Resumen y sinopsis de Los mandarines de Simone de Beauvoir
Tras la guerra y el naufragio general que ésta ha significado, la psicoanalista parisina Anne Dubreuilh, ya cercana a los cuarenta años, trata de recomponer su vida. Su marido es un célebre escritor mucho mayor que ella y Henri Perron, su amigo más cercano, vive su plenitud creadora y su obra está a punto de ser aclamada unánimemente por el público. Todos ellos han participado en la resistencia durante la ocupación.
En realidad, la novela comienza con una fiesta en el apartamento de Paule, mujer de Henri, en diciembre del 44, cuando la guerra todavía no ha finalizado. Pronto caemos en la cuenta de que lo que ha comenzado como una celebración no es sino el umbral de un tiempo de nuevos desgarros y crisis. Ahora que la libertad es palpable, casi real, tras un prolongado período de ascetismo parecería natural que el temor y la desdicha diesen paso a la ilusión y a los sueños y que los proyectos largamente aplazados renaciesen con fuerza. Pero nada va a ser tan fácil y, solapadamente, una profunda tristeza se va a instalar en la vida de cada uno de los protagonistas, símbolo del conjunto de la sociedad francesa.
Premio Goncourt en 1954, Los mandarines es indiscutiblemente la novela documental más importante sobre los años de posguerra en Francia y considerada como lectura impresicindible en el movimiento feminista como todas las obras de Simone de Beauvoir.
Ha participado en esta ficha: Aviles
Los Mandarines describe la vida de una parte de la sociedad culta francesa, entorno al devenir de la II Guerra Mundial. Se refleja en esta novela la sombra de Simone de Beauvoir, de su pareja Sartre, de sus amigos, como Albert Camus... Pese a su gran extensión se lee manteniendo el interés y las ganas de continuar en cada página, teniendo en cuenta, además, la gran producción cultural que manó de este grupo de intelectuales.
Anne Dubreuilh es una psicoanalista parisina cercana a los cuarenta que trata de recomponer su vida después del naufragio de la guerra. Su marido es un célebre escritor que le lleva muchos años y está a punto de entrar en la vejez. Henri Perron, su amigo más cercano, jóven y atractivo escritor, vive su plenitud creadora, y su primera obra después de la Liberación va a ser aclamada por el público unánimemente. Todos ellos han participado de un modo u otro en la resistencia durante la ocupación. La novela comienza con una fiesta en el apartamento de Paule, mujer de Henri, en Diciembre del 44, las primeras Navidades después de las jornadas de agosto, cuando la guerra todavía no ha terminado. Pronto caemos en la cuenta de que lo que ha comenzado como una celebración no es sino el umbral de un tiempo de nuevos desgarros y crisis. Ahora que la libertad es palpable y real, tras un prolongado período de ascetismo, parecería natural que el temor y la desdicha diesen paso a ilusión y a los sueños, tanto tiempo acariciados en la dilatada noche de la ocupación, y que los proyectos largamente aplazados renaciesen con fuerza en la perspectiva de su posible realización. Pero nada va a ser tan fácil, de modo subrepticio una profunda crisis se va a instalar en el conjunto de la sociedad francesa y en la vida de cada uno de los protagonistas. Los grandes acontecimientos políticos y los personales van a seguir de esa manera entrelazados, influyéndose, reflejándose y creando conflictos intelectuales y emocionales en la vida de los personajes. Ante la conciencia de estos, sin previo aviso, van a emerger las mil insidias del tiempo, transcurrido engañosamente fuera de la vida cotidiana, sobre todo el remordimiento de estar vivos y de acomodarse tan fácilmente al olvido, la persistente piedad por aquellos que entregaron sus vidas, la inclemencia de los años, los primeros signos del deterioro en los cuerpos que amanecen tras un largo letargo, el desgaste demorado del amor en la pareja, la toma de conciencia de la futilidad de la acción en las nuevas circunstancias sobrevenidas, y también el desencanto de la profesión y vocación de cada uno.