Resumen y sinopsis de El prisionero de Zenda de Anthony Hope
Ruritania es un país que un día tuvo problemas a la hora de coronar a su rey. Tal es el punto de partida de el Prisionero de Zenda, y el origen de las novelas, cuyos ingredientes esenciales consisten en aventuras románticas y trepidantes, adobadas de copiosas intrigas y traiciones, y ambientadas en países imaginarios.
El prisionero de Zenda es uno de los libros más importantes del género de aventuras, publicado originalmente en 1894 y que se convertiría en el clásico absoluto dentro de las novelas de Capa y Espada. De gran influencia en numerosos autores posteriores, El prisionero de Zenda ha sido llevada al cine hasta en cinco ocasiones diferentes.
Un clásico que debería leer todo el mundo y una de las mejores historias de aventuras, que además tiene a uno de los mejores antagonistas que he visto, Rupert d'Hentzau.
CRÍTICA: (NOTA: 7,0)
Hubo una gloriosa época de capa y espada. Antes de que la pólvora lo invadiese todo y se quedase para siempre, se miraba de frente a la muerte en los ojos del rival. La sangre salpicaba el rostro, y la vida se escapaba braceando delante de un enemigo inmisericorde. La guerra se hacía de cara, sin asistencia tecnológica ni lejanos disparos de francotirador. Todo se hacía a mano y en persona, los imperios nacían y caían en el entrechocar de sables. El apego a la vida, a la tradición, al respeto, a la camaradería y a las reglas de juego, se acataban entre las propias filas y normalmente entre las del enemigo. Una época al fin, de tirar la piedra y lejos de esconder la mano, sacarla para golpear de nuevo.
Mientras tanto en palacio de urdían y entretejían toda clase de conspiraciones, suspiros de conveniencia, banquetes prefabricados y bailes de máscaras con doble fondo. Las formas aparentemente expiatorias y sus personajes, se alineaban con impostada arrogancia ante la realeza y la nobleza del reino, para tratar lo aparente, pero a escondidas pergeñar el tabú de las conjuras e intrigas más osadas.
En esta refriega de intereses encontrados, es cuando surge la figura del valeroso, (y forzado) protagonista, que asume el deber de una gran causa para timonear el destino de un pueblo que se encuentra al borde de la fractura política y social. Adalid del destino que se le presenta, tendrá que manejar la situación con inteligente estrategia junto con un pequeño reducto de fieles y leales encubridores del ardid. Durante esta descarga de testosterona surge el roce que hace el cariño, pero, ¿será un cariño simulado o real? Son estas dudas y este doble juego los que nos llevarán por los caminos de la perdición o de la gloria…veremos.
El mundo clásico es el pilar en el que aprendemos en el presente, aunque a veces olvidamos de dónde venimos y creamos que somos muy adultos para saber a dónde vamos. En Zenda se desarrolla un micromundo que luego al ampliarse da como resultado las soberbias El señor de los anillos, Juego de tronos, Dune, Los pilares de la tierra, etc, (además de alguna que otra infamia de literatura juvenil). Pero la fuente es la fuente, y aquí se plantean todas estas pasiones. La venganza, la envidia, la usurpación del poder, el desencuentro familiar, y las traiciones palaciegas. En definitiva el crisol de pecados capitales que hace que una sociedad tarde o temprano implosione por su excesos víricos y su avaricia desmedida.
El prisionero de Zelda no defrauda nunca, se auto-impone la responsabilidad de la carga que lleva a sus espaldas, para hacernos ver que en el sacrificio por los demás y por un pueblo, hay una nota de esperanza. Quizá la última.
Un clásico. Novela interesante de aventuras que te recuerda a las narradas por Dumas, por momentos es un poco lenta.
Una novela de espadas a la vieja usanza. Es interesante, aunque el ritmo es algo más pausado de lo que se lleva en la novela actual. Buena opción.
Voy a decir que me dejo una lección moral. No juzgar un libro por su portada.
No comencé su lectura por placer sino por compromiso, a pesar de ser un regalo de mi madre un poco maltratado, cuenta con una historia muy entretenida.
Rudolf Rassemdyll es un joven británico acomodado que pasa su vida sin hacer nada de provecho, intentando llevar una vida sencilla pero entretenida sin hacer caso de los usos y costumbres de la sociedad. Un día decide ir a visitar el reino de Ruritania de donde proviene originariamente su familia, los Elphberg. Una vez allí descubrirá que guarda un parecido casi idéntico con el futuro rey de Ruritania, familiar lejano de Rudolph, y se verá envuelto en una intriga política con los partidarios del rey, los de su hermano Michael el negro y un codiciado trono. Se verá obligado a suplantar al rey y a detener la conspiración que se alza contra él.
Un reino imaginario, una suplantación, unos súbditos fieles, dos mujeres en medio de la intriga y un número de personajes secundarios muy interesantes crean una aventura ligera y entretenida.
Recomendable, me a gustado, sobre todo el final, por la historia de amor.