Resumen y sinopsis de Días contados de Juan Madrid
Un ambicioso fotógrafo que vive en el barrio de Malasaña de Madrid recibe el encargo de realizar una guía sobre la movida madrileña para un organismo público. Mientras se vuelca en este proyecto que podría sacarle del anonimato, conoce a dos jóvenes vecinas yonquis que le introducirán en un mundo de miseria y explotación. Estimulado por su sed de éxito, se embarca junto a ellas en un fascinante recorrido por un barrio degradado en el que habitan unos personajes en los que se refleja el cruel final del sueño de la movida.
Con esta novela, Juan Madrid irrumpió en el panorama literario de principios de los años noventa con una obra intensa y tremendamente urbana que sorprendió por su forma de retratar, tierna y dura a la vez, la otra cara de unos años apasionantes. Pero Días contados es algo más. También es una inesperada historia de amor cautiva en una narración que desconcierta por la descarnada realidad que muestra.
Esta novela ha sido llevada al cine.
Han participado en esta ficha: yiyolon samucga
Impactante retrato de la otra realidad que pervive en Madrid, aquella que no se refleja en los medios informativos y que permanece soterrada bajo lo que se nos ofrece a diario. En esta obra desfilan prostitutas y drogadictos como personajes principales, aunque Antonio, el protagonista, se infiltra en este marginal mundo para poder realizar fotos que definan su libro. Me gustó por esa honradez del escritor de reflejar la otra cara de Madrid, aunque hay bastante sexo sin restricciones que puede herir alguna sensibilidad.
Obra urbana que retrata muy bien la fugacidad trepidante de los años 80.
Es el final de una década devastada por la permisibilidad, el sexo y las drogas.
Los coletazos de la "movida" en el degradado y desastrado barrio madrileño de Malasaña.
Juan Madrid compone una extraordinaria novela en la que sus personajes toman las desgastadas calles, los garitos que dan garrafa, y los pisos compartidos y cutres de alquiler.
Una foto instantánea y salvaje, que refleja muy bien una etapa descarnada de nuestra primeriza e ingenua democracia.
Bastante buena.