Resumen y sinopsis de La torre de los siete jorobados de Emilio Carrere
Emilio Carrere, mujeriego, actor aficionado, frecuentador de cafés nocturnos y casas de mala nota, además de experto en ocultismos varios y necrófilo, formó parte -por propia elección- de la excéntrica bohemia madrileña de principios de siglo. Las fuentes literarias de las que bebían tanto él como otros compañeros de viaje se encontraban allende los Pirineos y más aún del otro lado del océano. Unas aguas de oleaje profuso, elevado y espumoso, que se hallaban contaminadas por el modernismo rubendariano, el decadentismo finisecular y la poética simbolista de Verlaine, Mallarmé y Rimbaud. La torre de los siete jorobados, que el propio Carrere había enfocado como folletín de aventuras en el que lo policiaco, lo pseudocientífico y lo sobrenatural se unieran para imitar, con un toque peculiar de humor castizo, a los Leroux, Motta, Le Rouge o La Hire, se alimenta -de forma excéntrica al realismo literario español- de luchas en el medio astral entre voluntades opuestas, de bandas de falsificadores jorobados, de aparecidos y de sabios un poco locos, y hasta de... ¡una ciudad perdida bajo los suelos de Madrid! El lector de esta novela revivirá con ella aquellos días -hoy casi perdidos- de una cierta inocencia literaria y de un más perdido aún sentido de la maravilla.
Vaya sorpresa, es un libro irregular, en algún momento se pierde en la trama. Con estos problemas es un libro muy entretenido, más misterio que terror, con un lenguaje de la época que es una gozada, nos lleva por la zona de Madrid más bonita, el libro parece que lo termino de escribir Jesús de Aragón. No os lo perdáis.
Obra de corte fantástico, la más representativa del autor. Está bien, tiene todo lo que se le pide a una obra de estas característicss: brujos, magia negra, pasadizos secretos, muertes misteriosas, seres esperpénticos... Y todo centrado en el Madrid viejo, algo que resulta una novedad para la época. El humor negro y corrosivo dentro de un argumento sobrenatural también es agradable.
Como bien dice Jesús Palacios en el prólogo, se trata de una pequeña joyita. La novela, no muy extensa, es pura literatura, de la buena, de la mágica. Posee magnetismo, sentido del humor, originalidad y además escrita por un autor español, que nada tiene que envidiar a los autores extranjeros del siglo XIX.
La trama está ambientada en Madrid, y de la mano del protagonista nos llevará a visitar lugares oscuros y tétricos del centro de la ciudad más castizo e imperial. A la novela no le sobra ni una página, resulta muy amena y hasta didáctica.
En mi opinión no se le puede pedir más, sólo el hecho de que obras como esta lleguen a conocimiento de más lectores para que la disfruten y se coloque a su autor en el lugar que le corresponde en el ámbito del reconocimiento y la fama.