Resumen y sinopsis de Pólvora negra de Montero Glez
Mateo Morral, joven anarquista catalán, llegó a Madrid sin más equipaje que el de una maleta ligera de peso aunque cargada de secretos, dramas, ideologías y un regalo mortal. Era el mes de mayo de 1906 y las calles de la ciudad se engalanaban ultimando los detalles de una boda, la de Alfonso XIII con Victoria Eugenia. Mateo Morral iba a ser el encargado de arrojar su regalo mortal al paso de los reyes: una bomba envuelta en un ramo de flores.Premio Azorín 2008
Ha participado en esta ficha: bclaudia
Me resulta muy difícil dar mi opinión sobre un libro de Montero Glez sin comportarme como una "belieber"... El manejo del lenguaje que tiene este autor me parece que no tiene rival, al menos en la actualidad, y por eso salto como un perro en celo ante cualquier trabajo de él que se me haya pasado desapercibido.
En "Pólvora Negra" el despliegue de recursos narrativos, lo que cuenta y cómo cuenta, es apabullante. Todos y cada uno de los personajes están perfilados a láser. El teniente Beltrán para mí debería entrar de cabeza en el "Hall of Fame de los Malvados". ¡¡¡Menudo personaje!!!
La historia es muy interesante y está contada de un modo trepidante. El principal "pero" que le encuentro a "Pólvora Negra" es que al final, con tanto personaje, tengo la sensación de haber perdido un poco el hilo de la historia y me ha quedado ese gusto amargo de los libros que se dejan a medio exprimir. Estoy convencido que en una segunda lectura acabaré sacándole todo el jugo al ingente trabajo de documentación que debió haberse metido Montero Glez entre pecho y espalda. Altamente recomendable.
Se edita en bolsillo "Pólvora negra", ganadora del Premio Azorín, primera incursión del escritor en el género histórico, al novelar el atentado del anarquista Mateo Morral. Muy bien documentada y vivamente narrada con el lenguaje canalla que caracteriza a Montero González, el libro constituye la obra más completa hasta ahora de su autor, nuestro Galdós del siglo XXI. Una joya.
Me ha sorprendido la lectura de este libro. Partiendo de una historia muy interesante, el atentado del anarquista Mateo Morral contra Alfonso XIII el día de su boda, el autor teje una obra espesa, indigesta, desagradable y extraña.
El autor se embrolla en una serie de repeticiones sin cuento y en el abuso de determinadas metáforas que acaban destrozando el libro. Yo he acabado hastiado del "plomo de los ojos" en relación a los ojos grises de uno de los protagonistas, del "aliento de los perros enfermos" con respecto al olor del Madrid de principios del XX, del "pulpo crudo de los labios", etc... Metáforas que, en algunos casos, están metidas con calzador. Asimismo el autor introduce, cada pocas lineas, algún evento venéreo altamente desagradable, donde también abusa del lenguaje metafórico recargado. Esto hace que su estilo soez pierda la frescura, pues llega a cansar.
Por si fuera poco la historia está contada de forma inconexa, desaprovechando los saltos cronológicos con la que narra la historia, entrando en repeticiones absurdas y que hacen que se pierda el hilo de la historia. Asimismo los protagonistas son presentadas con todos sus defectos, no dejando opción al lector a que se identifique con ninguno de ellos. De esta forma todas las mujeres del libro son prostitutas o adulteras, los hombres son cobardes o cornudos o pichabravas y torturadores.
En fin que creo que el autor estropea una buena documentación y ambientaciones en una onanismo mental que destroza lo que pudo ser un buen libro.
Con su estilo único, Montero Glez nos cuenta con todo lujo de detalles como era la sociedad española, desde organismos como la Guardia Civil a grupos anarquistas. Muy recomendable.
Resulta frustrante contemplar cómo el autor pierde la oportunidad de crear un relato grande y vemos con decepción el resultado final de este libro. Presenciamos la peor forma de desperdiciar una buena labor de documentación y un material de fondo que podría haber servido para que, aficionados a la Historia y muchos mas, disfrutásemos de su consideración un siglo después. La única explicación posible es que el autor en un intento desmedido por destacar en originalidad, frescura y humor, haya descuidado los principios elementales del arte: y es que al ser el lenguaje tan forzado no conecta ni transmite absolutamente nada al lector. Vale que los personajes sean vulgares si han de serlo, tampoco todos se sobreentiende que lo deberían ser por su extracción social o cargos que ocupan aunque el autor se empeñe en que aquella época destacaba exclusivamente por su ordinariez, pero lo que no es aceptable es que el escritor en su relato sea tan vulgar. Cabe recordar que el autor no se sirve de una figura de narrador que presencie o rememore los hechos, sino que él mismo en este siglo XXI va describiendo, de forma novelada, lo que a su entender ocurrió por aquellas fechas, por lo que tampoco se entiende que el autor se mimetice con los personajes de su obra y nos castigue con sus exabruptos. Su lenguaje narrativo no solo destaca por la falta de lirismo sino que principalmente por la interminable repetición de metáforas, que el autor ha debido entender como verdaderas genialidades, como la referencia al “plomo de los ojos” del protagonista, la incesante invocación a los malos olores comparados con los “alientos de los perros”, etc. hacen de la lectura un ejercicio fatigoso e incluso indignante. Pero lo que sin duda es insultante es que el “artista” se tome la licencia de hablar por el mismísimo Valle Inclán.
Por lo demás, y como habitualmente ocurre en este género de obras, la violencia continua que utilizan prácticamente todos los personajes relevantes de la obra, así como sus constantes vejaciones, hacen que el lector pierda la potencialidad de impresionarse ante las mismas o de sentir cierta empatía hacia las víctimas. Lo mismo ocurre con el protagonista principal, Torrente de cambio de siglo, que carece de gracia, interés y que no transmite absolutamente nada, ni bueno ni malo, de lo mal tratado que por el autor está. Esto se encuadra dentro de una atmósfera general de feísmo y vulgaridad (que bien manejado podría alcanzar cotas ilimitadas de belleza pero no es el caso), en la que lo único que trasciende es el gran desprecio que siente el autor ante absolutamente todos los personajes que salen en la historia, los cuales son descritos únicamente por sus peores cualidades.
Finalmente reconocer como positivo los saltos cronológicos de la obra, así como conducirnos a una época tan olvidada por la mayoría. Gracias al jurado del Premio Azorín pues con su sello sabremos que libros no comprar.
Muy buen libro, y muy buena descripción del Madrid del principio de siglo. La boda del rey Alfonso XIII, el atentado, las cafeterías, se describen con todo lujo de detalles. La guardia civil, los anarquistas, los obreros y la sociedad de principios del siglo 20 se describen con total minuciosidad. Que nadie desaproveche la oportunidad de leer este libro, porque no tiene ningún desperdicio.