Resumen y sinopsis de La subasta del lote 49 de Thomas Pynchon
Un buen día, la señora Edipa Maas se entera de que ha sido nombrada albacea de una inmensa fortuna por su ex amante Pierce, un millonario californiano. Una serie de sorprendentes coincidencias la pondrán sobre la pista de un delirante misterio en el que se cruzan personajes tan estrafalarios como su marido, Mucho Maas -aficionado al grupo británico Dick el Sucio y los Volkswagen, pero en cuyo éxito no cree-, el doctor Hilarius -un obseso freudiano salido del campo de concentración de Buchenwald-, Gengis Cohen -un eminente filatélico de Los Angeles-, o los abogados Warpe, Wistfull, Kubitschek y McMingus, y el entrañable Randolph Driblette…También deberá enfrentarse con las más estrambóticas organizaciones, como la R.E.S.T.O.S. -una extraña red postal de proscritos-, o la no menos enloquecida Yoyodyne S.A., hasta caer en la cuenta de que la revelación final radica precisamente en la subasta del lote 49.
No me ha gustado, no he disfrutado con esta lectura, cargada de historias deslavazadas, párrafos incoherentes, realmente no me he enterado ni de la mitad, no le he encontrado sentido.
Novela corta pero no de fácil lectura, cuesta un poco agarrar el hilo de la historia; trata de las peripecias de Edipa Mass, su abogado y de otros personajes bastante particulares sobre una herencia de la que ella (Edipa) es la supuesta apoderada.
Es el segundo libro que leo de Thomas Pynchon y veo que le gusta hacer alusiones a varios temas a la vez que van apareciendo un personaje tras otro, no es un autor fácil de abordar por lo enrevesado de sus tramas y como desarrolla sus historias, sin embargo, considero que este libro puede ser una buena iniciación.
Primera novela que leo de Pynchon. La verdad es que me suscitaba curiosidad esa "ininteligibilidad" de la historia que algunos le reprochan a este libro y lo cierto es que la forma de escribir de Pynchon me ha flipado y por supuesto me ha parecido densa y liosa, pero no tanto como para calificar la historia de ininteligible. Cierto que se nos transmite la sensación de lío que está atravesando la buena de Edipa, pero yo creo que fijándose un poco y leyendo con atención (y estando un poco habituado a las lecturas densas y complejas) se capta bastante bien el curso de la historia.
Lo primero que hay que decir es que para leer esta novela -y cualquiera de este autor- es que debes ser un gran aficionado a la lectura, con mayúsculas porque se trata de una lectura compleja, que pretende desviar tu atención.
En cuanto a la trama es original, sin duda, y la protagonista se pasa toda la historia buscando. Para ser un texto corto tiene cantidad de información, puedes aprender de historia, química, o cualquier materia que el autor quiera insertar, lo que prueba es que es un erudito.
En resumen, sólo apto para amantes de la literatura.
No me gustó nada. Muy difícil de seguir la historia, escritura que divaga y da por sobreentendidas cosas que jamás fueron puestas sobre el tapete. Parece como si fuera escrita para dos o tres amigotes que conocen ciertos códigos y nada más. Decepcionante.
Todavía estoy tratando de recuperarme y saber qué ha pasado, la historia busca confundir intencionadamente al lector -y lo consigue-. Los personajes tienen mucha fuerza, unas personalidades estrambóticas, y la trama es un galimatías pero con puntos interesantes. La historia confusa y engañosa funciona en el sentido de que acabas comprendiendo bien lo que debe sentir la pobre Edipa ahí metida.
Nos encontramos frente a una novela cuya significación se encuentra codificada en una historia hermética y psicótica (abandónese por lo tanto, toda búsqueda compulsiva de lógica y sentido).
La historia me fascinó, me atrapó desde el primer instante. Aunque a veces se tornó confusa y caótica, en ningún momento pude parar de leerla.
La valoro no tanto por su totalidad, sino por sus momentos y personajes inolvidables, por su humor y su hipnotizante absurdo. Para citar un ejemplo:
Un psiquiatra que haciendo muecas y gestos con su rostro, es capaz de curar la histeria o de hundir a las personas en una catalepsia irremediable (y para colmo, formado profesionalmente en Buchenwald). Uno de esos visajes o rostros se llama "Fu-Manchu, número 36", ya que tiene un amplio repertorio de gestos y miradas.
Novela posmoderna, delirante y fascinante a su manera. Un pastiche donde se interconectan la entropía, la mafia, la paranoia y abstrusas compañías de correos. Una compleja construcción en donde la rapunzeliana protagonista, Edipa Maas, se debate en su torre ergotista y hermética, incapaz de ser rescatada de su psicosis.
Recomendado si te gusta: Philip Dick, Kurt Vonnegut o las películas de David Lynch.
Libro excesivamente caótico, lo que por una parte la base fundamental del libro y por otra convierte su lectura en una tortura. Caos, malentendidos, y más caos.
Al final el caos que es el libro se convierte en un ejercico muy interesante, que puede convertir el libro en ua gran obra. Pero no sé hasta qué punto merece la pena montar semejante lío.
Si se lee el libro desde el principio pensando en que el objetivo del libro es ser un galimatías y no contar una historia quizá se pueda tomar por muy bueno. En mi caso eso quizá ocurra en una segunda lectura.
Me resultó difícil seguir el hilo del libro. Pynchon intenta esquivarnos y perdernos con él. Consiguiéndolo o no, la historia ya de por sí es rocambolesca. Yo lo recomendaría a quien quisiera estudiar el "mainstream" de literatura postmoderna, ya que el libro está escrito como en pequeños lapsos, hasta parece un recuerdo borroso.
Quizás leyendo algo más de su autor se pueda apreciar en este libro una mayor profundidad. También pudiera ocurrir que lo que aparentemente vemos como trivial encierre algo mucho más importante.
El mundo que nos presenta Pynchon es siempre complejo, abarrotado de personajes y de historias que surgen tras cualquier renglón. Sin embargo, al contrario que V., esta novela es más fácil de digerir, pues su trama es más lineal, tanto por el tratamiento del tiempo como por la localización de la historia. Y, no se si a alguien le ha sucedido lo mismo, leyendo V., tuve la sensación de estar leyendo a un autor europeo. Aquí no.
En este caso, efectivamente, la obra es delirante e inconexa, y en esto reside su atractivo. En esto y en su memorable final.