo de una manera civilizada, rigurosa y amable, saldríamos todos ganando. Ellas y ellos. Y libros como éste se convertirían, en mi opinión, en instrumento de trabajo para empezar a debatir.
Para el autor hay diferencias notables, y, en su opinión, tenerlas en cuenta sería lo más sensato por ambas partes.
Como digo, una experiencia. Racionero era para mí hasta ahora un ilustre desconocido. Formaba parte de la nómina de escritores que hasta ahora no me interesaban, y no había ninguna razón para que eso pasara. Desde hoy buscaré siempre sus nuevos libros.
Entretenida y peculiar visión sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres. Divierte y asombra a ratos. Se lee de un tirón. Recomendable.