Resumen y sinopsis de En un balneario alemán de Katherine Mansfield
En mayo de 1909 Katherine Mansfield se casó con un profesor de canto al que abandonó la misma noche de bodas para fugarse con un violinista. Un mes después rompieron su relación y ella descubrió que estaba embarazada. Su madre la llevó entonces al balneario de Bad Wörishofen en Bavaria, donde la escritora tuvo un aborto accidental. Estas son las circunstancias que inspiraron el que fue su primer libro de relatos, En un balneario alemán, que se publicaría en 1911 con gran éxito. El contraste cultural entre Inglaterra y Alemania, los juegos de poder entre hombres y mujeres y el peso de las normas sociales son los temas principales de estas narraciones, fruto de una observación cáustica y doliente. La huella de Chéjov está muy presente en ellas, especialmente en La niña que estaba cansada, una magnífica historia de violencia doméstica.
Son varias estampas humorísticas ambientadas en un complejo vacacional al que acude lo más granado de la sociedad alemana previa a la I Guerra Mundial, con el fin de tomar sus “curas” de salud. Están contadas mediante una narradora anónima de la que no sabemos mucho y que se diferencia de los demás por su condición de extranjera, siendo un trasunto evidente de la autora. Los alemanes, a ojos de esta inglesa, son prepotentes (“Alemanes a la mesa”) y no dudan en mostrar su hostilidad, pese a sus ademanes corteses, ni tampoco sus prejuicios, en materias que van de las costumbres alimenticias a la política, convulsa por entonces. Además, la pertenencia al grupo refuerza si cabe sus comentarios condescendientes y sus impertinencias, incluso en lo personal y relacionado con el matrimonio (“Frau Fischer”), que no dudan en juzgar sin conocer, prefiriendo la protagonista inventarse alguna que otra mentira ante la desconfianza que le genera esta buena y prestigiosa gente, sumamente cotilla, de ideas conservadoras casi siempre, obsesionada con la salud (“El luft bad”), modernos y puros, pero sólo en apariencia. Algunos de ellos se envuelven en un aura de regio misterio que les hace fascinantes (“El barón”), quizá también gracias al aburrimiento del lugar... pero cuando se averigua la verdad, pierden todo posible encanto. Otras veces son las habladurías y los equívocos (“La hermana de la baronesa”) lo que demuestra el ridículo de quienes veneran y engrandecen a otros simplemente por afinidad con las clases superiores y por afán de estar “bien relacionado”.
La dualidad entre apariencias refinadas, con inquietudes artísticas e intelectuales incluso (“El espíritu moderno”, “La dama progresista”) y unas formas de pensar que no lo son tanto, se concreta a menudo en la cuestión femenina; el protagonismo de las mujeres, su posición como esposas y madres, cargadas de trabajo y engendradoras de constantes bocas que alimentar, caracteriza unos cuantos relatos cuya relación con el balneario es más bien tangencial, o directamente inexistente. Una boda hace recordar, tomar conciencia de la posición subordinada que ocupa la mujer en una familia donde ella siempre va en último lugar (“Frau Brechenmacher asiste a una boda”). Una ignorante trabajadora de una posada despierta de su inocente estupor ante los peligros del sexo, y al mismo tiempo, ante el descubrimiento del milagro de la vida (“En Lehmann’s”). Un futuro papá atraviesa un calvario psicológico y siente que se le viene el mundo encima ante el nacimiento de su siguiente hijo (“Día de nacimiento”). Pero la fuerza de estas historias reside en sus formas engañosamente simples, en su capacidad de decir sin decir, de asomarnos a la vida interior de unos seres muchas veces vulgares (“La oscilación del péndulo”), a sus sensaciones, sus fracasos y triunfos insignificantes, ilusorios.
“Un incendio”, sobre el matrimonio, la amistad y la infidelidad, el único además donde asoma la “mujer mala”, me convence menos en su falta de desarrollo. Todo lo contrario con “La niña que estaba cansada”, que difiere del conjunto por tratarse de una visión verdaderamente cruel, terrible, terrorífica incluso, del abuso y de la esclavitud infantil, de la violencia que sufren los desamparados y cómo esta puede estallar cuando es imposible aguantar más.
Trece cuentos que se desarrollan en un balneario alemán donde los protagonistas van a tomas la cura de las aguas. Muy recomendable.
Son los primeros cuentos de la autora. Son cuentos sencillos de la vida diaria en un balneario.
Algunos tienen descripcion que te hacen pensar que estas ahi.