Naturaleza muerta, de Víctor Conde
Naturaleza muerta es el último libro del escritor español Víctor Conde que, tras un acercamiento a la fantasía oscura en su anterior novela, El teatro secreto, se adentra en un subgénero muy de moda en estos momentos, el de los muertos vivientes, sin que ello implique que se deja llevar por los clichés típicos ni sin abandonar su estilo, reconocible en cada una de las páginas. No estamos, por tanto, ante un libro de muertos vivientes para adolescent…
Un libro totalmente surrealista y sin sentido, carente de explicaciones de índole alguna sobre los hechos tangibles como místicos; sé que es una novela de género fantástico, pero aun así, la trama no brinda explicaciones coherentes ni claras como para hilvanar un mínimo vestigio de lo que está sucediendo aunque algo se insinúe. Al final no se sabe si la historia termina o continúa, por lo que quizás se planee una segunda entrega donde el autor le dé coherencia y resolución a la trama, aunque esto sería sumamente milagroso. Las historias de los personajes en forma de flashbacks están demasiado saturadas de información innecesaria y a veces hasta inconclusa. La ambientación es buena y en el caso particular del tren, terrorífica. Algo muy rescatable y muy posiblemente lo que me llevo a sentir la novela entretenida, es la prosa y narración de su autor, que no es para nada ligera y si muy vasta y rica, por lo que leería algo más de él.
La sensación que me ha dejado este libro es de una historia poco clara he inacabada.
Es dificil que el subgénero zombi pueda sorprender.
Me esperaba mucho más, no un gran libro pero al menos algo más. Las historias en si de zombies no son demasiado reales, en eso estamos de acuerdo, pero cuando me leo un libro sobre esta temática lo que quiero encontrar plasmado es el miedo o el sufrimiento que puede estar viviendo el o los protagonistas. Cuando las historias se vuelven demasiado "imaginarias" y realmente no se les encuentra ni el pie ni la cabeza, me molesta mucho porque si quisiera algo así me leería otro tipo de libros...
¿Realmente era necesario que se le fuera tanta la olla al escritor a lo Kill Bill?