Resumen y sinopsis de El miedo de Guy de Maupassant
Cinco relatos claves para analizar los matices del miedo y sus límites fronterizos, la locura y la angustia en toda su grandeza humana, parte inexcusable de la aventura de vivir. A la nouvelle «El miedo», acompañan «Un caso de divorcio», «Junto a un cadáver», «Quién sabe» y «Él», todas exquisitas narraciones del mejor cuentista francés del siglo XIX, explorador de todas y cada una de las pasiones del hombre, de lo que, en definitiva, somos.
Guy de Maupassant nace en 1850, discípulo de Flaubert y admirador de Balzac. Se encuentra a caballo entre el realismo y el naturalismo. La locura lo amenaza desde siempre y muere en el sanatorio donde estaba ingresado sin haber recuperado la razón. Su obra es de las más representativas y notorias de la literatura fantástica del siglo XIX. El pesimismo, la guerra, la crisis económica, etc., le confieren a la humanidad una visión trágica. Presente en todos los relatos, la muerte da a esta recopilación su o sus colores, desde el gris casi neutro hasta el negro más profundo.
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Relato que, tal que si fueran esas famosas muñecas de porcelana rusa, contiene dentro de sí dos historias breves pero intensas. De ellas se vale el narrador para ejemplificar lo que se siente al pasar miedo. Me gustó más la segunda (el temor por la llegada de un asesinado en una solitaria cabaña de un bosque) que la primera (la sed y la desesperación en el fragor de un desierto). El final de la narración que atañe a la cabaña del bosque no tiene desperdicio (obviamente no lo revelaré).
Estos relatos han sido bien agrupados conforme a su temática. Todos ellos son fruto de las angustias psicológicas tremendas que padeció Guy de Maupassant, las que se reflejan en cada cuento.
En este cuento Maupassant me recordó un poco a Poe. Se nota la visión particular y por ende irreal del autor, fruto de su incipiente proceso de locura. Ciertamente tenía miedo del miedo, y este relato roza la obsesión o quizás sea solamente cinismo.
Buen relato de Maupassant, en el cual la escena de los tambores redoblando en las dunas de arena, multiplicando su ritmo (y la angustia) a lo largo del desierto, me resultó inolvidable.
Relato clásico que sirvió de modelo a muchos autores posteriores del género. Interesante.