Resumen y sinopsis de Absurdistan de Gary Shteyngart
Bienvenido a Absurdistán, reino del petróleo y la ambición desmedida.«Esta novela es tan vigorosa, tan segura de su brutal superioridad, que sólo respirando, sudando, estando frente a ella, se puede percibir su grandeza.»
The New York Times Book Review
«Una viva inteligencia brilla en cada página.»
«Una inteligente sátira que entretiene de principio a fin; será difícil encontrar este año una novela política más divertida y aguda que ésta.»
Librería Powells
· La crítica ha dicho «La gráfica y burlona sátira de Shteyngart es un reflejo de cómo se vive el sueño americano en las hambrientas nuevas democracias. Su complejo y simpático protagonista es digno de ser comparado con los personajes legendarios de la literatura americana.»
Publishers Weekly
«Comparado con la mayoría de novelistas de su edad, Shteyngart es un gigante a lomos de un caballo. Alcanza mayor profundidad, observa con más agudeza y llega donde quiere con mucho más aplomo.»
The New York Times Books Review
«Absurdistán es mucho más que una novela hilarante; es un reflejo de un momento cumbre en la historia de la locura humana. Nadie como Shteyngart es capaz de narrar la transición del infierno del socialismo al infierno del capitalismo.»
ALEKSANDAR HEMON
«Absurdistán es una magnífica sátira de la nueva oligarquía rusa, del estilo de vida americano, y de la megalomanía, consumismo y afán por explotar a pequeños países que comparten ambas naciones.»
The Washington Post
«Una sátira profundamente divertida, genuinamente conmovedora y completamente adorable.»
Time
Decidí leerme el libro porque en una reseña relacionaban a su protagonista, Misha Vainberg, con Ignatius Reilly, de La Conjura de los Necios. Desgraciadamente, sólo lo copia en lo repugnante. El humor y la ironía de Toole están en este libro, pero de manera más mermada. No quiero decir que sea un mal libro, pero ni de lejos se puede comparar con la obra maestra que es La conjura. Las partes críticas con la sociedad capitalista-democrática son acertadas e hirientes. Lo más divertido, para mí, fue descubrir que el propio autor se había metido en el libro como un profesor universitario odiado por Misha. Brutal la retahíla de vituperios con los que se autoflagela.