Resumen y sinopsis de Confesiones de una Máscara de Yukio Mishima
La primera novela de Yukio Mishima, Confesiones de una máscara, es su obra más dolorosamente autobiográfica y la que, no obstante, más malentendidos y controversia ha sucitado. Ya en su título nos encontramos con dos términos capitales en las modernas teorías sobre la sexualidad y el género, dos vocablos que remiten a dos herramientas epistemológicas capitales para acercarnos a la obra del escritor japonés. El título en sí mismo es una paradoja y una misteriosa tautología. Se autoinscribe de inmediato en el género de la literatura confesional, Confesiones, para seguidamente hacernos chocar con un término antitético un término de redefinición, performance y resistencia, Máscara. La literatura confesional traspasa los límites de una modalidad o un género literario para situarse en una modalidad escrita de discurso de configuración, fijación y control de las identidades. Sabemos desde Foucault que el sexo, la sexualidad moderna, no es sólo reprimida sino también incitada a mostrarse, a hablar de sí misma, a confesarse. La modalidad de confesión de la tradición cristiana y de la tradición psicoanalítica va a perfilar una identidad corporeizada y sexualizada que se esablece a través de discursos culturales y estrategias de poder.
Ejercicio de autoficción que supone un intento serio por parte de un joven de comprenderse a sí mismo, en su propia interioridad y en sus relaciones con los demás. No se queda en el tema de la sexualidad desajustada a la norma, sino que intenta bucear en una complicada identidad que oscila entre sus pulsiones ocultas, prohibidas, y la máscara que debe de exhibir ante el resto de la gente. Los límites entre realidad y representación a veces no están claros ni para el propio Koo-Chan/Mishima, que se refugia en el autoengaño y nunca es del todo un farsante, de una personalidad hipersensible, no muy diferente por fuera a las demás, pero neurótica y mortificada por dentro, presa de un sentimiento de no pertenencia al común de los mortales, el de una condición anormal que se esfuerza, pero nunca logrará satisfacer las expectativas depositadas en él por su familia o por sus compañeros de estudio. El “enemigo” no es exactamente la sociedad, lo es él mismo, como corresponde a la experiencia de la homosexualidad en una época, en un país, donde lo que hoy denominamos “salida del armario” resulta ser algo inimaginable, cosa que nos puede parecer como de otro tiempo.
Los mejores episodios del libro puede que sean los que hablan de la peculiar sexualidad de nuestro protagonista, que no escatima detalle al abordar unas fantasías poco menos que sadomasoquistas, donde aparece vinculada la belleza a la muerte (propia o ajena), a la sangre o a cierto heroísmo trágico, como en el célebre cuadro del martirio de San Sebastián, por no hablar de los primeros descubrimientos infantiles. El cuidado estético, la elegancia en cada descripción, acompañan a un relato siempre sincero y que evita caer en sentimentalismos, escrito desde la contención y la reflexión. Por contra, es irregular, confuso a veces por cuanto recurre a numerosas pajas tanto mentales como de las otras, que a veces cuesta descifrar. Un punto de interés, la guerra interna del muchacho frente a la guerra que libra su país, ya durante sus últimos días; la historia transcurre en una normalidad alterada por bombardeos, por una disciplina militar, la de una nación que experimentaría su propia crisis de identidad. La narración cae en un ensimismamiento que puede derivar en monotonía, siempre centrada en el yo y quedando por ello el resto de personajes un tanto desdibujados.
El protagonista narra en primera persona su vida y como desarrolla sus inclinaciones homosexuales desde muy joven, más allá nos cuenta sus emociones y su visión de la vida en medio de la época de guerra que le toca vivir.
La narración a veces se torna lenta y se pierde el ritmo, sin embargo, no deja de ser una novela con cierto valor y con pasajes que valen la pena.
Las razones por las cuales evalúe al libro con esta nota son las siguientes:
La primera parte del libro, yo diría los dos primeros capítulos, trata la vida infantil y preadolescente del personaje principal, y debido a que son experiencias que en un lector adulto se encuentran ya lejanas, resultan a ratos pesadas las referencias psicológicas y los relatos que hace la persona que narra su vida. Uno, debido a esta carga, podría fácilmente dejar su lectura; incluso no dudo que producto del género autobiográfico aquí utilizado, el autor del libro haya querido justamente dificultar la lectura adrede para alejar a gente chismosa o de poca disciplina. La aridez de esta primera parte me hizo pensar que la obra, lejos de su prestigio, había visto su prestigio bastante inflado, sin embargo...
Sin embargo, conforme uno recorre las páginas, se sobrecoge uno con las imágenes vívidas de las experiencias del joven; que reconoce en él las señales de sus inclinaciones sexuales. En un tema todavía tabú en nuestros tiempos, sorprende la manera magnífica en cómo Mishima logra mostrar sin sombras la naturaleza incipiente de una sexualidad floreciente. La lectura, como bien pueden notarlo, comienza a acelerarse, conforme uno se aboca por completo a seguir la trayectoria del supuesto autobiografiado.
La razón que me llevó a elevar la calificación que al final le daré a esta obra fue el relato escalofriante y revelador de las relaciones del personaje con una chava, que aparentemente lo saca del atolladero de su sexualidad poco convencional, para que, al final, todo este esfuerzo se deshaga en un segundo, fenómeno que cierra de manera alucinante esta obra. Mishima, en esta obra, dejó lo mejor para el final.
Novela aún primeriza que adolece de un intento de grandiosidad calculado, aunque por momentos resulte sumamente interesante. Creo sinceramente que Mishima dio de sí lo máximo al final de su trayectoria.
Considerando la época en la que está escrita es una manera muy diferente de abordar la orientación sexual si se compara con sus antecesoras, al menos, las que yo conozco. Además puede ser un poco perturbadora en ciertos momentos.
Si se tiene en cuenta que, en gran parte, es una autobiografía se comprende el por qué de un final tan abierto.
Interesante novela que encadena momentos de la vida del narrador de forma que no sólo profundiza sobre su alienación y soledad, sino que las reúne en medio de acontecimientos históricos, como la Segunda Guerra Mundial. Por momentos no se sabe a dónde quiere llegar con lo narrado, y además el final es abrupto, dando la sensación de no haber sido terminado. Pero, más allá de eso, es una lectura amena y de prosa elegante.
Buen paseo por un poco de la historia japonesa, pero la historia demasiado simple, terriblemente aburrida y repetitiva. Aunque presenta una problemática hoy en día muy común, la historia carece de fuerza e interés.
En mitad de la obra dice no dar algunos datos para no aburrir al lector. Pues lo consigue, suerte que de fondo se puede ve la vida cotidiana japonesa de finales de la guerra.
Me fascino esta historia intima sobre la vida de un joven que descubre sobre homosexualidad e intenta ocultara como puede. No solo por el cuidado estilo y la hermosa precisión con la cual esta escrito, sino también por las interesantes reflexiones que hace sobre si mismo el narrador/protagonista. Aunque algunas de sus fantasías o pensamientos puedan llegar a ser inquietantes. Por ejemplo su obsesión con la muerte y la tortura.
Sin que sea lo esencial, se muestra la segunda guerra mundial , desde un punto de vista bastante diferente al tradicional. Lo narra un joven civil que no parece demasiado interesado en la política.Pero que nos cuenta cómo el cielo se tiño de rojo por los bombardeos , cómo no podían distinguirse los aviones aliados de los enemigos etc.
Interesante relato, por momentos polémico, y por lapsos un poco aburrido pero que no deja indiferente.