Resumen y sinopsis de El bandido de Robert Walser
Escrito en el verano de 1925, poco antes de que Walser abandonara para siempre la escritura, El bandido cierra el ciclo novelístico del escritor suizo y constituye la prueba irrefutable de la modernidad de su obra. Concebido como experimento literario –Walser jamás previó publicarlo–, El bandido es la historia de un pobre diablo enamorado de una camarera, de sus trifulcas, sus desplantes y todos los intentos que emprende con el fin de atraer para sí la belleza de su amor. Hasta aquí nada nuevo. Sin embargo, el genio de Walser va más allá y pone en tela de juicio buena parte de las convenciones de la novela tradicional. La distancia entre el narrador y el personaje se va diluyendo conforme avanza el relato, se nos prometen datos que no se nos darán y escenas que quedarán en el aire, se nos pide que colaboremos y que seamos condescendientes con el bandido, ese «inútil», ese «desecho» incapaz de atenerse a las leyes de una sociedad, la burguesa, que todo lo rige. Es éste un libro fascinante, único, en el que confluyen la ironía, la mordacidad y esa tímida melancolía tan típica de Walser.
Ha participado en esta ficha: bclaudia
Es tremendamente original pero, personalmente para mí, imposible de leer. Este libro es uno de mis empezados pero no acabados. Lo dejé por desesperación, por ser incapaz de seguir el hilo de la historia, que es muy simple, pero que da giros tan inesperados como traicioneros. Curiosamente, sin embargo, también me fascinó por este detalle.
El narrador se ríe del lector y es un falsario. Describe al bandido como un ser del que compadecerse, para luego machacarlo páginas después. Y lo mismo de sí mismo: se pone como un gran señor pero luego es de una chabacanería insoportable. El objetivo de este narrador es romper el pacto de confianza con el lector. Nos dice que va a explicar algo y luego no lo hace. Habla de cierto detalle con gran profusión y, luego, tan rápido como empezó, lo olvida.
Esto es increíblemente desesperante, pero si uno lo piensa bien, y si analiza como lo hace Robert Walser, es un ejercicio de genio, de desmontar las expectativas que, inconscientemente, nos genera la lectura y cómo esperamos que nos sean satisfechas. Gran y divertidísima idea, pero su lectura es un trabajo de héroes.