Resumen y sinopsis de Los Pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán
Emilia Pardo Bazán reivindicó un "naturalismo" autóctono, de carácter castizo y propio de la literatura española. "Los Pazos de Ulloa" es una muestra de esta convicción y su obra más destacada. Como otras novelas europeas del cambio de siglo, es la saga de una clase social en decadencia: la aristocracia rural gallega. Dramáticas escenas entre personajes trazados con fuerza, descripciones intensas de una estructura política corrupta, alternan con las evocaciones del campo. Novela regional, pero no regionalista, no se limita en sus implicaciones a una región elegida por su pintoresquismo, sino que se inspira en esa ambientación para hacernos una declaración universal de la época.
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Pero qué bien escrito está este libro y qué extraordinaria descripción de la sociedad rural gallega del siglo XIX. El papel de sometimiento de las mujeres, la hipocresía de la Iglesia, el caciquismo. En fin, me ha sorprendido muy gratamente.
Quisiera una vez más insistir en la inestimable ayuda que nos prestan ediciones tan cuidadas, como ha sido en este caso la colección de Clásicos Hispánicos de Vicens Vives, en la asimilación de estas lecturas decimonónicas que en ocasiones resultan un tanto dificultosas tanto por su estilo, lenguaje, etc.
Es esta una buena muestra para conocer a una figura recientemente muy reivindicada en su ciudad natal por el centenario de su fallecimiento.
Es un maravilloso fresco de la vida rural del interior de Galicia a finales del siglo XIX. No solo de las costumbres, sino también de la política. Los personajes son contundentes y, además de Julián, destaco a Primitivo como el poder en la sombra, que da un matiz siniestro a la lectura. Muy recomendable por lo bien escrito que está.
El mundo rural en un lugar del interior de Galicia hace un siglo. Un mundo brutal, machista y reaccionario. Atrapado por sus costumbres y creencias más que por las leyes.
La ley de los hombres, entendida como la de una menguada nobleza rural gallega, con sus privilegios y jerarquías, frente a la ley de una naturaleza descontrolada, que solo entiende de fuerza bruta, de instinto, tal es el conflicto central tras la novela más célebre de Doña Emilia. No es gratuito que los pazos donde transcurre la acción sirvan de título, pues vienen a ser el auténtico protagonista, capaz de configurar un atmósfera fundamental, con su vegetación, arquitectura, etc., meticulosamente descritos, que influirá sobre los individuos y sus acciones… Los pazos de Ulloa son una suerte de mundo del revés, el hogar de una clase social venida a menos, de señores que en el fondo no lo son y de siervos enseñoreados que, a su manera, sin escrúpulos, controlan cada uno de los aspectos de la vida del lugar. Porque es la ley del más fuerte, la del impasible, taimado mayordomo Primitivo, la que impera, aunque uno se queda con las ganas, todo sea dicho, de más intervenciones de tan sugerente villano. La autora recurre a las técnicas del naturalismo para abordar la realidad en sus aspectos más materiales, escabrosos incluso, al menos para la época de redacción (como la tremenda escena inicial, en la que se emborracha a un pequeñuelo), pero destaca también por rasgos dignos de la literatura gótica, como la presencia de sueños, o todo un segmento que destila un terror de lo más clásico.
Es el contexto, por tanto, lo que define a unos seres de personalidad fuertemente trazada, puestos a prueba en cuanto abandonan un ambiente que les es característico. La religión, sin ser objeto de crítica, lo que cierto es que no sale triunfante. El joven sacerdote Don Julián, como antihéroe de la historia, es un timorato sin experiencia en la vida, practicante de una religiosidad pacata. Su intento de cambiar, de rectificar el mundo violento y sensual con el que se ha topado, se saldará con el peor de los fracasos, pues es difícil frenar la inercia, enderezar lo que lleva mucho tiempo torcido, siendo el suyo un doloroso aprendizaje… sin embargo, el vínculo que establece con su señora es tan puro, tan ideal la conexión de dos almas inocentes, que contrasta vivamente con las relaciones más animalizadas, o bien interesadas, de los demás habitantes del pazo. Otro tema relevante es el del imparable avance de la modernidad, de una política caciquil consistente en trampas, en guerras sucias, que es vista con absoluta desconfianza, indigna quizá de la mentalidad más aristocrática de una Pardo Bazán cuyo narrador no es tan omnisciente; pinta externa e internamente a cada personaje, se recrea en la descripción de un banquete, de una cacería nocturna, adopta (en un episodio crucial) el punto de vista de un niño… notable la maestría, en fin, con que es desplegado cada recurso.
Es una buena novela, aunque no puedo decir que me haya impresionado sobremanera. Cuenta las intrigas de provincia de unos personajes con los que no logro conectar del todo. Siento, al leerla, que me recuerda a otras obras similares, como Eugenia Grande por citar solo una. Está muy bien escrita, con un estilo florido y muy trabajado.
Buena novela para entender la vida rural en Galicia. Desprende mucho trasfondo y no es nada superficial. La lectura va calando poco a poco hasta entender muchos matices que se dejan apreciar.
Novela más representativa de Pardo Bazán. En general me ha gustado bastante, aunque sin llegar a la excelencia. Los capítulos dedicados a la política rural y el no discernimiento de algún hecho clave (la huida repentina del párroco del lugar nos deja sin saber el destino del niño escondido en el hórreo con un bebé) me dejaron un sabor agridulce. Pero por lo demás es una novela muy bien hilvanada, con un peso dramático importante dentro del ambiente rural gallego. El protagonista principal es un párroco que es destinado a un pazo gallego en decadencia, en el cual su propietario siembra el terror entre los habitantes del mismo. Esos momentos de tensión son de lo mejor de la novela, tratados con sensibilidad magistral. Me lo leí bastante rápido.
Este fantástico clásico de las letras gallegas, destaca por su gran riqueza léxica y su influyente vena naturalista.
Una triste historia de desencanto y de decadencia, en el que la crudeza de la condición humana se revuelca entre la salvaje frondosidad paisajística.
Antropofagias caciquiles y luchas intestinas, que desvelan lo más vil y putrefacto de una burguesía rural capitidisminuida.
Bajo mi punto de vista está infravalorada. Debería tener un mayor reconocimiento por parte de la crítica y los fervorosos estudiosos de nuestra lengua.
Emilia Pardo Bazán era una mujer sensible de genio vivo. Una talentosa escritora que ponía el dedo en la llaga en sus narraciones, y que demostraba una gran maestría con su vivacidad y con su estilo.
La he vuelto a releer 20 años después.
Me ha gustado menos de lo que esperaba y recordaba. Me parece que Blasco Ibáñez o, sobre todo, Zola hubieran sacado chispas de esta historia.
El personaje de Julián bien perfilado, pero el de Primitivo podía dar mucho más.