Resumen y sinopsis de El niño que no iba a misa de Diego Carcedo
Paralelamente a los terrores del niño, nuestro verdadero protagonista, se sucede un asesinato, la muerte de un maquis a disparos en el monte, hombre que confunden con su tío Arsenio, de viaje para traer de contrabando un saco de harina para hacer pan. Junto a este asesinato, que planea a lo largo de toda la novela, nuestro protagonista contempla las diversas manifestaciones del diablo que se suceden a su alrededor: a la hija del dentista le da un ataque epiléptico, una anciana del pueblo muere a manos de unos asaltantes y él, enfermizo, y con una imaginación desbordante, cree ver al diablo encarnado en un macho cabrío a las afueras del pueblo (de ahí, el título, Las cabras del diablo). El miedo le hará perder la voz, y se negará a pronunciar palabra durante días, así que conoceremos la historia tan sólo a través de su mente, de sus pensamientos y temores. Al final, se dará cuenta de la verdad, aquel macho cabrío formaba parte de un conjunto de cabras que tenían los maquis en el monte: la sugestión, el ambiente mísero del pueblo, el catecismo que lee a escondidas de sus padres (pues son republicanos), la presión del cura y del resto de la sociedad, han creado sus miedos.
Historia que refleja la España de la posguerra, a través de la mirada de un niño de nueve años, que vive en un pueblo norteño. La represión que ejerce la iglesia por medio de un cura "casado" con el régimen y que amenaza a todos, incluyendo al niño protagonista, la guardia civil acechando su padre por tener ideas contrarias a lo establecido, una mujer beata con trazas de bruja que trabaja para la familia, la resistencia "maquis" escondida en los montes y dando algún que otro zarpazo en los pueblos cercanos. El MIEDO con mayúsculas se instala en este muchacho enfermizo y frágil, que cree incluso ver al mismo demonio. En fin, novela entretenida que sin embargo podría haber dado más juego. A mí las cien primeras páginas me han parecido lentas y repetitivas, aunque poco a poco va tomando fuerza, para finalizar bastante dignamente.