Resumen y sinopsis de Sangre en el desierto de Robert E. Howard
Aunque la mayoría de lectores asocian a Robert E. Howard con sus personajes más conocidos —el rey atlante Kull de Valusia, el bárbaro cimerio Conan, el rey de los pictos Bran Mak Morn, el puritano Solomon Kane— su producción literaria fue muy variada y extensa y no hay que dejar de lado a otros héroes y heroínas —Francis Xavier Gordon El Borak, Kirby O'Donell, Dennis Dorgan, Steve Harrison, etc.—: guerreros, aventureros y espadachines de ambos sexos que, surgiendo de la fértil imaginación del autor y llenos de vida merced a su hábil pluma, contribuyeron a conformar, ampliar y consolidar el universo howardiano.
La narrativa creativa de Howard se extendió, en mayor o menor medida, dependiendo también del género o la aceptación de los editores y lectores de la época, hacia el ámbito policiaco (detectives de lo oculto y sobrenatural), del oeste, el boxeo, el terror gótico, el horror cósmico, los relatos escabrosos de trasfondo erótico, de humor, la novela histórica (siguiendo el perfil de la obra de Walter Scott), las historias orientales y los relatos de piratas.
No ha de extrañar esto al lector, puesto que la productiva imaginación y formación literaria autodidacta de Howard supo beber de la fuente de autores muy distintos que aportaron su esencia para la creación del estilo y entelequia tan personal de Howard.
El mar y los marinos fueron siempre una constante en la imaginación de Howard; baste recordar las historias de Cormac Mac Art o la época de pirata del mismísimo Conan al lado de la hermosa Bêlit, la Reina de la Costa Negra del continente hyborio. Fruto de esto y de un afán por llegar a nuevos lectores Howard escribió las historias de nuestros héroes de hoy, todos ellos personajes al más puro estilo Howard, plenos de fuerza bruta y valor, que se mueven en un marco de acción donde se entremezclan los mares exóticos con los desiertos más ardientes.
En estos salvajes parajes los personajes de Howard luchan contra la muerte y la traición que les acechan y la barbarie más primitiva convive con la sexualidad más vehemente.
No soy muy dado a las historias del Oeste, pero esta narración me ha gustado bastante. Hay enfrentamientos entre pistoleros en los cuales el autor sabe dosificar la tensión del momento. Un cara a cara de dos pistoleros que sienten puro odio entre ellos es algo que hace que nos quedemos pegados a sus páginas. Y si encima el final es sorprendente, mejor que mejor.