Resumen y sinopsis de El invierno en Lisboa de Antonio Muñoz Molina
Esta historia es un homenaje al cine «negro» americano y a los tugurios en donde los grandes músicos inventaron el jazz, una evocación de las pasiones amorosas que discurren en el torbellino del mundo y el resultado de la fascinación por la intriga que enmascara los motivos del crimen.
Entre Lisboa, Madrid y San Sebastián, la inspiración musical del jazz envuelve una historia de amor. El pianista Santiago Biralbo se enamora de Lucrecia y son perseguidos por su marido, Bruce Malcolm.
Mientras, un cuadro de Cézanne también desaparece y Toussaints Morton, procedente de Angola y patrocinador de una organización ultraderechista, traficante de cuadros y libros antiguos, participa en la persecución.
La intriga criminal se enreda siguiendo un ritmo meticuloso e infalible. El Invierno en Lisboa confirmó plenamente las cualidades de un autor que se cuenta ya por derecho propio entre los valores más firmes de la actual novela española. El invierno en Lisboa fue galardonada con el premio de la Crítica y el premio Nacional de Literatura en 1988 y fue llevada al cine, con la participación del trompetista Dizzy Gillespie.
Ha participado en esta ficha: bclaudia
Me ha parecido una novela narrada con un lirismo excesivo, con una prosa innecesariamente recargada y ampulosa. El escritor es consciente de su amplitud de recursos pero en ocasiones incurre en la fatuidad y la petulancia, resultando en ocasiones hasta cursi.
Muchos diálogos están estereotipados totalmente, lugares comunes antes vistos o leídos en la amplitud de novelas o películas que nos ha dejado el género negro.
La novela pierde fuelle al preocuparse más el escritor en emperifollar la narración en exceso que en incidir en los hechos, o mejor dicho, en la acción, que es algo que siempre ha caracterizado a las buenas novelas del género.
Me ha parecido un libro algo monótono. En la primera parte, las acciones de los personajes parecen quedar relegadas a un segundo plano, tomando importancia los sentimientos y pensamientos de los protagonistas ante lo que les ocurre, contado con lo que a mí me ha parecido un abuso de analogías y metáforas -en un mismo párrafo he llegado a contar 4 "cómo" que relacionaban pensamientos o situaciones que eran "como" otros instantes-. La novela toma especial interés hacia el final, que es cuando hay algo más de movimiento y acción.
Hipnótica, muy bien ambientada en Lisboa y San Sebastián. Novela negra (que no policíaca o de asesinatos aunque haya una pistola por medio) donde es casi más importante el cómo se cuenta que el qué. Puede resultar pesada y defraudar el final. A mí me recordó en algunos aspectos a Murakami.
Mejor que Beltenebros pero igualmente ramplón. Le falta algo de claridad en su narración.
[...En mi memoria aquel verano se resume en unos pocos atardeceres de indolencia, de cielos púrpura y rosa sobre la lejanía del mar, de prolongadas noches en las que el alcohol tenía la misma tibieza que la llovizna del amanecer...]
"El imbécil" y Manolito Gafotas nos presentaron una anodina tarde de domingo, de esas en las que no apetece salir a la calle pero agobian las cuatro paredes de la habitación y decides coger cualquier libro que te hayan recomendado fervientemente para escapar. Apenas recuerdo los prolegómenos. Tan sólo sé que ingerí la tisana de letras versadas en lo que tú veías en Manhattan desde sus ventanas y deseé presenciarlo por mí misma sin testigos de cargo. Era un lenguaje plúmbeo, aunque no lo suficiente como para impedirme volar hasta allí. Tampoco para, posteriormente, seguirte hasta Lisboa sin un atisbo de conocimiento sobre lo que encontraría en aquella ciudad durante la estación invernal. Si acaso el Premio de la Crítica Literaria, el Premio Nacional de Literatura (1988) y tu consagración como Académico desde 1995 en la RAE. Y un texto que sería llevado al cine por Jose Antonio Zorrilla, con el trompeta Dizzy Gillespie y actores españoles de peso como Eusebio Poncela o Fernando Guillén.
«Existe un momento en las separaciones en el que la persona amada ya no está con nosotros», arguye Flaubert en La educación sentimental y tú rememoras en el prólogo.
Homenajeas al cine «negro» americano logrando, a través de un soberbio manejo del lenguaje, sumergirnos en noches de bourbon y humo de cigarro a ritmo de jazz, con algunos guiños a Casablanca y empleando un hilo conductor en base a la tensión pasional de dos personajes: Santiago Biralbo y Lucrecia, y la red mafiosa que les atrapa. Sin embargo, en ocasiones tu dominio te juega malas pasadas, ya que tanto el preciosismo como la reiteración de ideas sugerentes empleadas obligan a que el lector continúe a tu lado a contracorriente en lugar de permitirle fluir. Por otro lado, el nudo y el desenlace prácticamente entroncan al final de la historia por lo que, ante tanto obstáculo que esquivar, entiendo que muchos de tus seguidores den por finalizado el camino previa llegada a la meta.
En cualquier caso, y aunque el lector se detenga a mitad del cénit de esta obra maestra, el mismo trayecto no le dejará indiferente por descripciones como la siguiente: «en las mañanas de los domingos invernales hay en ciertos lugares de Madrid una apacible y fría luz que depura como en el vacío la transparencia del aire, una claridad que hace más agudas las aristas blancas de los edificios y en la que los pasos y las voces resuenan como en una ciudad desierta».
Fue comenzar a leer las primeras líneas del libro y tener la sensación de estar viendo una película tipo Casablanca, con Humphrey Bogart en uno de esos bares oscuros, con el humo de los cigarrillos, un piano… Desde el principio tuve la sensación de estar ante un libro fenomenalmente escrito, genial en la forma y en el ritmo narrativo, pero algo más flojo en el fondo. De hecho la historia en sí no me llegó a convencer porque hasta bien avanzados los dos tercios del libro aún no sabía por qué estaba huyendo Lucrecia.
Supongo que para lectores que buscan una historia con más ritmo El invierno en Lisboa puede hacerse algo pesado, incluso plúmbeo, pero ya digo que la descripción de los ambientes nocturnos, deja la historia en un discreto segundo plano. Humo de tabaco, luces de neón, jazz, Bourbon y alcohol, una mujer fatal, persecuciones, pistolas, pasados oscuros, futuros inciertos están genialmente retratados.
La historia es muy interesante, pero no logra concretarse al 100%. Tiene un buen final, al menos no es esperado ni obvio.
Aunque me pareció entretenida, no me acabó de encajar el típico ambiente de novela policíaca americana en la península ibérica, donde se desarrolla la historia. Una atmósfera algo menos sombría quizá hubiese resultado en una novela más fresca y menos previsible y en cualquier caso más realista.
Soporífero, pesado. La historia no tiene ningún aliciente. Lo único bueno es reconocer algunas partes de Lisboa en el libro o el ambiente de jazz y bares oscuros que escenifica.
Es un libro de música Jazz y la intriga sobre dos personas que están enamorados pero que al final...
Es como todo una historial para no olvidar nunca...