Resumen y sinopsis de Balas de plata de Élmer Mendoza
Hundido por el abandono de la mujer a la que ha amado, y necesitado de psicoanalista, al agente Edgar «el Zurdo» Mendieta se le acumula el trabajo en cuanto se hace cargo del asesinato de Bruno Canizales, un prestigioso abogado con doble vida, hijo del ex ministro de Agricultura, al que encuentran con la cabeza perforada por una bala de plata. El teléfono del Zurdo no deja de sonar con las llamadas de su superior, que va anunciándole la aparición de nuevos cadáveres en tan sólo un par de días. ¿Quién hay detrás de todo ello? ¿Los narcos?, ¿los políticos alborotados ante las elecciones que se acercan?, ¿los miembros de la dudosa Pequeña Fraternidad Universal a la que pertenecía Canizales? La investigación, que no sin humor y adrenalina recorre antros y mansiones, y mezcla reporteros y bellísimas lesbianas, destapa un intrincado ovillo de perversos intereses, en el que el único realmente empeñado en ir hasta el fondo y, para variar, hacer justicia, es «el Zurdo» Mendieta. Tal vez porque ya no le queda nada que perder.
Ha participado en esta ficha: ERB_Lector
Muy confuso, tenés que adivinar quién es quién.
La trama es interesante, pero la falta de puntuación atenta contra la lectura.
La verdad que al principio cuesta cogerle el hilo al lenguaje que se utiliza, próximo al que usan en méjico a pie de calle, pero una vez dentro la novela atrapa y sin ser novela negra pura ,tiene giros inesperados y tensión narrativa suficiente para dejarte envolver por su trama.
Se lee de un tirón y está muy bien contextualizada en el Méjico de los narcos y de la corrupción. Aunque trepidante y de un ritmo feroz ,en algunos momentos me ha recordado las tramas de Agatha Christie de la que no soy muy seguidor.
Un libro redactado de una manera muy particular del autor, pero leyendo los primeros episodios la mente se logra adaptar fácilmente. La historia me gustó con un detective que me pareció diferente, esperaba al superhéroe que todas se las puede, destrozando organizaciones criminales por su propia mano, pero es un poco más acorde a la realidad.
La manera en que está escrita se vuelve un poco tedioso, cansado. La historia refleja de manera cruda la situación real del país pero aún así, es incluso inverosímil hasta cierto punto. Vale la pena para una fin de semana.
Esta novela, y otras más de este autor son tan buenas que podrían ser útiles en la formación policial de los investigadores de crímenes. Y aparte es muy instructiva, a los lectores nos da ideas de por qué muchos de los crímenes no se aclaran y tampoco se castigan.
Me flojea un poquito en los diálogos, ¡pero por lo demás muy bien!
Lo que encontré en esta novela fue lo que menos pensé encontrar, me agradó bastante. El autor nos retrata el ambiente de Culiacán. Es una buena historia policíaca porque te despista y te hace sospechar de todos hasta el inesperado desenlace. Pero creo que conforme avanza el caso, el muerto deja de ser lo importante y la historia fuerte se encuentra en el Zurdo Mendieta, el detective, al que no le dejan de llover sorpresas. Me encariñé bastante con ese personaje y me gustó mucho esta frase: “Soy un crápula con pesados recuerdos, un pobre pendejo que se enamoró de la mujer equivocada y enamorarse es soñar, imaginar situaciones que pocas veces ocurren".
Una novela que refleja muy bien las relaciones del poder y el crimen organizado y sobre todo la hipocresía reinante entre los poderosos.
La trama de la novela es interesante y mantiene la tensión hasta el final.
El final es sorprendente, pero desde mi punto de vista con un punto de engaño hacía los lectores.
El estilo de la prosa de Élmer Mendoza integra en un mismo nivel la descripción con los diálogos y los pensamientos de los personajes, de manera similar a como lo hacen McCarthy en La Carretera o Donleavy en El hombre de mazapán. Sin embargo, a diferencia de estos dos, sea por el uso de mexicanismos y de estructuras típicas del dialecto, sea por la trama policial que cambia de escenario constantemente y que va aportando nuevos y diversos datos sobre la investigación, su lectura resulta confusa e incómoda de seguir.