Resumen y sinopsis de Los vagabundos del Dharma de Jack Kerouac
Una de las obras capitales del gran escritor beat, en la que relata su descubrimiento del budismo y de su primera ley, «la vida es sufrimiento», durante los años en que se sentía fracasado por no encontrar editor. Ambientada en California, en la novela aparecen retratados, con otros nombres pero muy reconocibles, desde el propio Kerouac hasta Allen Ginsberg, Laurence Ferlinghetti o Gary Snyder.
Los vagabundos del Dharma elevó a Kerouac a representante esencial del resurgir de una espiritualidad que también era un nuevo modo de relacionarse entre los seres humanos y que hoy, cuando se imponen las realidades virtuales y las rutas cibernéticas, supone un soplo de aire puro y un impulso hacia otros mundos igual de poco sustanciales, pero donde los sentimientos adquieren proporciones insólitas.
Una de las mejores novelas que leí el año pasado. Todos deberían de darse una oportunidad con Kerouac, de ser posible, con esta obra tan brillante, sencilla y, sobre todo, conmovedora, la mejor novela de Kerouac.
Cuesta acostumbrarse al estilo, aunque después se lee ágilmente. En algunos momentos tienes la sensación de no comprender nada de lo que está ocurriendo y, en otros, algunos párrafos se vuelven casi epifanías. Ha sido mi primer libro de este autor y, aunque lo he disfrutado a ratos, creo que tendré que esperar un tiempo antes de atreverme con otra obra suya...
Kerouac, genio de la Generación Beat, vuelve aquí ha ofrecernos lo mejor de su producción.
Personajes que se sienten atrapados por su entorno y en la sociedad que les ha tocado vivir, se dedican a viajar para buscar nuevas experiencias vitales.
Son recorridos que abren nuevas vías de conocimiento de uno mismo, y en la que destaca la influencia absorbente del budismo Zen.
Peculiar, interesante. Me costó un poco acostumbrarme al estilo, que no sabría como definir. De todas formas recomiendo su lectura, y sospecho que yo lo releeré dentro de un tiempo.
Profundo, doloroso y muy a lo Kerouac. Si se quiere comenzar con el autor, no es el más recomendable. A veces peca de excesiva descripción de cosas que, en realidad, al lector no le interesa, pero sigue marcando la esencia de una forma brillante.