Edición independiente y descarga de libros
Septiembre viene marcado por el aumento de las descargas gratis de libros. Tras las bajadas de precio del Nook y del Kindle, la aparición de Libranda, el todavía escaso número de libros y novedades literarias disponibles en ebook, muchos usuarios empiezan a trabajar con programas de ordenador hasta tal punto que las malas digitalizaciones tienen los días contados.
Hace apenas seis meses era casi imposible encontrar un libro en formato ePub,…
Aburrido y absurdo, Botchan es una de esas obras de la que no logras entender ni la fama ni las numerosas recomendaciones que te hacen de ella. Y es que leer sus poco más de 230 páginas se convierte en un suplicio comparable con cualquier tortura medieval.
El autor de esta obra no es otro que el célebre escritor japonés Natsume Soseki. Ya había leído obras suyas anteriormente y, respecto a la calidad literaria de este libro, solo tengo cosas buenas que decir. Y es que Soseki es un magnífico escritor. Su estilo de escritura resulta agudo, incisivo y directo. Cuenta con una prosa rítmica y sencilla, un lenguaje engañosamente simple, pero que ha sido escogido de forma cuidadosa, y unas descripciones bastante básicas. El último aspecto del que tengo que hablar son los personajes. Todos sin excepción son horribles. Construidos a medias, los conoces tan poco que nunca puedes calibrar adecuadamente sus acciones. Están creados para caerte mal, impedir que empatices con ellos e irritarte por su insoportable hipocresía. Quizá de esto último se libre el protagonista, Botchan. Pero pese a su sinceridad, Botchan es tan limitado e inflexible que corre el peligro de convertirse en aquello que critica. Lo que le convierte en el personaje más estúpido de toda la obra.
No es fácil describir la historia de Botchan. Y es que incluso tras haberla leído no me queda muy claro el propósito de la trama, las acciones del elenco o la actitud del protagonista. Haciendo una brevísima sinopsis, podríamos empezar diciendo que este libro nos hace un repaso desde los primeros años de vida del personaje principal hasta el episodio más reciente como maestro de matemáticas en una provincia. Así que Botchan, del cual solo conocemos el mote y no el nombre real, es un joven en la veintena que tras graduarse en la Escuela de Ciencias, acepta un trabajo en una remota ciudad de Japón. Nuestro protagonista que es idiota e impulsivo a partes iguales, tiene una concepción demasiado rígida del mundo que le hace parecer ingenuo y/o tonto, pronto se ve superado por un pueblo donde todos (o casi todos) son hipócritas, mentirosos y maliciosos. Así que se van sucediendo una serie de episodios en donde Botchan es enfrentado a diversas circunstancias adversas que irremediablemente siempre terminan venciéndole, convirtiéndole en el hazmerreír o perjudicándole física, psíquica o económicamente hablando. Y así sigue la cosa hasta el final. El desenlace es igual que el principio. No hay una resolución, ya que la historia queda abierta. Pero llegados a este punto, la verdad es que me daba un poco igual el destino de nuestro bobo Botchan. Solo quería perderlo de vista.
En suma, Botchan es una obra magnífica en cuanto a la forma. Pero si nos fijamos en el contenido nos encontramos con algo que solo pueden ver divertido en países que reprimen fuertemente la individualidad. Y es que Botchan pone sus convicciones e ideas por delante de las del grupo. Algo inaudito en la sociedad japonesa y que ya, en sí mismo, constituye el primer dardo de la crítica social de Soseki.
Tiene un estilo peculiar, algo infantil por momentos pero irreverente y divertido.
A mi este libro me ha parecido de una simplicidad pasmosa. Después de haber leído por ahí tan buenas críticas... me dispuse a leerlo con grandes expectativas la verdad es que me esperaba más. No soy ningún crítico literario pero es tan parco y el personaje tan básico que me decepcionó. Será nueva vanguardia literaria en Japón, pero a mi me parece que le queda un largo camino por recorrer.
Me pareció una historia sin grandes pretensiones, ni muy entretenido, ni particularmente gracioso.
La historia tiene su gracia, pero no para desternillarse de risa. Su fuerte está en las descripciones de ciertos personajes, como la criada que le decía Botchan y aunque no recuerdo su nombre, representa a toda una clase social del Japón de la época, en medio de sus limitaciones, su buena fe y una conjugación arbitraria de esperanza en el futuro y desconfianza en la gente.
Aunque no te haga reír a carcajadas, te mantiene una sonrisa mientras lo lees. Todo por la ingenuidad del protagonista. Vale la pena.
Coincido con las opiniones anteriores, no hace reír a carcajadas, ni creo (desde mi punto de vista occidental) que sea una lectura imprescindible. Una novela para pasar el rato en la que un ingenuo e impulsivo joven profesor se enfrenta a la hipocresía de un pueblo donde no es bienvenido.
Sin duda el protagonista es un ser peculiar, pero la novela no pasa de ser curiosa y entretenida. No entiendo como puede ser un clásico de la literatura nipona.
Un libro para pasar un rato agradable. No veo, sin embargo, esa comparación que hacen muchos críticos con Huckelberry Finn. Tal vez las cosas que sucedan en la historia sean muy transgresoras en Japón, pero no aquí. La historia me encantó, no así el final, que no acabé de entender. Tiene puntazos bastante divertidos, pero no hay que esperarse un libro que nos haga reír sin parar.