Resumen y sinopsis de Checkpoint de Nicholson Baker
La novela más audaz del escritor más original de su generación. Checkpoint convierte al lector en testigo de una conspiración para matar al presidente de Estados Unidos.
Te presento a Jay. Te presento a Ben. Conócelos.
Jay ha quedado con su viejo amigo Ben en una habitación de un hotel en Washington D.C., no lejos del Capitolio. En el transcurso de la tarde compartirán una deliciosa comida y abrirán una botella de vino del minibar. Charlarán de todo tipo de asuntos, como la nueva cámara de Ben, Irak o el desafortunado destino de un pollo en libertad.
Y Jay le explicará a Ben exactamente cómo y por qué está planeando asesinar al presidente de los Estados Unidos de América, George Bush.
Espléndido retrato de la América contemporánea, Checkpoint es una obra controvertida pero muy lúcida que deja una enorme poso de reflexión. Y es que este breve diálogo entre dos amigos de toda la vida trata cuestiones fundamentales que nos atañen a todos, más allá de tener o no la nacionalidad norteamericana.
Nicholson Baker firma la autoría de este breve libro. Confieso que no había leído nada de Baker nunca y, después de esta lectura, creo que me estaba perdiendo mucho. Baker es un buen escritor que cuenta con un estilo de escritura sencillo aunque un poco burdo y ejecutado con gran ingenio. Para conseguir el efecto deseado usa una prosa muy dinámica, desarrollada de forma un poco caótica, un lenguaje con un punto vulgar y cotidiano que seguro que se ha "españolizado" por la traducción y unas inexistentes descripciones. Pero lo más interesante son los personajes. Sin duda alguna, llevan todo el peso de la novela bajo sus hombros. Ben y Jay representan de forma excelente al americano medio y, por extensión aunque salvando un poco las distancias, al ciudadano occidental medio. Si bien es cierto que la construcción de estos personajes no es particularmente brillante, para el tipo de pieza teatral que el autor ha montado es más que suficiente.
Checkpoint o punto de control habla sobre el descontento que la ciudadanía siente sobre los gobiernos, en especial, cuando meten a sus países en una guerra estúpida y absurda en la que la mayoría de las bajas son de civiles inocentes. Así que Jay, un ciudadano hasta ahora respetuoso con la ley, cita a Ben, su mejor amigo, para explicar el plan que quiere llevar a cabo: matar al presidente de los EEUU. A partir de aquí ambos personajes se enzarzan en un interesantísimo diálogo en el que van desgranando las causas que han hecho que Jay tome esa determinación. Usando la historia y la actualidad como punto de partida, ambos amigos nos van hablando de los horrores de la guerra, la corrupción del sistema económico y político estadounidense y de la necesidad de depurar responsabilidades por las numerosas víctimas, que los dos saben, jamás tendrán justicia. Estamos ante un portentoso debate sobre los males que azotan nuestra sociedad moderna. Y sin embargo tengo un par de objeciones a esta pieza teatral. La primera son las referencias. La obra está plagada de ellas, pero como no conozco demasiado sobre la Historia de la América contemporánea, me ha costado seguir el aluvión de datos y nombres. La segunda tiene que ver con el final. El desenlace me parece correcto pero un poco simple. Al final es lo de siempre, un par de ejemplares humanos que viven en el hipócrita mundo de la clase media, arropada y protegida por sus enormes privilegios, capaz de ver el sufrimiento ajeno pero no entrar en acción para ayudar a nadie. Y cuando lo intentan… pues se queda solo en eso, en un intento sin ningún valor o efecto.
Definitivamente, Checkpoint es un libro que sirve para ilustrar lo harta que está la gente común de que la manipulen y la mientan. Pero también nos enseña cómo nos importan mucho más otras cosas como para meternos en el berenjenal de tener que cambiar todo el sistema. El statu quo se mantiene gracias a eso y, por ello, miles de personas sufren de manera injusta. Pero tendremos que esperar hasta que seamos nosotros los que nos encontremos delante de un punto de control, con soldados armados hasta los dientes, para comprender algo por fin.