Resumen y sinopsis de Mi hermana Elba y los altillos de Brumal de Cristina Fernández Cubas
Entre los trastos viejos de una buhardilla, en el interior de un reloj adquirido a un anticuario, o cualquier día de invierno en el patio de un apacible internado, lo Extraordinario o Innombrable acecha en silencio desde su discreto escondite. Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son una flagrante incitación al viaje. Un viaje por los caminos de la memoria, por misteriosos espacios en los que «se está sin estar», por mundos cotidianos cuyos límites no son tan claros y estrictos como pudiera parecernos en un principio. Pero Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son también una propuesta de viaje al tiempo delicioso y cruel, mágico e inquietante, magistralmente orquestado por la autora a lo largo de ocho relatos, que alcanza plenamente su objetivo. El lector no puede en momento alguno eludir su participación en el ensueño.
Esta autora catalana muestra preferencia por las narraciones de sólida factura que se adentran en un territorio de lo irreal, a veces cómico, a veces un tanto macabro o misterioso, en cualquier caso fiel a esa idea de lo fantástico como distorsión de lo cotidiano y no necesariamente como hechos abiertamente sobrenaturales o imposibles.
“Lúnula y Violeta”. O el doble, la personalidad cohibida, insegura y con dificultades para socializar frente a otra que es desbordante, “excesiva”. El proceso creador literario y cómo se puede caer en inercias, en relaciones malsanas y dominantes, con un símbolo, el jacarandá, y un final sorpresivo, en la línea de cuestionar mediante el narrador infidente y el manuscrito encontrado la veracidad de lo expuesto. “La ventana del jardín”, muy cortazariano, es más bien la puerta de entrada a un mundo absurdo donde se trastocan los límites del lenguaje, convertido en el instrumento de control de una institución, la familia, que es fuente de una muy amorosa y sobreprotectora opresión, en un círculo pesadillesco donde se normaliza esa anormalidad.
“Mi hermana Elba” nos retrotrae a la infancia y adolescencia, al descubrimiento de lo maravilloso (concretado en la facultad de desaparecer mediante aparentes portales dimensionales) y a su pérdida posterior, en forma de traición, de muerte y desengaño. El primer volumen de Cubas concluye con “El provocador de imágenes”, en torno a la facultad de ciertos individuos de observar y medir las reacciones ajenas, a modo de frío análisis por partes de quienes ven a los demás como objetos de estudio y no como a seres humanos, desarrollando un juego de manipulaciones y ocultaciones cuyo resultado puede sorprender.
“En el hemisferio sur” presenta de nuevo a unos personajes maquinadores, a un cazador cazado, esta vez en torno a la literatura que se apodera de la vida real y de sus acciones; aquí aparecen la superioridad moral, las envidias, el miedo y las inseguridades del escritor, la venganza. “El reloj de Bagdad” marca el paso inexorable del tiempo, el lento deterioro que se presenta como una maldición que trae el infortunio al hogar de la narradora, marcando un instante después del que nada será igual.
“La noche de Jezabel” podría ser un homenaje al relato clásico de fantasmas, con una reunión de gente dispar y extraña entre sí, que se dispone a contar historias y a soportar según qué molestos protocolos sociales durante una noche de lluvia donde todo puede ocurrir y, en efecto, acaba por revelarse una ominosa realidad donde todo parecía carente de misterio. Pero dentro de este segundo libro de cuentos, puede que el mejor sea el que le da título; “Los altillos de Brumal” habla de recuperar la memoria, la identidad, el legado de un pueblo espectral y aislado que conforma un universo alucinante. A partir de una impresión sensorial, al probar un tarro de mermelada, la protagonista descubrirá mucho, demasiado de sí, de su figura materna, de su lugar mítico y mágico de procedencia. Y es que, a modo de maleficio, no es posible huir de un oscuro origen hacia la luz de la razón, romper con esa herencia del pasado que nos arrastra de vuelta.
Relatos cortos inquietantes a partir de un hecho sencillo. Muy bien escritos, buen ritmo, personajes ordinarios que esconden misterios. Muy recomendable.
No me han acabado de entusiasmar estos escritos, se supone un aire fresco en la literatura fantástica española. "Mi hermana Elba" consta de: "Lúnula y Violeta" (triste convivencia de dos amigas), "La ventana del jardín" (un niño enfermo es recluido por los padres en una granja), "Mi hermana Elba" (convivencia en un convento de clausura) y "El provocador de imágenes" (aburrida historia sobre un amigo pedante). El otro libro, "Los altillos de Brumal", tiene algo más de nivel. Consta de: "El reloj de Bagdad" (un reloj maldito), "En el hemisferio sur" (locura de una escritora), "Los altillos de Brumal" (huída de un triste y angustioso pasado) y "La noche de Jezabel" (reunión de amigos con una misteriosa invitada).