Resumen y sinopsis de La campana de cristal de Sylvia Plath
Esther es una joven universitaria que recibe un premio consistente en vivir unos meses en New York y conocer los entresijos del mundo editorial (publicaciones de cuentos o libros, revistas de moda...). En esos meses vive una vida regalada, con lujos y atenciones. Pero de entre esas primeras páginas surge Esther con su apabullante y tenaz vida interior. Su vida es una sucesión de tensiones morales, sociales, de imposiciones escritas y no escritas; de tabúes sexuales; de costumbres rurales en un mundo cambiante; de sueños incumplidos; de necesidades vitales apartadas; de anhelos desesperados; de miedo, de mucho miedo por la vida. Cuando acaba su estancia en New York y vuelve a su pueblo caerá sobre ella todo el peso de la realidad cierta o no.
Novela semiautobiográfica, se describe el desencanto por los seres más cercanos, el sentimiento de tedio y desapego por todo lo que hay alrededor y la pérdida de interés por lo que en un principio a la protagonista le apasionaba; esa descripción de anhedonia que invade su vida y que cada vez es más fuerte. Más de una vez nos hemos sentido, en mayor o menor medida, como se sentía Esther Greenwood.
En un momento de la lectura recordé algo de "El túnel" de Ernesto Sabato y en otro pasaje me pareció tener entre las manos "El guardián entre el centeno", en fin, me pareció una lectura que definitivamente vale la pena.
Sylvia Plath solía escribir poesía. Un buen día decidió escribir esta dura pero hermosa novela. Es sobre la vida de una joven muy talentosa que logra llegar lejos y la forma en la que ella trata de encajar en un mundo difícil, estricto. Su depresión y el costado más oscuro de una vida.
Al poco tiempo de publicarla, sylvia plath decide suicidarse; y lo hace.
Esta novela es deliciosa.
Abre la mente a un mundo complicado, pero muy real al mismo tiempo. Vale la pena leerla.
La Campana de cristal es la obra en prosa más famosa de la poetisa Sylvia Plath. Al ser una obra semiautobiográfica, tiene un inestimable valor para conocer un poco más el trastorno mental que atormentó a la autora a lo largo de toda su vida. Pero desde el punto de vista literario, es una novela tremendamente sobrevalorada que me ha dejado más bien indiferente.
Los primero que me llamó la atención es la forma en la que está escrita, en especial el tratamiento que recibe el personaje principal. Plath despersonaliza mucho a Emily debido a la enorme distancia que deja entre ella y el lector. Los sentimientos de la protagonista te llegan de forma muy atenuada, lo que hace realmente difícil empatizar con ella. Y eso es lo extraño ya que está narrado en primera persona.
Además se nota mucho que su autora es poeta. A la elegancia y ritmo del texto se le suma que casi todas las emociones de Emily se desencadenan por una circunstancia externa, generalmente el clima, pero no solo eso. El silencio, el aspecto de una persona, la disposición de los muebles de una habitación, etc. es suficiente para que la protagonista alcance una emoción, normalmente depresiva. Y esto a lo largo de más de 350 páginas acaba por aburrir a cualquiera.
La historia, si es que puede llamarse así, trata sobre un periodo de la vida de Emily Greenwood, estudiante universitaria aplicada, que tiene una crisis nerviosa a raíz de un viaje a Nueva York que le hace ingresar en un manicomio. Pero la trama no es contada de manera lineal, si no que da muchos saltos hacia recuerdos, escenas supérfluas y otras que no llegas a comprender del todo. No sigue una estructura fija y prueba de ello es que el final es igual que el principio y, por supuesto, te quedas igual. Solo sigues un rato la vida de Emily y después la abandonas a su suerte.
El personaje principal resulta un poco superficial y vacío, producto de una construcción a medias que supongo solo entenderá Sylvia Plath. Creo que Emily tiene tantas características de la propia Plath, que a ésta se le olvidó contar algunas cosas para aclarar la situación.
Resumiendo La Campana de Cristal es una bella obra en cuanto al como está hecha, pero su contenido es bastante insulso. Puede que se deba al hecho de que Sylvia Plath ha sabido escribir una obra personal, pero no intimista, de la que el lector se ve siempre excluido. Probablemente a esto se deba mi tedio y hastío mientras la leía. Aún así la manera en la que está hecha es suficientemente atractiva y extraña como para recomendar su lectura. Pero mentalizaros antes ya que la campana de cristal de la depresión siempre está al acecho cuando lees a Sylvia Plath.
Desequilibrada novela semi-autobiografica, con la que Sylvia Plath ahonda en los horrores y padecimientos que provocan los trastornos psíquicos o mentales.
Abismos depresivos que generan confusión, y que acuchillan vivamente la fragilidad sensitiva de los estados emocionales.
A través del uso de la primera persona, y de pinceladas tan límpidas como traslúcidas, la autora busca ansiosamente el final a esa sinuosa e inquietante pesadilla.
Lamentablemente no hay que olvidar que esta genial poetisa acabó sucumbiendo nuevamente a la enfermedad: se quitó la vida de un plumazo, suicidándose mediante la inhalación de gas.
Me ha atrapado desde que he empezado a leerlo. Es interesante saber que es un libro semiautobiográfico de la autora, así aun se me ha hecho mucho más duro y asfixiante pensando que ella ha pasado por esos malos momentos. Recomiendo su lectura
El libro refleja perfectamente el estado de confusión que suele suceder al tener que optar por un camino excluyendo otro. Plath, a mi parecer, se mueve sobre extremos y logra que sintamos su desesperación laberíntica.
Aunque es cierto que está bien escrito, me pareció aburrido y sin una verdadera trama argumental, me dio la sensación de que tan solo describe el estado emocional de la protagonista y deja de lado todo lo demás.
Leí este libro durante las vacaciones, y aunque es duro, me encantó la sensibilidad de esta escritora.
Un libro que me permitió conocer a su autora,una prosa que a veces es poesía y otras peca de sobrecargada, quizá. No obstante, es fácil de leer, cualquier chica joven, universitaria podría verse reflejada y me deja con el gusanillo de seguir descubriéndola.