Resumen y sinopsis de Un hombre afortunado de John Berger
En 1967 John Berger y el fotógrafo Jean Mohr acompañaron a John Sassall, un médico inglés que ejercía su profesión en una comunidad rural. La obra narra varias historias del trabajo de Sassall con sus pacientes, a la vez que revela pensamientos sobre su profesión y su vida para acercarnos gradualmente al hombre. Las fotografías de Jean Mohr marcan rasgos indispensables de la historia y dialogan con un texto lleno de reflexiones del propio Berger y otras procedentes del mundo literario y filosófico: de Conrad a Gramsci, de Piaget a Sartre.
Con una prosa hipnótica, a mitad de camino entre la narración y el estudio antropológico, Un hombre afortunado, publicado por primera vez hace más de cuatro décadas, es un libro de absoluta vigencia, una lúcida meditación sobre el valor que le asignamos a una vida humana y sobre cuál es el verdadero rostro de la medicina.
No me parece afortunado el acercamiento de este autor a la labor del médico rural Dr. John Sasall. Demasiadas especulaciones, razonamientos un tanto alejados de la realidad, comparaciones inoportunas que restan continuidad a la obra. En ocasiones se aleja de la vida del médico y analiza aspectos de la política , de la sociedad, de filosofía, de religión… En general abunda el tedio. Comete el lamentable error de idealizar al médico, de asignarle un poder que no tiene. El médico por supuesto hace lo que puede. Sobre todo acompaña. Asume excesivas obligaciones que podría compartir con un especialista. Me atrevería a decir que el autor es un poco PEDANTE, así compensa su falta de comprensión de la actividad médica en un área rural. La biografía la debería haber hecho el propio médico de la obra. Un buen médico es una persona humilde, consciente de sus limitaciones, alguien que llega a la convicción de que no es más que sus pacientes, que está a su altura y no por encima de ellos. Por supuesto no hace disquisiciones filosóficas torpes e inoportunas. Os sorprendería como cualquier campesino o ganadero te puede dar una lección. El médico se forma, ante todo, con la experiencia y no con los libros. Sabe de lo humano no por lo que lee sino por lo que vive.
No me parece afortunado el acercamiento de este autor a la labor del médico rural Dr. John Sasall. Demasiadas especulaciones, razonamientos un tanto alejados de la realidad, comparaciones inoportunas que restan continuidad a la obra. En ocasiones se aleja de la vida del médico y analiza aspectos de la política , de la sociedad, de filosofía, de religión… En general abunda el tedio. Comete el lamentable error de idealizar al médico, de asignarle un poder que no tiene. El médico por supuesto hace lo que puede. Sobre todo acompaña. Asume excesivas obligaciones que podría compartir con un especialista. Me atrevería a decir que el autor es un poco PEDANTE, así compensa su falta de comprensión de la actividad médica en un área rural. La biografía la debería haber hecho el propio médico de la obra. Un buen médico es una persona humilde, consciente de sus limitaciones, alguien que llega a la convicción de que no es más que sus pacientes, que está a su altura y no por encima de ellos. Por supuesto no hace disquisiciones filosóficas torpes e inoportunas. Os sorprendería como cualquier campesino o ganadero te puede dar una lección. El médico se forma, ante todo, con la experiencia y no con los libros. Sabe de lo humano no por lo que lee sino por lo que vive.