Resumen y sinopsis de En la Jaula de Henry James
La jaula a la que alude esta novela es la oficina de correos en la que una humilde joven se halla confinada, despachando sellos y telegramas a lo más florido del elegante distrito londinense de Mayfair. Para su clientela la chica no tiene «más sentimientos que un buzón»; pero en los oscuros textos de sus telegramas es capaz de adivinar terribles secretos e intimidades. Publicada en 1898, «En la jaula» es una lección magistral sobre el arte del punto de vista, y una ocasión extraordinaria para conocer a un Henry James social, moviéndose en los abismos de las clases asalariadas como en los de las clases ociosas, sin merma de soltura ni de penetración. Encuadernación: Rústica.
James en su faceta de autor oscuro, dueño de un estilo elíptico, de frases larguísimas que requieren ser releídas para captar su significado. Nos cuentan una historia mínima, poco trascendente, pero capaz de enfrentarnos a un abismo de incertezas cotidianas, cuyos únicos aspectos totalmente claros son escasos, y el lector, como la protagonista, debe reconstruir lo ocurrido, lo que apenas dejan a la vista unos hechos cuyo testimonio es cuestionable. Muy sugerente es el punto de partida: una humilde y anónima empleada de correos que trabaja despachando telegramas para la gente más selecta de Londres entabla contacto con un misterioso caballero y desarrolla en su cabeza toda una trama de revelaciones sobre la vida de éste. La tercera persona que usa James permanece limitada a este personaje de la empleada y a su punto de vista, el de alguien olvidado, ignorado, sin aparentes sentimientos (un “buzón” humano)… pero convertido en una fuente de percepciones insospechadas. Late tras la narración un trasfondo de diferencias sociales, el intento de una persona por refugiarse de su vida gris, de su futuro por completo convencional (de ahí los intereses puramente económicos y la pasividad emocional del novio, que es la absoluta contrapartida de nuestra heroína), dejando volar su (un tanto morbosa) imaginación.
La clientela de la oficina de correos ofrece una oportunidad, para la empleada, de participar, aunque sea lejanamente, en sus elegantes vidas, de ser parte de algo mayor y más misterioso. La ¿revelación? final permite darse cuenta de que las cosas no son como ella cree que son, con lo que decide, definitivamente, asentarse en su convencionalismo, en una pura realidad que al menos ofrece más asideros, más certidumbres, que el mundo de secretos y mentiras en el que la alta sociedad nada como pez en el agua. Esto, al menos, es la conclusión que he sacado, pues la dificultad creciente de la lectura me ha conducido a una conversación final (entre la protagonista y su amiga, también aspirante a “ingresar” en la vida de los de arriba, gracias a la aparente fruslería de la decoración floral) llena de sobreentendidos donde pierdo por completo el hilo, poco menos que ininteligible... y aunque creo saber el meollo del asunto, encuentro demasiado confusión y no tanta de la fascinación por lo enigmático que tanto interesó a James. Las “jaulas”, en definitiva, podrían entenderse como esas herméticas clases sociales, y no solamente la obvia metáfora de la oficina de correos, pero al final la principal “jaula”, con los barrotes más impenetrables, para mí lo ha sido la propia novela.