Resumen y sinopsis de Sopa de cristales de Jonathan Carroll
El reino de los muertos se construye a partir de los sueños (y pesadillas) de los vivos. Los pulpos conducen autobuses. Dios es un oso polar. Y una autopista atestada de vehículos con-duce literalmente al Infierno.Con sus ficciones surrealistas, que combinan hábilmente lo cotidiano con lo extraordinario, Jonathan Carroll se ha ganado un cuerpo de admiradores fieles. Sus obras, entre las que se incluye El Mar de la Madera, El museo del perro, Los dientes de los ángeles y Manzanas Blancas (las cuatro en La Factoría de Ideas) le han dado un reconocimiento mundial, y diversos premios que corroboran su talento.
Desconcertante como pocos libros que haya leído, Sopa de cristales, tiene como principal aliciente su exagerada originalidad y una fantasía desbocada que te arrastra a la confusión más absoluta. Pero, curiosamente, ambos elementos funcionan rematadamente bien y consiguen engancharte muy rápido.
Ya había leído algún libro anteriormente del autor, Jonathan Carroll, y tengo que reconocer que tiene una imaginación desbordante. Y eso se plasma en un estilo de escritura dinámico y desenfadado, pero siempre correcto. Su prosa fluida y armoniosa, cuenta con un lenguaje pragmático, unas descripciones sorprendentes y llenas de detalles, y unos personajes correctos, aunque no del todo atractivos para el lector que echa de menos algo más minucioso y mejor construido.
Sopa de cristales tiene una trama que cuesta desentrañar de lo disparatada que resulta en ocasiones. Pero, y tratando de simplificar todo el argumento para poder hacer una sinopsis en condiciones, diremos que seguimos a la pareja compuesta por Vince Ettrich e Isabelle Neukor, la cual está embarazada. Pueden parecer una feliz pareja más, pero no lo son. Vince murió de cáncer e Isabelle viajó al mundo de los muertos para traerlo de vuelta. Ahora, el hijo de ambos, Anjo, es el único capaz de luchar contra el Caos, algo que hace que sus padres corran un peligro mortal. Y hasta aquí puedo desvelar. Aunque, aparte de esta trama principal, también aparecen múltiples secundarias: como se construye el mundo de los muertos a través de los sueños, una idea de Dios y del universo, francamente interesante, o como el Caos actúa en nuestra vida convirtiéndola en un infierno en segundos. Estas historias secundarias son realmente entretenidas e intercaladas con la principal, consiguen que no te aburras. Sin embargo, si pasamos a temas más profundos, tengo que reconocer que no he sido capaz de encontrar nada mínimamente aleccionador. Puede que el mensaje se me haya escapado o que, en realidad, no haya ninguno.
El final es bastante decepcionante y un poco confuso. Para empezar resulta demasiado abrupto y precipitado. Hay algunos cabos sueltos, que no sé si se resolverán en próximas entregas, pero que en cualquier caso, te dejan una sensación de pérdida de tiempo.
Definitivamente, Sopa de Cristales, es tan llamativo como su título. Y, como él, resulta una lectura fuera de lugar, aunque sumamente interesante. Aunque prescindible, merece la pena embarcarse en su lectura aunque solo sea por lo original y curioso que resulta. Y, aunque parezca mentira, el nombre tiene un significado. Y es que resulta que “Sopa de cristales” es una verdad universal y trascendente. Lástima que ni nosotros ni el autor, conozcamos el lenguaje de los muertos…