Resumen y sinopsis de Una lectora nada común de Alan Bennett
Si sus perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio. Y no habría conocido a Norman, el joven pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro. ¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada? Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett. Y de ella a Proust. Y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros. Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido un lugar vacío ocupado por una fuerte idea del «deber», descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer.
Han participado en esta ficha: La Kami Con K ERB_Lector
Sorprendentemente aburrida, Una lectora nada común es un burdo intento de comedia usando un personaje tan controvertido como es la reina de Inglaterra Elizabeth II. Y quizás sea debido a que el humor inglés es muy diferente del español (y ya puestos de cualquier otro del mundo), pero es que con esto ni siquiera exhibes una sonrisa o logra encandilarte pese que que habla de lectores y libros.
Alan Bennett es un autor muy famoso en Reino Unido. Pero aquí, en España, es relativamente desconocido. Sinceramente no me extraña. Para mí Bennett es un escritor mediocre que posee un estilo de escritura burdo, simplón y ejecutado de manera nefasta. Y todo esto gracias a una prosa lenta, pesada y desarrollada y estructurada de manera penosa, un lenguaje funcional (mención especial al aberrante plural "mayestático" que siempre me ha puesto de los nervios y es muy típico del lenguaje de la realeza) y unas descripciones demasiado fáciles, básicas y muy poco atractivas. Menos mal que no necesitas mucho para imaginarte cómo es un palacio, porque si esperas que te lo cuente Alan Bennett, vas lista.
No es complejo determinar de qué trata una novela titulada Una lectora nada común. Y es que, aunque no sepas la identidad de la lectora, ya sabes que la trama va a tratar de libros. Así que en este caso tenemos una enorme colección de autores y obras (británicas, of course) con opiniones del propio autor (que asegura habérselas leído todas). Pero no es ese el argumento principal del libro. Y es que esta obra trata sobre el despertar lector de la mismísima reina Elizabeth II. Así que el libro nos cuenta la, claro está, inventada historia sobre cómo la reina comienza a aficionarse a la lectura. La entrada a ese fascinante mundo le trae diversos problemas, no solo con la familia, sino con los servidores de su majestad, que ve como la reina está distraída e imbuida en sus lecturas. Paralelamente a esta historia, el autor también nos desvela interesantes datos sobre la vida en palacio y el protocolo a seguir en caso de interacción con su majestad real. Pero es ante todo una historia sobre los libros, lo que nos aportan, nos descubren y enseñan. Y de cómo nunca es demasiado tarde para engancharse a la lectura. Así que observamos el cambio que se produce en este personaje nada común hasta un final, que dicho sea de paso, es completamente inverosímil, pero está investido de cierta belleza.
En resumen, Una lectora nada común es una simpática novela con una protagonista peculiar que sirve para representar la inmersión en el maravilloso mundo de la lectura. Quizás Bennett ha exagerado sus efectos benéficos o ha pintando un retrato algo artificial de la reina para que se opere tanto cambio en ella con solo leer un poco. Pero lo que está claro (y este es el principal mensaje de esta novela) es que leer cambia tu percepción, tu realidad, en definitiva, tu propia vida. Quizás por eso, todos en el fondo seamos lectores nada comunes. A fin y al cabo, leer es un actividad curiosa en estos tiempos donde se busca la inmediatez y la recompensa fácil.
Me gustó mucho, es una novela muy cortita y amena. Cuenta el surgimiento y proceso de la bella pasión de la lectura de la Reina Isabel II. La recomiendo.
Lo mejor de este libro es su brevedad. Historia inverosímil y trama sin interés.
Una lectura muy sencilla. Explica con sentido del humor cómo cambia la vida cuando pica el gusanillo de la lectura, cómo se convierte en una pasión más que una afición. Entretenida.
"Pero las dudas que tenía y las preguntas que se hacía eran sólo el principio. En cuanto cogió el ritmo, el deseo de leer dejó de parecerle extraño, y los libros, a los que había acercado con tanta precaución, se convirtieron poco a poco en su elemento".
Se lee como un cuento agradable, por momentos divertido, y de alguna forma irreverente con esa estructura de gobierno que el autor demuestra caduca.
Divertido y original, pero va perdiendo intensidad hacia la mitad de la novela.
Es un cuento estupendo. Da gusto leerlo. Simpático, bien escrito y original.
Breve y muy simple, la verdad. No me parece atractivo, aunque se lee bien, es cierto. Para una tarde aburrido en una autobús o tren.
A Alan Bennett le descubrí hace unos años con "La dama de la furgoneta" y ahora con "Una lectora nada común" me ha vuelto a sorprender favorablemente. Ambas son dos novelas breves, pero deliciosas. En ésta, la protagonista es una hipotética reina de Inglaterra y su afición por la lectura. Apenas cuenta nada más, pero resulta agradable, entretenida y se puede leer, porque no es muy extensa, durante un no muy largo viaje de tren. Yo la disfruté viajando de Madrid a Barcelona, en el AVE, y el trayecto se me hizo corto.