Resumen y sinopsis de Casa de muñecas de Henrik Ibsen
Nora se cree felizmente casada con Torvaldo. Llevan ocho años de casados y tienen tres hijos. Además, Torvaldo Helmer asumirá en el año nuevo el puesto de director de un banco. Todo parece perfecto, pero Nora guarda un secreto. Así se lo confiesa a su amiga Linde. Años atrás, su esposo estaba a punto de morir. Debía cambiar de clima, pero económicamente les era imposible pagar un viaje. Nora le hizo creer a Torvaldo, quien ignoraba su propia enfermedad, que su padre, agonizante, les había dado el dinero. En realidad, Nora lo había tomado prestado de Krogstad, el procurador, y para hacerlo, Nora falsificó la firma de su padre muerto.
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"HELMER.- Ante todo, eres esposa y madre.
NORA.- No creo ya en eso. Creo que, ante todo, soy un ser humano, igual que tú..., o, cuando menos, debo intentar serlo."
La más reconocida de las obras de Ibsen, con una trama conyugal que, dada la época, sorprende al trastocar los convencionalismos sociales del matrimonio desde una visión femenina, encarnada en la protagonista Nora Helmer, quien parece asumir los preceptos de esposa y madre "como Dios manda". Sin embargo, un secreto relacionado con su marido Torvaldo desvelará poco a poco el verdadero sentir de Nora respecto a su propia vida, su deseo de "educarse a sí misma", la búsqueda de una liberación personal a costa de sacrificios, aún los hogareños, y desafiando la noción de "muñeca" (hoy día mujer-objeto) que solo está para complacer los sentidos de un mezquino y superficial esposo.
Dinámica, con diálogos inteligentes, gestos sutiles y un nivel de drama que se "cocina" de manera adecuada conforme transcurren los tres actos de la obra. Personajes notables con Nora y Torvaldo Helmer a la cabeza, junto a buenos secundarios como el antagonista Nils Krogstad y Cristina Linde, amiga y confidente de Nora.
Una anticipación al realismo contemporáneo de las relaciones de pareja, con ciertos rasgos de vigencia en algunos elementos, sobre todo desde la óptica de la mujer y su anhelo de espacio y libertad, esperando "el mayor de los milagros"...
La obra se estrenó en 1879 en el Teatro Real de Copenhague y hoy nos resulta especialmente interesante por el reflejo del matrimonio y del papel de la mujer en la época y por la actitud subversiva de esa mujer que decide ser persona, imponer su respeto y tomar sus decisiones, dejar de ser muñeca grande. Sobre todo, creo que impacta al darnos cuenta que 150 años después aún nos queda mucho camino que recorrer. La lectura me ha gustado y decidido a ver una representación de la misma.
Casa de muñecas es quizás la obra teatral más conocida de Ibsen por sus tintes feministas: algo inédito y plausible para la época. El caso es que di con ella rebuscando en las estanterías de la biblioteca del instituto, era una edición ya bastante vieja de Espasa Calpe en la que se recogían esta y El Pato salvaje.
Cuando la leí me pareció bastante corriente y desenfadada, pero después de dejar reposar mi lectura y leer algunas críticas comprendí su importante trasfondo.
Me gustó. Si bien es cierto no estamos ante una obra profunda ejecutada con maestría, Casa de Muñecas fue una obra revolucionaria en su tiempo, calificada como pro feminista, que sigue vigente en el nuestro.
Me la leí en mi época de estudiante en el instituto y la verdad es que me quedé igual al leerla. Los personajes no me parecieron muy atrayentes, con esos líos de firmas y burocráticos que no me dijeron nada.
Interesante obra de teatro.
Una obra de teatro muy bien ejecutada y que, a pesar de estar escrita hace más de un siglo, creo que conserva cierta actualidad, lamentablemente (y digo lamentablemente porque la decisión que toma Nora, en pleno siglo XIX, aún debería ser tomada por muchas mujeres de nuestra época).
Se ha dicho que la obra es "pro-feminista", pero creo que este mote hoy podría sonar un poco ideológico y por lo tanto desmerecer el alcance de la misma; preferiría por el contrario decir que es una excelente reflexión sobre la posición de la mujer en la sociedad actual, en particular: en la familia, el trabajo y el matrimonio.
Teatro del bueno.
Al empezar a leerla, esta obra me pareció pueril y totalmente desfasada, casi la dejo sin acabar. Sin embargo, la cosa da un giro en las reflexiones finales de la protagonista que me han parecido muy interesantes. Es cierto que la mentalidad masculina ha evolucionado, que la trama que plantea el libro difícilmente se daría en nuestros días (en la sociedad occidental, al menos) pero... cambiando los diálogos, modernizándolos, creo que sería perfectamente aplicable: todavía hoy, creo, algunas mujeres pasan de la tutela/ dependencia de los padres a la tutela/ dependencia del marido o compañero sentimental y siguen ocupando una posición inferior a la que les corresponde.
Me resultó decepcionante su lectura. Me pareció una obra casi pueril, y me llamó la atención la superficialidad e inmadurez de todos los personajes así como la gravedad que se les asigna a hechos casi triviales. Realmente me pareció una obra absolutamente menor, no alcanzo a comprender por qué es un clásico.
Ubica el rol de la mujer en ese tiempo, como obra de teatro debe ser muy buena, pero ahí se cuenta con la capacidad histriónica de los actores. Leído como libro es poco atractivo y flojo.