Resumen y sinopsis de La Eneida de Publio Virgilio Marón
La Eneida, el gran poema épico de Publio Virgilio Marón (Andes, Mantua, 70 a. C. - Bríndisi, 19 a. C.), es considerada como una de las obras emblemáticas de la civilización grecolatina. El poema, que Virgilio no terminó, exalta los orígenes del pueblo romano a través de Eneas, héroe troyano de estirpe divina, y narra sus viajes y las guerras que hubo de sostener para establecer su linaje en el Lacio. La influencia de Homero es evidente y las referencias a la Ilíada y la Odisea, constantes; pero su finalidad concreta era conseguir que los romanos estuvieran orgullosos de serlo, que se sintieran herederos de los dioses y de los héroes que habían forjando su historia nacional, y, sobre todo, exaltar la figura de Augusto como materialización y eclosión del glorioso destino de Roma. A Virgilio nunca le satisfizo plenamente su obra; trató de destruirla y en su testamento prohibió su publicación, pero el emperador Augusto lo impidió.
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Increíblemente tediosa, la Eneida, es uno de esos clásicos que entra perfectamente en la definición de literatura pesada y densa, y que nunca llegas a entender por qué recomiendan. Y es que a la historia liosa se suman un texto complicado de leer y unos personajes para darles de comer aparte. Y eso sin ni siquiera tener el consuelo de una rápida lectura.
Aunque conocía de oídas al autor, Virgilio, nunca me había atrevido a leer nada suyo. Y ahora se la razón. Y es que, incluso si tenemos en cuenta las limitaciones propias de las traducciones, sobre todo cuando son idiomas antiguos, el estilo de Virgilio resulta en exceso pedante y enrevesado. Para ello cuenta con un lenguaje muy rebuscado, pero bien escogido y mejor utilizado, unas descripciones llenas de gran lirismo y poca claridad y una estructura de texto que dificulta mucho seguir la lectura de forma ágil y amena.
La Eneida narra una historia que podría ser considerada como una “continuación” de la gran obra de Homero, la Ilíada. Así que Virgilio nos cuenta a través de Eneas, el protagonista de este relato, la brutal caída de Troya, la huida de la ciudad y sus aventuras por el ancho mar hasta llegar a la península itálica, donde quiere establecerse y, junto con sus compatriotas, fundar una nueva Troya.
El estilo de narración recuerda mucho al de las tragedias griegas y, por eso, puede resultar confuso sobre todo en las batallas, donde el elevadísimo número de nombres despista y abruma, y pueden darse saltos temporales en la historia, más o menos grandes, flashbacks sin señalización y la inevitable presencia de la mitología griega en pleno.
Se le nota mucho que es una obra “hecha por encargo”. Y es que, más allá de la enorme condescendencia del autor al afirmar que los Romanos descienden directamente de un héroe griego, el final resulta trágicamente abrupto y favorable para nuestro protagonista, al que durante todo el libro no hace nada más que halagar, de manera tan exagerada, que acabas tomándole manía.
En suma, La Eneida es una lectura soporífera y a duras penas soportable. Ni tiene la maestría ni el interés de las obras de Homero, en el que se inspira y al que trata de imitar constantemente, sin apenas conseguirlo. Así que no puedo recomendarla más que como somnífero.
La valoración es una media entre las dos partes del libro. Así, la primera parte (el recorrido de Eneas desde Troya hasta orillas del Tíber para fundar Roma) es de lo mejor de este clásico. Es como una segunda Odisea de Homero, apareciendo incluso personajes de esa obra, tal es el caso del gigante Polifemo, los monstruos Escila y Caribdis o un nuevo descenso a los infiernos. Esta parte, por ser distraída, la valoro con un 8. La segunda parte es la guerra entre los troyanos, encabezados por Eneas, y los latinos, liderados por Turno, a la llegada de los primeros a la costa romana. Esta fase de la obra resulta más pesada, con interminables nombres propios entre estas dos facciones y otras que refuerzan la contienda, como los etruscos o los arcadios. La guerra la valoro con un 5, y los paralelismos con la Ilíada aquí son evidentes. De todas formas, un clásico de obligada lectura.
A veces me gusta leerme un libro " clásico”. La Eneida es el clásico de la literatura romana por antonomasia. Tiene una estructura parecida a la Iliada y Odisea de Homero. Aquí el héroe Eneas emprende su periplo para fundar Roma y ser el antepasado de la familia Julia. He leído la versión en verso, lo aconsejo. El latín tiene una estructura sintáctica muy distinta al castellano, mezclando las distintas partes gramaticales y dándoles una sonoridad distinta. Te encuentras el sujeto en medio de una oración y te resulta extraño pero al mismo tiempo original. En el lado negativo, está la gran cantidad de nombres, sin transcendencia argumental, que hace la lectura un poco pesada y aburrida. Pero en aquella época, la mayoría de la población conocían los nombres de casi todos los personajes. Hoy en día conocemos a la mayoría de los futbolistas actuales.
Mágica "Eneida".
Inmortal epopeya romana inspirada en los relatos homéricos.
Aunque por momentos puede ser algo pesada, el ambiente épico que envuelve a la obra es embriagante y el fragor de las grandes batallas no nos abandona nunca. Tenemos a Dido de Cartago autoinmolada por despecho, a la Sibila descendiendo al Averno con Eneas, a los Campos Elíseos, las Harpías, las Furias, el caballo de Troya (y Troya misma ardiendo), Júpiter y los Dioses Olímpicos guiando el destino humano que fatalmente tejen las Parcas, lo vemos a Cerbero (perro infernal que Eneas duerme con opio), sentimos el calor de las espadas homicidas y el de los hornos de Vulcano que los Cíclopes alimentan en profundas cavernas, al dios Eolo abriendo su alcázar de piedra, a naves que también son Ninfas... pero, por sobre todo esto, esta el gran Virgilio, que nos regala hermosas metáforas en cada párrafo y nos revela un mundo de maravillas y un universo de eternos númenes.
Grande, inmortal "Eneida".
Es una epopeya perfectamente narrada y muy poética. Los momentos que más me gustan son aquellos en los que se cuenta una muerte pues están contados de una forma bastante hermosa. Virgilio consigue dotar a algunos personajes de un carácter particular a pesar de que su comportamiento a veces esté regido por la voluntad caprichosa de los dioses. Eneas, se presenta como un auténtico héroe, un guerrero ideal, padre e hijo fervoroso y sobre todo un seguidor de los dioses y sus instrucciones divinas, podría ser más piadoso pero en este libro la de la venganza equivale a ser justo, en muchos casos.
Tal vez sea necesario hacer una segunda lectura para entender todo mejor y también recurrir mucho a enciclopedias e informaciones que permitan conoces mejor todos los personajes mitológicos y los sucesos que se cuentan.
Obra cumbre de la literatura clásica, junto con La Guerra Civil de Julio Cesar y la Ilíada y la Odisea de Homero, desde mi punto de vista las mejores obras clásicas que existen.