Resumen y sinopsis de La hija del optimista de Eudora Welty
Galardonada con el prestigioso Premio Pulitzer, La hija del optimista es, sin duda, la obra maestra de Eudora Welty. En la tradición de la más brillante novela sureña —de la que forman parte William Faulkner, Truman Capote, Robert Penn Warren y Carson McCullers—, narra la historia de Laurel McKelva, una mujer de mediana edad que viaja a Nueva Orleans para hacerse cargo de su padre, un juez retirado que ha de someterse a una operación quirúrgica. El juez no logra recuperarse, y muere lentamente. Será entonces cuando Laurel emprenda un largo viaje de regreso a su hogar familiar en Mount Salus, Mississippi, llevando consigo el cuerpo de su padre, y siempre vigilada por la segunda esposa de éste, Fay, una mujer orgullosa y más joven que Laurel. En la enorme casa, rodeada de sus antiguos conocidos y de las paredes que la vieron crecer, Laurel ha de enfrentarse a los fantasmas de su juventud y a las deudas del pasado.
Me ha decepcionado, en un momento dado, sobre la tercera parte, me he salido de la lectura. No me ha gustado.
Bonita novela, aunque no termina de profundizar. La ternura con la que escribe la autora me ha gustado. Recomendable.
Decepcionante libro que gira alrededor de Laurel, mujer madura que vuelve al pueblo donde se crió, su padre que va a ser operado y los conflictos con la segunda mujer de éste. Carece de ritmo y de interés
Novela tan maravillosa y pequeña, como las cosas cotidianas que hacen que nuestro día a día sea perfecto, La hija del optimista ha sido todo un descubrimiento. Es corta y su trama silenciosa y edificante pueden llevar al error de que es una novela intrascendente y prescindible. Nada más lejos de la realidad. Estamos ante la definición de un buen libro.
Eudora Welty es una magnífica escritura. Es capaz de dotar el ritmo y dinamismo necesarios para enganchar totalmente al lector, a la vez que recrea el lento discurrir de las horas en su historia. En ese aspecto me recuerda mucho a McCullers, ambas brillantes en lo que a controlar el tiempo narrativo se refiere.
Welty también muestra una enorme destreza con las descripciones, tanto de hechos como de objetos, en los que destaca una enorme capacidad para arrastrar al lector a momentos surrealistas, sin perder el hilo del relato. Pero son, sin duda alguna, los personajes donde la autora demuestra todo su talento. Con solo tres "actores" principales, bien construidos y definidos a la perfección, la autora nos lleva a través de un cuento, más cercano al delirio onírico que a cualquier realidad posible. Aunque, y de forma notable, la pluma de Eudora Welty, consigue dar verosimilitud y realismo a todo el conjunto.
La historia enfoca un periodo, especialmente doloroso, de la vida de Lauren McKelva, artista de 40 años que vive en Chicago. Ante la muerte de su padre, la presencia, siempre irritante de Fay (segunda esposa del juez), y el fantasma asfixiante de su madre, Lauren debe ir desvelando sus emociones y pagar todas las deudas del pasado, para poder mirar hacia adelante. En esta especie de ritual de "purificación", por el que todos pasaremos a lo largo de nuestra vida, es donde la novela despliega toda su fuerza, hasta un final triste, pero honesto, emotivo y, por supuesto, tan abierto como cualquier historia real lo sería.
Definitivamente, la hija del optimista, es una de esas pequeñas joyas que siempre pasan desapercibidas, aunque su lectura impacta en el corazón del lector, donde perdura mucho tiempo.
No es una gran obra, y no me extraña que poco haya trascendido a pesar de haber ganado el Pulitzer. Está bien escrita y tiene uno de los personajes más interesantes de la literatura, la siempre inoportuna Fay. Es una novela sencilla sobre una mujer que aprende a lidiar con su pasado para poder seguir adelante en la vida. Es una lectura amena y agradable, pero nada del otro mundo.
Quizá no he leído el libro con la atención que merecía, culpa mía. Pero aún así no me ha parecido tan especial como lo pintan.
Laurel regresa a Nueva Orleans para hacerse cargo de su padre que fallece tras una operación.
Lo que le queda, es recoger la casa, llena de recuerdos, emocionales y físicos. El mejor resumen de la novela es que mientras viva el recuerdo se le podrá dar el trato que se merece. Lo material queda en segundo plano.