Resumen y sinopsis de Asuntos exteriores de Alison Lurie
¿Leyó usted alguna vez una novela cuya protagonista tiene 54 años, es bajita, más bien fea, soltera, y es el tipo de persona al que nadie presta atención ? Pues bien, en Asuntos exteriores, la protagonista, Vinnie Miner, es sin duda toda una heroína, y muy convincente por cierto. Esta exquisita profesora universitaria norteamericana, especialista en literatura infantil, viaja a Inglaterra, país al que ama y donde se siente siempre a gusto. En el avión, conoce a un ejecutivo jubilado de Oklahoma, algo patán, quien, con el tiempo, consigue trocar en amor la compasión inicial de Vinnie. Al mismo departamento de la universidad a la que va a investigar Vinnie, llega también el joven y apuesto profesor adjunto Fred Turner, aún inexperto, que no soporta Inglaterra ni a los ingleses, pero que se enamora de una excéntrica actriz de la TV inglesa. Los pasos de Vinnie y Fred apenas se cruzan, pero la trama de sus dos destinos está ingeniosamente entrelazada y sobre todo reserva al lector algunas sorpresas extrañamente perturbadoras.
Asuntos exteriores es un libro que ha envejecido francamente mal. Tanto su historia como sus personajes resultan aburridos hasta el extremo de que conseguir terminar de leer esta novela sea una proeza digna de figurar en el Libro Guinness de los récords.
Alison Lurie era una autora desconocida para mí. Y espero poder olvidarla tan rápido como pueda. Y es que Lurie es una autora sumamente mediocre. Poco original e incluso vulgar en su manera de escribir que, erróneamente, se confunde con un estilo de escritura desenfadado y dinámico. Su prosa resulta pesada, lenta y un tanto densa para el tipo de trama que cuenta. El lenguaje es de lo más llano que puedas encontrar en la literatura. No tiene ninguna chispa lírica o muestra de ingenio pese a que, supuestamente, los dos protagonistas son expertos en Literatura Inglesa. Las descripciones, tan sosas y carentes de vida, como el resto del libro. Y luego están los horribles personajes. Todos ellos, protagonistas incluidos, resultan superficiales, poco atractivos e irritan demasiado pronto al lector.
La historia que narra, Asuntos exteriores, es de lo más simple. Y es que este libro nos vuelven a hablar del trillado tema de las relaciones humanas, desde una perspectiva utilizada hasta la saciedad. Así pues, seguimos a dos protagonistas que nos cuentan su vida. La primera es Vinnie Miner, profesora universitaria que va a Londres, cuidad que le encanta, a documentarse para su próximo trabajo. En el avión conoce a un ingeniero jubilado, Chuck Mumpson, que va de vacaciones a la capital inglesa. Vinnie y Chuck son lo más opuesto el uno del otro. Pero con el tiempo, Vinnie consigue sentir un afecto sincero que acaba transformándose en amor. Paralelamente a esta historia, la autora nos tortura contándonos las peripecias de Fred Turner, joven prometedor del mismo departamento de Vinnie, que también ha ido a conseguir documentación a Londres para un trabajo universitario. Fred, que acaba de separarse de su mujer, lo está pasando mal, hasta que en una fiesta conoce a Rosemary, una actriz de TV famosa, con la que vive un tórrido romance. Y hasta aquí puedo contar sin hacer spoiler a nadie. Las historias de Vinnie y Fred prácticamente no se cruzan y son increíblemente aburridas, sobre todo la de Fred. La trama general progresa muy poco y tan despacio que acaba haciéndose pesada. Y el final, aunque quizás un poco imprevisible, hace gala del statu quo característico de este tipo de novelas. Es decir, en el desenlace no pasa nada y todo permanece como estaba al principio.
En suma, Asuntos exteriores es un libro que no merece la pena bajo ningún concepto. Es una de esas lecturas que no logras comprender cómo es posible que hayan sido editadas o hayan ganado algún premio literario (esta novela ganó el Premio Pulitzer en el año 85). El título es lo único bueno y da una pista de que los únicos “asuntos” que debéis tener con este libro están fuera de él. Haced caso o lo lamentaréis.