Resumen y sinopsis de ¿Acaso no matan a los caballos? de Horace McCoy
California, 1932. Movidas por la pobreza en que las ha sumido la Gran Depresión, miles de personas llegan a la meca del cine dispuestas a luchar por una vida mejor, pero la única alternativa que queda para muchas es participar en los grotescos maratones de baile que, a cambio de siete comidas diarias, alojamiento y breves descansos, prometen sustanciosos premios en metálico. En uno de esos concursos participan Gloria y Robert, y lo que para ambos comienza como una desesperada forma más de ganarse el pan, acaba convertido en una tragedia.
¿Acaso no matan a los caballos? es considerado hoy en día como uno de los grandes clásicos de la novela negra
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Obra brutal y descarnada, ¿Acaso no matan a los caballos? es un retrato despiadado de la América de la Gran Depresión, donde la supervivencia y la moralidad no pueden convivir. Un libro corto, pero impactante y doloroso que retrata el peor lado del capitalismo.
Horace McCoy ha sido todo un descubrimiento literario. Y es que estamos ante un escritor cuya dureza es equivalente al diamante en la escala de Mohs. Sin embargo, como suele ocurrir con este tipo de autores, solo empezó a ser conocido tras la adaptación cinematográfica de esta novela por el director Sidney Pollack. Literariamente hablando McCoy es un escritor de lo más normal, que cuenta con un estilo de escritura un poco vulgar y sencillo. Para ello cuenta con una prosa dinámica aunque desarrollada a medias, un lenguaje coloquial y unas descripciones de lo más básicas, sin elementos sobresalientes o meramente interesantes. Y luego están los personajes. Debido a la extensión no están muy pulidos. Y eso se nota sobre todo en el protagonista, Robert Syverten, una creación literaria incompleta y poco perfilada, pese a que es él quien nos relata toda la trama.
La historia que nos cuentan en ¿Acaso no matan a los caballos? es un poco compleja de explicar. Una historia dura y difícil que no parece tener más razón de ser que la de golpear al desprevenido lector a través de una crítica social angustiante y dolorosa aunque muy acertada. Pero permitidme que haga una pequeña sinopsis antes. En esencia, seguimos a Robert Syverten, aspirante a director, que se ha mudado a Los Ángeles para intentar cumplir su sueño. Son los años 30 y EEUU está inmersa en la peor crisis financiera de su historia. Una tarde tras salir de un estudio cinematográfico sin éxito, conoce a Gloria, aspirante a actriz. Es ella la que le propone entrar en un concurso de baile con un gran premio en metálico si son los últimos en pie. Y aquí es cuando la historia enseña hasta donde llega la degradación moral en tiempos difíciles, mostrándote el contraste entre los extenuados concursantes y el público que no deja de aplaudir y divertirse con el sufrimiento ajeno. Una revisión despiadada y cruel de la ética y la falta de humanidad que siempre han caracterizado al sistema capitalista. Con estos ingredientes no se podría esperar demasiado del final. El desenlace se precipita muy rápidamente dando un trágico giro que no terminas de encajar bien ni cuadra del todo con el resto del libro.
Definitivamente, ¿Acaso no matan a los caballos? es una novela un poco densa y difícil de leer. Y aunque las opiniones radicales respecto a la sociedad y el modo de vida americanos sean magníficas, te da la sensación de que no compensa el tiempo que tardas en leerla. Y es que ya desde el título sabes que te vas a encontrar con un relato distinto que no deja indiferente a nadie, pero que tampoco logra emocionarte en exceso. Dejémoslo, simplemente, en que hay historias que, como los caballos del título, también deben morir.
Novela que plasma de manera inigualable lo que debió ser la Gran Depresión, una época presidida ya no únicamente por una miseria que llevaba a miles de personas a ganarse la vida como buenamente podían, sino por una miseria de tipo moral. Una sociedad donde el delito (muchas veces causado por la pura necesidad) está a la orden del día es una sociedad carente de valores firmes, en la cual son celebrados unos infernales concursos de baile donde el sufrimiento es espectáculo y gana la pareja que más tiempo tarde en desplomarse extenuada, para diversión y regodeo de un público ávido de sensacionalismo y ocurrencias estrambóticas con las que sorprenderse. Los participantes no tienen nada que perder ni a lo que aferrarse, los organizadores sólo le ofrecen al público lo que busca, mientras que la farándula del cine y los comercios patrocinadores son quienes realmente mueven el show. La crítica social llega a todos, y ni las ligas de la decencia tan de la época se salvan. Por otra parte, es curioso como los más genuinos elementos de novela negra cobran relevancia sin parecerlo; hay una muerte, un juicio (los títulos de cada capítulo desvelan la -por otra parte, previsible- resolución de éste), y el largo testimonio de una víctima, que nos permite reconstruir lo sucedido; la historia de un hombre con un cierto idealismo de carácter y de una mujer que encarna la fatalidad... no es entonces difícil resolver la ecuación resultante. Como la vieja que les anima durante el concurso, los protagonistas están solos ante un mundo absolutamente cruel, que no tiene piedad de nadie.
En este concurso de baile había unos cuantos caballos heridos, además de la protagonista, pero parece bastante normal en los ambientes de las novelas y películas americanas. Asumiendo esto, el libro empieza a adquirir valor.
Este es el libro que más destacaría de McCoy. Su narrativa es muy dramática y realista. Es una novela negra de referencia, además de ser un notable ejercicio descriptivo de la sociedad norteamericana. Una sociedad marcada por la ausencia de optimismo e impregnada de miseria y desesperación. Un libro muy recomendable para amantes y no amantes de la novela negra. Un buen ejemplo de literatura de alto nivel.
La historia de la novela nos lleva a la época de la depresión en Estados Unidos, el grado de miseria que se alcanzó en ese entonces fue enorme, las personas hacían lo que sea para poder comer, de esta necesidad nacen los bochornosos e inhumanos maratones de baile lo cual es retratado extraordinariamente por Horace McCoy en esta novela escrita en 1935. Estos maratones de baile consistían en pruebas de resistencia en la que las parejas bailaban casi sin parar durante cientos de horas compitiendo por el premio que se daba a la pareja que quedara en pie (se parece a la novela de Stephen King la larga marcha pero en la vida real), la gente lo hacia también, además del aliciente del premio, por tener durante un tiempo techo y comida.
La novela está narrada en primera persona. Ya desde las primeras líneas conocemos el terrible final del protagonista, el cual por flashbacks nos vamos enterando de los sucesos.
El protagonista es Robert Syverten un muchacho del campo, que a pesar de todas las dificultades es Idealista y entusiasta, su pareja en el baile es Gloria, la cual es diferente totalmente a él, ella ve la vida como un sinsentido y desea hasta morir. Esta obra fue, durante años, la preferida de los existencialistas franceses. Quitando lo deprimente que puede ser su lectura la novela es excelente.
En el año 1969 el excelente director Sydney Pollack llevo la novela al cine ( el nombre en español fue danzad, danzad, malditos) con las actuaciones en los papeles principales de los actores: Jane Fonda y Michael Sarrazin.
La película obtuvo cantidad de premios:
Óscar: Mejor actor de reparto (Gig Young). 9 nominaciones
Globos de Oro: Mejor actor de reparto (Gig Young). 6 nominaciones
NBR-National Board of Review: Mejor película
Círculo de críticos de Nueva York: Mejor actriz ( Jane Fonda).
Puedo decir aquí, para finalizar, que el libro y la película son igual de buenos, reflejando cada uno a la perfección lo dramático y agobiante de los acontecimientos.