Resumen y sinopsis de Catedral de Raymond Carver
Se ha afirmado que el relato es la forma narrativa por excelencia en la literatura norteamericana actual y que Raymond Carver es el maestro indiscutible en este registro. En cada relato de Catedral se revela la presencia latente o la intrusión de terrores extraordinarios en una existencia ordinaria (Cathleen Medwick). El propio Carver ha escrito: «Pienso que es bueno que en un relato haya un leve aire de amenaza... Debe haber tensión, una sensación de que algo es inminente. Sus personajes son gente de lo más común: trabajadores manuales, empleaduchos, parados, parejas a la deriva... desamparados, golpeados por la vida, muchos de ellos bebedores, acceden, a pesar suyo, a una suerte de dimensión heroica, tercos testimonios de una realidad implacable. Su estilo es escueto, lacónico, opera por sustracción; se ha dicho que Carver inaugura una nueva visión, un nuevo método, una nueva tonalidad. Una de las voces más originales que han aparecido en la narrativa norteamericana desde hace muchos años.
Ha participado en esta ficha: ERB_Lector
Debo de ser el polo opuesto al mundo que describe el libro. Un mundo de gente normal —leo, a mí me parecen todos rarísimos—, en un mundo Yankee y alejado absolutamente del nuestro. Historias que nada aportan. Decepción total. Otra obra cumbre que envío a la basura.
El libro incluye ocho relatos cortos en 240 páginas. Son relatos algo más largos que los incluidos en su libro anterior De qué hablamos cuando hablamos de amor, pero en la misma línea. Escenas cotidianas, de la vida, pero que no me han parecido nada extraordinario, su lectura no me ha reportado nada especial.
En todo caso, os dejo el índice por si os inspira el título de algún relato: Plumas - La casa de Chef – Conservación - El comportamiento - Parece una tontería – Vitaminas – Cuidado - Desde donde llamo - El tren - La brida – Catedral.
Buena antología de cuentos. El estilo de Carver es interesante, tramas de lo más cotidiano, personajes simples y con cierto halo de fracaso con una narrativa limpia y fluida. El desenlace de las historias queda a deber en más de una ocasión, sin embargo es una lectura plácida y agradable.
La mayor parte de relatos parecen fotografías de situaciones cotidianas, sin un principio y final claros. Esto es parte del encanto del conjunto, la sensación de realismo y cotidianidad que transmiten las historias. Por destacar algunos: Parece una tontería, Vitaminas y Fiebre.
Todos los relatos están magistralmente escritos, tienen un estilo conciso y sin adornos innecesarios, que mantienen al lector pendiente de su desarrollo hasta la última línea. Sin embargo, como en toda colección de cuentos hay unos flojos y otros interesantes. Destaco "Parece una tontería", "Fiebre" y "Catedral".
Uno de los imprescindibles. Escenas cotidianas con su lenguaje directo y sencillo que te hacen reflexionar muchísimo. Tiene que darse un tiempo de blanqueo entre cuento y cuento para asimilar el mensaje. Carver nos acerca a las miserias humanas con maestría. No sobra ni falta una palabra ni una coma. Era un genio y Catedral es una muestra de ello.
Carver es una especie de Chejov pero empapado de amargura. Las anécdotas cotidianas desde una óptica desesperanzada. La colección -como toda colección- es despareja, pero destaco a "Catedral".
Carver es un escritor fenomenal, maneja de forma magistral los gestos, las poses, los pequeños detalles, los diálogos. Logra captar inmediatamente la atención del lector y la sostiene hasta el final. También tengo la sensación que muchos de sus cuentos suelen terminar con una especie de efecto "zen", por llamarlo así (a vecez me recuerda a Salinger). Como sea, Carver vale nuestro tiempo.
Aunque algunos relatos de esta colección no son destacables, también los hay excelentes: "Plumas", "Fiebre", "Catedral" o "La Casa de Chef", para mencionar algunos.
¡¡¡Excelente libro!!!
Relatos protagonizados por gente normal y corriente que versan sobre sus vidas y sus problemas cotidianos, y que destacan por su minimalismo, tanto en la forma de ser escritos (con austeridad expresiva y frases cortas y directas), como en que argumentalmente son casi anécdotas, sin mucha definición de principio, nudo y desenlace (en lo cual reside esa proximidad a la vida real que pretende ser captada), a pesar de lo cual mantienen un tono de cierto misterio e intriga por lo que pueda ocurrir. En los protagonistas de éstas historias podemos vernos reflejados nosotros mismos en mayor o menor medida, pues se describen situaciones que podrían pasarle o haberle pasado a cualquiera, lo cual en un principio puede parecer poco meritorio, pero tiene el mismo mérito que, por ejemplo, el escribir literatura fantástica (porque el realismo, al fin y al cabo, constituye por sí mismo un mundo tan complejo como es el de la fantasía). Si tuviera que destacar uno en particular, sería “Parece una tontería”. Triste, emotivo y muy humano.