Resumen y sinopsis de La fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa
La novela que lanzó a la fama a Yoko Ogawa. Un canto a la amistad, el amor y el respeto, y una apasionante introducción al mundo de los números.
Una madre soltera entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas. Sin embargo, no es un profesor cualquiera: antaño fue un reconocido matemático pero, tras un trágico accidente, solo recuerda lo ocurrido en los últimos ochenta minutos. Aunque siguen apasionándole los números y la resolución de problemas matemáticos, debe apuntar las cosas importantes en post-its para repasarlas todos los días, incluida la identidad de quienes lo rodean; una situación que lo vuelve muy vulnerable. Sin embargo, el profesor irá aceptando en su vida la irrupción de la asistenta y de su hijo, Root, de diez años, con quien comparte una pasión: el béisbol. Poco a poco se irá fraguando entre los tres una hermosa relación fundada en el afecto y la transmisión del saber. Una novela que devuelve la fe en el alma humana.
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Precioso y sorprendente relato, La fórmula preferida del profesor, es el mejor ejemplo de como las matemáticas pueden resultar, además de útiles de gran belleza y, dotar de sentido y magnificencia a los problemas de la vida cotidiana y a las propias relaciones humanas. Resulta, por tanto, una lectura que además de gratificante resulta muy enriquecedora.
Mi galería de escritores japoneses conocidos es bastante breve. Así que no me extraña que desconozca a Yoko Ogawa, autora de culto en Japón donde ha ganado los más prestigiosos premios de literatura. Ogawa es una magnífica escritora con un estilo pausado, elegante y muy hermoso. Su prosa resulta lenta pero hipnótica y relajante, el leguaje de un lirismo extraordinario y sus descripciones, bonitas y minuciosas consiguen que las cosas más vulgares parezcan extraordinarias. Pero uno de los mayores aciertos del libro son sus personajes. Construidos sin fisuras, resultan cercanos y humanos, a pesar de lo poco que conocemos sobre ellos. Y es que la autora es capaz de configurar toda la obra usando solo cuatro maravillosos personajes que tienen una enorme importancia en la trama y que se van desplegando a lo largo de la novela en el momento preciso de una manera tan perfecta que parece como si bailaran.
La historia que nos narra, la fórmula preferida del profesor, es una inteligente mezcla entre las matemáticas y la vida humana que subyace detrás. En esencia, la narradora de la obra, una asistenta, madre soltera nos narra las peripecias de su trabajo en la casa de un viejo profesor de matemáticas que, tras un espantoso accidente, tiene una memoria de 80 minutos de duración. El profesor, un enamorado de los números, que en su juventud fue catedrático e hizo importantes avances dentro del campo de la teoría de los números, se acaba encariñando con la asistenta y con el hijo de 10 años de esta, al que apoda Root (raíz cuadrada en inglés) por la peculiar forma de su cabeza. Juntos todos ellos, a través del béisbol y las matemáticas, van adaptándose a la vida y aprendiendo curiosidades sobre los números, el amor, la amistad y la vida en general. Y hasta aquí puedo hablar sin desvelar nada esencial. Pero si puedo contaros que las lecciones que se dan en este libro no solo tienen que ver con números y ecuaciones. Aparece lo humano pero también lo divino. Y el lazo que los une en cada uno de nosotros. Lo realmente portentoso de las matemáticas es que ocultan toda la belleza del universo, incluida la nuestra. Aunque para poder apreciarlo, es imprescindible entender su lenguaje y comprender su significado. Este libro hace que sea un poco más sencillo todo eso, a la vez que cuenta una historia vital, cercana y muy humana con un final a la altura. Y es que solo los números pueden dar lugar a un desenlace emocionante, reflexivo y abierto como la existencia.
En resumen, la fórmula preferida del profesor, es una gran obra llena de ternura, humanidad y, por supuesto, números. Que las matemáticas en este libro no desanimen a nadie. Su presencia, más que justificada, está muy bien explicada y aplicada de forma reseñable en numerosas ocasiones, como el caso del baseball, deporte que le debe entusiasmar a la autora, ya que en gran parte del libro se habla de él. Por lo tanto lo recomiendo y, aún más en los tiempos en los que vivimos. Una novela optimista y vital que te permite echarle un vistazo al “cuaderno de Dios” y ver cuanta belleza nos rodea todos y cada uno de nuestros días.
Se trata de un relato sincero e intimista, sencillo y sin pretensiones. Tal vez en eso radica su éxito. Sin embargo, a mí no me ha llegado tanto como podría haber esperado en un primer momento.
La ternura de ciertos pasajes torna irrealidad en otros y no estaba preparado para ello.
Me pareció una novela encantadora, no es de las historias que te atrapan y no puedes dejar, al contrario tiene una especie de lentitud de calma, que se hace hermosa de leer y que trasmite el cariño entre los personajes.
Promete, cae, vuelve a remontar, y cae para remontar con un buen final. No hay que esperar mucho más que una historia bien escrita, que no es poco en la época que corre.
Es una obra aburrida, parece prometer más de lo que realmente es finalmente. Una historia insípida de una asistenta, su hijo pequeño y el cliente al que tiene que atender, el cual está obsesionado por las relaciones entre los números y tiene una memoria que dura 80 minutos.
Aunque se lee fácil - salvo cuando hablan de números y del béisbol -, no aporta nada interesante.
Desde mi época de estudiante que no me iba a dormir intentando resolver un problema matemático y esto me ha vuelto a pasar leyendo este libro, porque si estáis pensando leeros este libro saber que las matemáticas en general y los números en particular son un componente muy importante de la novela, pero claro la novela da para mucho más. La trama del libro es sencilla, cotidiana y está llevada por la autora con mucha ternura, es una novela positiva porque lo que puedes aprender de ella siempre es en beneficio del lector y no me refiero solo a las matemáticas sino al buen comportamiento, al respeto, al sentido de responsabilidad, al amor por el prójimo que transmiten los personajes de la novela.
La vida cotidiana de una sirvienta y su hijo con un profesor de matemáticas que padece una extraña amnesia, sirven para tejer una historia sensiblera y mal contada. Los acontecimientos mundanos de estos personajes se suceden sin pausa, no consiguiendo mantener un interés excesivo por la historia.
La autora relata los hechos de forma desordenada, sin crear un hilo argumental que estructure adecuadamente la novela. La historia al final recuerda a tantas otras que buscan la sensiblería como principal arma de atención, desafortunadamente sin conseguirlo.
Afortunadamente, aunque poco a poco, la literatura que nos llega de Oriente se abre camino en nuestra sociedad. La diferencia entre nuestras culturas es enorme pero eso no quita para que, gracias a buenas traducciones como la de Yoshiko Sugiyama y Héctor Jiménez Ferrer, libros como LA FÓRMULA PREFERIDA DEL PROFESOR, dejen su huella. Una asistenta del hogar nos cuenta cómo es su trabajo con un anciano profesor de matemáticas que, tras un accidente, sólo tiene una memoria de 80 minutos y vive atascado en 1975. El punto de unión entre el profesor y la realidad será "Root", el hijo de la asistenta. Una hermosa narración "matemática" de la vida.
Al empezar este libro pensé que escondía algo más, pero parece ser que se queda con una sencilla historia que sirve de excusa para exponer distintas relaciones entre los números. No soy capaz de ver en ello la poesía o el interés que la obra pretende; así que me he quedado a medio camino, a penas un centenar de las trescientas páginas que contiene.