Resumen y sinopsis de Leyes de mercado de Richard K. Morgan
La forja de uno de los líderes que controlan el mundo.Zektivs: las nuevas estrellas mediáticas cuyas proezas en la carretera se siguen sin aliento en todos los rincones del mundo. Son los modernos gladiadores de las multinacionales, hombres y mujeres dispuestos a jugarse la vida para defender un contrato en duelos sobre el asfalto.
Richard Morgan extrapola a partir de los vientos neoliberales que azotan la sociedad contemporánea y recrea un futuro próximo donde la globalización ha llegado a sus últimas consecuencias. Hipnótica e inapelable, Leyes de mercado se proclama en ambición y resultados la primera gran novela de ciencia ficción del nuevo milenio.
Un libro de ciencia ficción que al principio de leerlo me parecía que apuntaba maneras, pero que a medida que avanzaba más me aburría. El último tramo de la novela de lo peor...
Este es uno de esos libros que busca más acabar siendo el guión de una superproducción de Hollywood que un clásico de la ciencia ficción moderna. Así ocurre con los duelos a muerte a lo "Mad Max", escenas que difícilmente encajan en la historia sino es buscando un efectismo visual inmediato en la gran pantalla. No obstante, si nos abstraemos de estos notables defectos, nos encontraremos con una historia hasta cierto punto interesante que presenta una sociedad distópica deformada por el capitalismo más extremo, algo no muy difícil de imaginar tras la debacle económica de los últimos años. Los personajes son algo simplones, si bien no desentonan en la dinámica del libro. En resumen, una obra de lectura fácil, que aún estando lejos de los clásicos del género no nos defraudará si no esperamos demasiado de ella.
Es una lástima, pero aunque la novela es entretenida y con un buen ritmo, el resultado final no me gustó. El autor nos describe un mundo futuro ultracapitalista en el que los ejecutivos no solo tienen que ser los mejores en lo suyo sino también los mejores pilotos de carreras para eliminar en las autopistas a sus contrincantes. Y esta es una de las razones por las que no me gusto. En la era de Internet y las comunicaciones instantáneas no veo la necesidad de que los ejecutivos tengan que ser Mad Max en la carretera. A una novela de ciencia ficción no le pido una coherencia total pero si unos mínimos que desgraciadamente no se cumplen esta, que peca además de otro fallo de este genero: Los protagonistas tienen que ser de lo mejor de lo suyo y no solo destacar en un tema o profesión, aquí tienes que ser Fernando Alonso Mad Max y Emilio Botín todo en uno.