Resumen y sinopsis de Cuidado con la bestia de Philip José Farmer
En el presente libro, Herald Childe, ex-detective privado, se enfrenta, en una lucha salvaje, a unos seres con apariencia física humana (los ogs y los tocs) que le arrebataron a su esposa Sybil, cuya estancia entre ellos había resultado ser una especie de «Alicia en el País del Sexo», con aventuras no menos extraordinarias que las de Alicia.
Esos monstruos de otro universo asumen formas físicas estrambóticas y adoptan comportamientos sexuales alucinantes. Entre ellos destaca Vivienne Mabcrough, mujer soberbia y fascinante, reencarnación de Juana de Arco, cuyo cuerpo se escinde literalmente en fragmentos autónomos; su amante, Gilles de Rais, enraizado en su útero, es un ser horriblemente lascivo y viscoso con cuerpo de serpiente y cabeza humana, cuyos afilados dientes inyectan un venenoso afrodisíaco... Childe, tras la pista de Vivienne, se ve acosado y codiciado por ogs y tocs como imprescindible oficiante —«Capitán»— para activar el «Grial», el dispositivo que precisan unos y otros para regresar a sus mundos respectivos. En resumen, una fábula en clave de epopeya de ciencia-ficción, cargada de un rico imaginario surrealista, que nos propone una nueva lectura de la realidad.
En esta colección se ha publicado el precedente «exorcismo ritual», La imagen de la bestia: «Disparatada, salvaje y divertidísima aventura... Hay serie negra —un aire de detective hammettiano, chandleriano, macdonaldiano... ya saben, parece absolutamente premeditado, hay vampiros, hay sadismo, hay muchísimo humor. Y erotismo a tope.» (Juan Tébar, El País).
Philip J. Farmer afirma tener un stock étnico inglés, escocés, irlandés, alemán, holandés e indio cherokee. Nació en Indiana y ha residido siempre en Estados Unidos. Sus principales hobbies son los zepelines, la mitología y la lingüística. Es uno de los más prolíficos y aclamados autores de ciencia-ficción, ha ganado en tres ocasiones el Hugo Award, el más importante galardón en este género, además de ser biógrafo oficial de Tarzán y de Doc Savage, así como un estudioso de la historia de Grecia, en sus ratos libres.
Después de leer ¡Cuidado con la bestia! siento como si despertara tras haber tomado alguna clase de droga dura, es decir, confusa y profundamente desorientada. Y si bien es cierto que llevo años leyendo libros peculiares, este se lleva la palma. La mezcla de géneros no termina de convencer del todo y acaba desvirtuándolos convirtiéndolos es una anécdota literaria más, aunque no demasiada buena.
A pesar de la fama dentro del mundo de la ciencia–ficción, donde ha ganado varios premios, no conocía de nada a Philip J. Farmer, autor de “esto”. Farmer es un escritor del montón con un estilo ingenioso, simple y ejecutado a medias, gracias a una prosa dinámica y bien estructurada, un lenguaje normal y unas descripciones demasiado explícitas para mi gusto. Los personajes son… tan extraños como el resto del libro. La verdad es que no están muy bien construidos. Resultan burdos y superficiales, protagonista incluido, del que sabemos tan poco que parece increíble que sea el más importante de la trama.
No es fácil decir de que trata ¡Cuidado con la bestia! Y es que a esta extravagante historia no hay por donde cogerla. Pero me arriesgaré a intentarlo. La novela nos muestra las peripecias de Herald Childe, exdetective privado que busca a Sybil, su esposa, que ha sido supuestamente secuestrada por unos alienígenas con apariencia humana. En realidad, hay dos tipos de “aliens”, los Ogs y los Tocs, en guerra constante que se quedaron varados en la Tierra hace varios siglos. Para poder regresar a sus planetas de origen, necesitan un dispositivo llamado “El Grial” que solo puede ser activado y manejado por un ser especial, llamado el “capitán”. Childe se verá envuelto en una conspiración a escala planetaria y hará lo imposible para preservar la vida en el planeta. Aunque eso supongo tener unas cantidades exageradas de sexo o tener por amante a una mujer despampanante capaz de escindirse en pedazos. Como podéis ver la historia es una locura inclasificable aunque totalmente transparente. Es decir, no hay metáforas o reflexiones agudas sobre nada. Solo la combinación de dos tipos de literatura, como la ciencia–ficción y la erótica, que claramente son incompatibles. Y el final no augura nada bueno. Y es que el desenlace, además de abrupto y absurdo, se queda abierto, lo que indica la presencia de otra parte más de esta delirante trama.
En suma, ¡Cuidado con la bestia! es un sinsentido de novela que no puedes disfrutar, en parte porque no la captas del todo y en parte porque te genera un cierto rechazo. Lo único bueno que tiene es su corta duración. Eso y que simula los efectos de cualquier estupefaciente sin necesidad de poner en riesgo tu salud.