Resumen y sinopsis de La vida privada de los árboles de Alejandro Zambra
Verónica tarda, Verónica se demora inexplicablemente y el libro sigue hasta que ella regrese o hasta que Julián esté seguro de que ya no volverá. Hacia el final, Julián quiere escribir y no ser escrito, pero esperar es dejarse escribir: esperar es seguir una constante deriva de imágenes. Entonces la historia comienza mucho antes de esa noche última, tal vez una tarde de 1984, con la escena de un niño mirando televisión. Y termina con las inevitables conjeturas sobre la vida de Daniela, la hija de Verónica, a los veinte, a los veinticinco, a los treinta años, cuando ha pasado mucho tiempo desde que su padrastro le contaba historias sobre los árboles. ¿Por qué leer y escribir libros en un mundo a punto de quebrarse? Esta pregunta ronda cada página de La vida privada de los árboles, una novela que confirma a Alejandro Zambra como uno de los escritores más interesantes de las nuevas generaciones.
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El escritor Zambra ha encontrado un estilo muy personal, original por lo intenso y por una prosa prístina, rayana en lo poético, hecha de cotidianidad, pero al mismo tiempo burlona, crítica e íntima. Plantea una nueva estética en el campo de la novela corta autoficcional. Sabe escribir sobre las vicisitudes de la clase media chilena, agobiada por un trabajo absorbente y a menudo múltiple (el protagonista, Julián trabaja en 4 universidades de lunes a sábado enseñando la literatura y el fin de semana se dedica a escribir), el relato evoca cierto tedio de la clase media chilena y ciertas lacras ancladas en la sociedad como por ejemplo la importancia del color de la piel (mientras más blanca, mejor) o el hecho de no reivindicar muertos en las familias durante el período de la dictadura militar (1973-1990).
El protagonista es Julián, 30 años, profesor de literatura y escritor de fin de semana, casado con Verónica que a su vez estuvo casada 3 meses con Fernando del cual tuvo una hija, Daniela, hoy en día de 8 años para la cual Julián es el padrastro. El relato abarca una noche en que Verónica no vuelve de su clase de dibujo y Julián hace dormir a la niña contándole como de costumbre, cuentos bajo el título de La vida privada de los árboles. Una vez que la niña se duerme, Julián cavila sobre sus relaciones sentimentales: otrora con Karla (que literalmente lo echó de su casa) y hoy día con Verónica. También cavila con la posibilidad de imaginar a Daniela adulta leyendo su libro Bonsái (una fenomenal puesta en abismo).
Página 16 el narrador nos plantea la posibilidad que la novela se termine si Verónica regresa:…cuando ella regrese la noche se acaba. Pero mientras no regrese, el libro continúa. El libro sigue hasta que ella vuelva o hasta que Julián esté seguro de que ya no va a volver…
Y llega la mañana y Verónica no regresó. Julián parte con la niña al colegio y el lector se pasa la película con el final de la historia. ¿Es el inicio de una nueva etapa sentimental en la vida de Julián? A cada lector sus conjeturas.
Un escritor aparte Alejandro Zambra, porque diferente y con un estilo estilizado que va a lo esencial eliminando lo superfluo y bañando en la metaliteratura. Le gustan las frases lapidarias. En Bonsái nos había amenazado con...al final Emilia muere y Julio(¿el alter ego de Julián?) no muere. El resto es literatura. Y en este libro tenemos...cuando ella regrese la novela se acaba…Y sanseacabó porque no regresó.
Excelente novela de amor, biografía, historia de Chile, recuerdos,... En su brevedad, acierta, acierta y acierta. Zambra muestra un derroche de literatura en tan poco espacio que a uno se le caen los pantalones.