Resumen y sinopsis de No hay semáforos para los pumas de Julián Ibáñez
Un servidor de ustedes, Cruz Fierro, veintidós años, aficionado a piropear a las mujeres en la calle, trabajaba por aquel entonces en el puerto. El trabajo era sencillo. Pero como soy propenso a verme envuelto (sin ninguna culpa por mi parte) en los más asombrosos enredos, no me extraña nada que aquella preciosa morenita me hiciese correr tantos riesgos para recuperar su dichoso puma.
Ha participado en esta ficha: Polyta