Resumen y sinopsis de Las mil y una noches de Anónimo
Cuentos maravillosos, fábulas de animales, historias de amor, relatos de crímenes, narraciones picarescas, literatura de viajes, cuentos de carácter didáctico, novelas de caballería, etc., son sólo algunos de los materiales que forman el texto íntegro de Las Mil y Una Noches, uno de los libros más maravillosos de la literatura universal. Julio Samsó ha incorporado a esta antología, de la que también es traductor, las muestras más interesantes del mismo, entre las que no pueden faltar los viajes de Sindbad el Marino, así como otros relatos llenos de prodigios, exotismo y sabiduría oriental. Esta obra es un clásico de las letras universales y ha sido adaptada al cine en numerosas ocasiones.
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La antología de cuentos por excelencia, Las mil y una noches, es un libro que acaba resultando pesado y difícil de leer. Su enorme extensión y lo proclive que es a repetirse tampoco ayudan a aligerar una lectura densa que te deja una enorme sensación de pérdida de tiempo y cierta decepción si, como yo, disfrutas con los cuentos.
Como todo el mundo sabe este libro es anónimo. Es decir, no se conoce quien fue el autor, aunque yo voto que fueron más de uno. De todas formas, el libro parece estar escrito de una manera muy similar, fenómeno que no estoy muy segura de si se debe a la traducción o es realmente así en la versión original. Respecto a la calidad literaria del mismo puedo decir que el estilo en el que está escrito es sumamente elegante aunque bastante redundante. Esto lo consigue gracias a una prosa lenta aunque muy bien desarrollada, un lenguaje de gran belleza lírica y unas descripciones fascinantes, llenas de imágenes que te trasladan dentro de las historias por su colorido y su riqueza en detalles y matices.
Los personajes, como las historias, son muy diversos, aunque tienen una serie de características comunes. Para empezar todos (o casi todos) son hombres, bastante jóvenes y con una bondad que, en ocasiones, les hace parecer tontos de solemnidad. Muy religiosos y respetuosos con las tradiciones islámicas, pero profundamente supersticiosos. Muchos son inteligentes. Y aquellos que no lo son suplen sus carencias con suerte y algún que otro efrit que les ayuda. Son, en definitiva, el prototipo clásico de un personaje de cuento y, por tanto, vacío y superficial, sin más trascendencia que la de pertenecer a una historia que siempre empieza por "había una vez…" o fórmulas similares.
Perteneciente a la cultura popular, la historia de Las mil y una noches, es de sobra conocida. Aunque en realidad, el libro se puede dividir en dos grandes partes. La primera constituye la historia principal, la de Sherezade, hija del visir, que se casa con el sanguinario sultán y evita su muerte cada noche contándole una historia inconclusa. No esperéis demasiado de esta parte. Sherezade, pese a su enorme importancia, solo aparece al principio y al final del libro. El resto del tiempo se presupone que ella es la narradora, aunque no hay confirmación. La otra parte está formada por el grueso de cuentos que nos van narrando a lo largo de las páginas. Y es aquí cuando se pone la cosa interesante. Para empezar, casi todos los cuentos tiene nexos de unión. La estructura es muy similar en todos ellos. Así que a lo largo de todo el libro tenemos protagonistas demasiado bondadosos, villanos egoístas, demonios de todas clases, magos, reyes, sultanes, animales parlantes, artefactos mágicos y mujeres hermosas sin más función que la de adornar. Al final, el bien siempre triunfa frente al mal y nuestros protagonistas suelen salir muy bien parados. Las tres historias más famosas son: los viajes de Simbad el marino, Aladino y la lámpara maravillosa y Ali Baba y los 40 ladrones. A decir verdad, estas versiones originales son más largas y decepcionantes que las versiones conocidas. Y con todo, incluso estás historias siguen el esquema y terminan de manera similar a las demás.
En suma, Las mil y una noches es un libro que pierde muy pronto su esplendor y se revela como una serie de historias repetitivas y confusas a las que cuesta coger el hilo. Y es que la disposición tipo "cuento dentro de otro" despista tanto al lector que llega un momento que ya no sabes dónde estás o a qué personajes sigues. A pesar de eso este libro tiene un exotismo clásico muy interesante pero insuficiente a la hora de engancharte a él. Y es que ya me ha costado soportar una noche, como para aguantar mil más...
Pretender hacer un comentario crítica sobre una de las obras literarias más importantes de la historia de la humanidad escapa a mis pretensiones, por muy henchido que pudiera tener el ego.
Desde el más reverencial de los respetos hacia ‘Las mil y una noches’, pues, me permito la osadía de referir aquí mi experiencia personal, y por tanto totalmente subjetiva, al leer los relatos encadenados de Sherezade.
Para empezar, diré que es una de esas lecturas que llevaban en mi lista de ‘pendientes’ desde tiempos inmemoriales. A menudo, el proyecto de leer clásicos universales se queda en eso, en un proyecto que realmente queremos cumplir, pero que luego nunca nos animamos a abordar. En el caso de ‘Las mil y una noches’ es imperdonable que la pereza intelectual nos amilane, ya que lejos de ser una obra densa y exigente, es un divertimento de primera magnitud. Es una de esas raras veces en que pueden conjugarse dos conceptos a menudo enfrentados: inspirar literatura clásica de alta talla y pasar las páginas con ligereza. ‘Las mil y una noches’ es uno de esos relatos que se pueden leer sin necesidad de silencio alrededor, porque las diversas tramas atrapan con gran sencillez. Y eso, desde luego, no formaba parte de mi plan cuando finalmente me decidí a leerlo.
De hecho, quizá mi error con esta obra se ha debido, precisamente, a la enorme sorpresa que experimenté cuando fui leyendo sus primeros capítulos. Sabiendo que era un compendio de historias, había decidido leerlas poco a poco, alternándolas con otras novelas. Así hice, por ejemplo, con los cuentos de Edgar Allan Poe, y me pareció una sabia decisión. Pero claro, empecé a disfrutar con las primeras narraciones de Sherezade, me enganchó la original idea de encadenar historietas una tras otra, siendo independientes pero dándose paso unas a otras, y decidí tirar adelante con ‘Las mil y una noches’ como si fuera una novela normal, consumiéndola de principio a fin. Visto con perspectiva, creo que fue un error, porque la capacidad de disfrute se va menguando, no tanto porque decaiga el interés de las fábulas que desfilan antes mis ojos, sino porque mi mente se acomoda y se va saciando. Recomiendo, pues, organizarse la lectura de esta obra a saltos, leyéndola intercalada con otras novelas que te devuelvan a una literatura más estandarizada, con lo cual cada vez que vuelvas a caer bajo el influjo de Sherezade esté la llama plenamente ardiente.
Lo que tengo clarísimo es que resulta imposible lamentar el tiempo invertido en leer ‘Las mil y una noches’. Lo pasarás bien, te asombrará la desbordante imaginación de quienes idearon estas historias, te empaparás de una cultura tan especial como la musulmana (más allá de lo religioso), irás topando con auténticos mitos de la historia de la literatura como Simbad el marino, Aladino y su lámpara maravillosa o Alí Baba y los 40 ladrones, y cuando llegues al final habrás incorporado a tu bagaje lector una obra magna, ensanchando tu cultura general y tu sensibilidad. ¿Acaso puede invertirse mejor el tiempo?
Uno de los más heterogéneos conjunto de cuentos que existen en la literatura universal (si no el que más), forzosamente debe provocar que unos nos gusten más que otros. Y es lo que me ha ocurrido. Los mejores sin duda para mí son los que abordan los viajes de Simbad el marino y algunos relativos al amor más allá de la muerte. En ellos los protagonistas se enfrentan a animales fantásticos, lo cual me gustó. También la aparición fantástica de los "ifrits"(especie de genios gigantes que vuelan) posibilitó que me asombrara. Pero desgraciadamente muchos poseen similar tono, pues tratan o bien de sultanes o califas o bien de sus hijos y esposas, con enredos familiares que en el cuento cien ya puede hacerse algo pesado. Igual que las riquezas y los palacios que se describen, cortados también por un patrón similar (y son más de mil noches de cuentos). Recomiendo pues compendios resumidos.
Ejemplar. Lo que uno espera encontrarse cuando se aventura con un clásico como el presente. Nada que desestimar. Aunque como siempre, unos relatos mejores que otros. Personalmente me gustaron más los relacionados con Simbad el Marino.
Recomiendo leer la versión íntegra, la que incluye todos los relatos y todas la noches.
Increíble la cantidad de relatos, y lo diferentes que son algunos de los otros.
Una obra que merece ser leída. A través de una historia central y muy intensa, nos transporta por grandes cuentos, que hacen que uno se interese cada vez más por lo que está leyendo.
A este famoso libro lo leí hace ya muchos años. Supongo que la traducción habrá ayudado (sé que hay más de una desde el árabe, al menos las de Burton y Mardrus), aunque no recuerdo el nombre del traductor. Lo cierto es que viajé en camello, trasnoché con Harún al Raschid y me sorprendí con los relatos fantásticos. Uno queda efectivamente enganchado, como el príncipe, y quiere saber cómo sigue la cadena de relatos, siempre interesantes. Una joya de la literatura universal.
Esto es lo que yo llamo una obra de excelencia, te lleva de una historia a otra, transportándote casi sin darte cuenta por un camino de emociones que cambian al ritmo de tu lectura, un libro sencillamente maravilloso.
Preciosa recopilación de relatos, cuya protagonista, Sherezade, narra de una forma atrapante. Hija de un visir que mantiene, noche tras noche en vilo, al sultán gracias a sus "cuentos"... Cuentos que se entrelazan y te dejan con la curiosidad por conocer el desenlace de uno y el devenir del siguiente. A mí, personalmente, me encanta.
Un gran libro, te lleva de una historia a otra y otra y cuando te das cuenta ni siquiera puedes estar completamente consciente de cuantos narradores te lo cuentan, esto lo digo como un trabalenguas pero es la verdad, todas llenas de misticismo, superstición y magia, mucha magia y no debemos olvidar que todas las contó esa lista reina que a base de puros cuentos se gano el corazón mas exigente y necesitado de todas esas arenosas tierras orientales.