Resumen y sinopsis de Yo, el Gato de Soseki Natsume
Un gato sin nombre, narrador y protagonista, se convierte en observador y crítico de la sociedad japonesa de su tiempo. El perspicaz y sabihondo felino se interna en los escondidos recovecos de la sociedad para escudriñar conductas, escuchar conversaciones y presenciar hechos que le dan pie para sentar cátedra de filósofo. En realidad, al confiar al gato el papel de inquisidor y fustigador de los entuertos humanos, lo que el autor intenta es pasar por el tamiz modas, costumbres y formas de pensar importadas de occidente. Bajo la implacable férula de un gato que se presenta con un yo mayestático y petulante, la novela suscita, además de sonrisas, inquietud en torno al eterno conflicto entre la horma cultural indígena y el modelo de civilización traído del exterior. La obra viene a resultar útil para comprender al pueblo japonés, siempre atento al progreso moderno y, al mismo tiempo, respetuoso con su patrimonio ancestral, que, a veces, se nos antoja misterioso, enigmático. Sin pretenderlo, el gato sin nombre acaso ayude también a superar barreras y enigmas culturales.
Nada mal, su contexto sobre el Japón virgen en industrialización debido a su inquebrantable y tosco orgullo por perpetuar tradiciones. Está sumamente bien explorado.
La construcción de personajes es otro plus de la obra. Empezando por nuestro protagonista, un felino que al conseguir quedarse con una familia pasa a convertirse en el narrador principal de toda la trama.
Todo lo que transcurra en el hogar y en lugares en los que el gato encuentre interés: sean charlas, discusiones, encuentros reuniones, planes o intrigas, pasarán primero por un profundo análisis y reflexión felina.
En resto de personajes que componen la obra no tienen desperdicio alguno, siendo los amigos del profesor, aquellos con más anécdotas hilarantes y absurdas para contar.
Tensiones familiares, disputas con vecinos, estudiantes rebeldes y encuentros con ratones. Son solo algunas menciones de todo los momentos que componen el libro.
No obstante, llega a tener algunos momentos que retan al lector para continuar su lectura.
Recomiendo iniciar en la literatura japonesa con otras obras de menor extensión, antes de embarcarse a títulos como el acá comentado.
Me pareció muy divertido en general.
Aunque la idea de partida es original, queda eclipsada por la forma de escribir de Soseki, en la que abundan exageradas descripciones, haikus intragables, ideas sobre la cultura occidental, cuanto menos estúpidas y reflexiones y digresiones filosóficas, que hacen que el libro sea lento y muy pesado.
Los personajes son espantosamente vacíos e incoherentes. La historia no narra nada en concreto, ya que cada capítulo no tiene que ver con el anterior. Y el gato, un portento de la inteligencia, se dedica a despedazar a su amo (y de paso a la humanidad entera) con unos comentarios tan genéricos e insulsos que te hacen cuestionarte si es un minino tan extrordinario. A parte, de vez en cuando, al gato le da por filosofar, mientras te está contando la historia, y lo curioso es que la mayoría de las veces, las disertaciones que hace no tienen nada que ver con la historia, ni son breves, lo que entorpece el ritmo normal de lectura.
Resumiendo, lo único que puedo decir de este libro es que es inmensamente aburrido y que leer sus 646 páginas te cuesta a horrores, ya que además, ni siquiera te recompensa con un buen final.
Tiene su encanto; tampoco me parece que sea para tomarla contra el libro, aunque acepto que en ocasiones resulta un poco lenta. Pero al cabo de unas páginas, se empieza a tomarle el gusto.
Me decepciono bastante, en momentos la trama se pone muy interesante y divertida pero en otros muy tediosa y extenuante, con un desenlace que me disgusto.
Francamente aburrido, personajes vacíos que no dicen nada. Muy decepcionante.