Cuando vi a Natalia tumbada en un mar de libros, cuyo propietario tenía pinta de personaje malversado de Alí Baba y los 40 ladrones, no me llamó la atención, ni quise arriesgarme a un lumbago para repasar sus hojas. Pero, la fortuna, el destino, la estrella del Sur o la señora que vende sopaipillas en Avda. Pedro Montt con Francia quisieron que nos volviéramos a encontrar; ésta vez hubo un intermediario de mejor aspecto quién tuvo la templanza de presentarnos, y fue así:
Natalia: Sé que no te interesa mi aspecto, pero soy barata y tengo uno que otro detalle..
Yo: Vamos a casa, he comprado jugo de naranja al mismo precio...
La sorpresa en casa fue que ella tenía cuerpo, vigor, una mirada tenaz y mucha seducción. Una búsqueda interminable por su figura. Espera violenta por una mirada. Natalia da locura al autor y al lector. La mejor novela chilena que he leído.
Cuando vi a Natalia tumbada en un mar de libros, cuyo propietario tenía pinta de personaje malversado de Alí Baba y los 40 ladrones, no me llamó la atención, ni quise arriesgarme a un lumbago para repasar sus hojas. Pero, la fortuna, el destino, la estrella del Sur o la señora que vende sopaipillas en Avda. Pedro Montt con Francia quisieron que nos volviéramos a encontrar; ésta vez hubo un intermediario de mejor aspecto quién tuvo la templanza de presentarnos, y fue así:
Natalia: Sé que no te interesa mi aspecto, pero soy barata y tengo uno que otro detalle..
Yo: Vamos a casa, he comprado jugo de naranja al mismo precio...
La sorpresa en casa fue que ella tenía cuerpo, vigor, una mirada tenaz y mucha seducción. Una búsqueda interminable por su figura. Espera violenta por una mirada. Natalia da locura al autor y al lector. La mejor novela chilena que he leído.
No pongo un 10 porque me hace dudar del destino.