Resumen y sinopsis de La condición humana de André Malraux
Histriónico, único en serlo entre los personajes de una novela cuya única endeblez es —Gide dixit— su exceso de inteligencia, corresponde a Clappique dar con la clave esencial de La condición humana. Que el juego sea éste, trivial, de la ruleta ante la cual Clappique se inclina, o esos más litúrgicamente solemnes del opio o el sexo ante los cuales Gisors y Ferral despliegan sus minuciosas liturgias, o bien éste, majestuoso, de la revolución en cuyo altar se ofrendan las vidas de Tchen, Kyo y Katow (sobre todo Katow, la muerte más homéricamente bella de la literatura del siglo XX), la metáfora es la misma. Brutalmente pascaliana. Brutalmente atrincherada en la visión perpendicular del abismo, del absurdo. La apuesta. Contra el absoluto, por supuesto: sólo contra el absoluto apuesta un verdadero jugador. Y la certeza: nada hay en el juego que no sea anhelo de derrota. No, aquellos que no juegan no son hombres.
El problema de esta novela, en mi opinión, es que la traducción al español que ofrece la editorial es bastante deficiente, lo cual hace la lectura en muchos tramos absurdamente engorrosa e incoherente. Es muy normal estar leyendo y tener la sensación de leer algo que no tiene ningún sentido. Es una lástima y desgraciadamente es algo que se da en muchos casos con otras novelas extranjeras y otras editoriales. Las traducciones deberían tener un mínimo nivel de calidad que permitan la comprensión de la historia narrada, de lo contrario se daña la propia novela a la par que se estafa en cierta forma al lector.
No me ha gustado, he andado perdido toda la novela. Si bien es verdad que me gusta sumergirme directamente en la lectura de las obras que elijo, procurando no sesgar su contenido con comentarios o prólogos, en esta novela no está de más saber un poco de los acontecimientos que se narran.
No la recomiendo.
La novela se sirve del conflicto guerrocivilista chino para mostrarnos muchos aspectos internos del ser humano.
La lucha a brazo partido entre el Partido Kuomitang y el Partido Comunista, son la excusa perfecta que necesita Malraux para hacer un análisis del hombre en estado de excepción.
La soledad como destino y la dignidad ante la adversidad, son los puntos de encuentro que encajan como las piezas de un puzle en este torbellino bélico.
Se me hizo un pelín densa en algunos momentos.
Leí este libro cuando tenía veinte años y creo que es uno de los títulos más hermosos de la literatura para una novela sobre la guerra, los avatares del poder, la traición y el temple frente a la adversidad de un régimen dictatorial. Es un autor de culto que ojalá vieran de nuevo las actuales generaciones de jóvenes.