Resumen y sinopsis de El navegante dormido de Abilio Estévez
Octubre de 1977. En un viejo caserón de maderas nobles situado en una apartada playa próxima a La Habana, las mujeres de la familia Godínez atrancan puertas y ventanas y se preparan para la llegada de un huracán que se anuncia devastador. En el viejo bungalow, que disfrutan como herencia inesperada del doctor Samuel O. Reefy todos los que estuvieron a su servicio, conviven varias generaciones: la anciana criada Mamina, que escapó de la semiesclavitud, Andrea, y su callada pérdida de algunos hijos, el Coronel Jardinero, patriarca que cuida de los animales domésticos, Olivero y su pasado de vividor, el tío Mino, prendado del jazz... y los jóvenes, que maldicen la ciudad y la playa en que viven pero miran al norte como la Tierra Prometida. Detenidas en apariencia, a la espera permanente de que algo (terrible o benéfico) suceda, esas vidas arrastran sin embargo oscuras tragedias, renuncias y secretos que saldrán a relucir con el paso del ciclón. Será la joven Valeria quien, treinta años después, reconstruirá los sucesos de esos días de octubre desde su apartamento del West Side neoyorquino, mientras contempla cómo la nieve cubre el Hudson. Y recordará cómo vio a su primo, un jovencísimo y determinado Jafet, aprovechar la calma que precedía a la tormenta y embarcarse en un viejo bote, el Myflower, para huir de la isla rumbo al Norte. Como una tragedia sostenida en un ritmo absorbente, como una magnífica evocación de unos personajes que encarnan parte de la historia de un país, El navegante dormido cierra el ciclo de las tres novelas de uno de los narradores más potentes y originales de la narrativa hispánica.
Primer libro que leo a este cubano radicado desde sus 46 años en Barcelona.
El estilo del libro es muy especial, con una prosa hermosa y que conviene mucho al relato.
El relato está articulado alrededor de 3 generaciones de la familia Godínez que viven en una casa de la playa al oeste de La Habana. La casa está decrépita y es una alegoría para tener en cuenta porque esta decrepitud refleja otra decrepitud: la de los Godínez y en paralelo, la de Cuba. Toda esta familia espera sin esperanza, espera el ciclón Katerina (estamos en 1977), espera tiempos mejores, espera encontrarse con sus fantasmas que son los Godínez que se han perdido en el mar o en el Gran Norte, que es uno de los apodos que dan los cubanos a los EEUU.
Cada personaje de esta familia está descrito a la perfección y el estilo de la novela hace pensar por momentos al oleaje del mar.
Bella prosa. es el tercer volumen de una trilogía sobre Cuba y se dice que el primero, "Tuyo es el reino" es el mejor opus de este autor. Habrá que leerlo.