Resumen y sinopsis de Beatus Ille de Antonio Muñoz Molina
Juego de falsas apariencias y medias verdades que terminan por desvelar una sola verdad última; Beatus Ille reveló a uno de los jóvenes narradores más rigurosos y mejor dotados de nuestra literatura actual.
Minaya es un joven estudiante, implicado en las huelgas universitarias de los años 60, que se refugia en un cortijo a orillas del Guadalquivir para escribir una tesis doctoral sobre Jacinto Solana, poeta republicano, condenado a muerte al final de la guerra, indultado y muerto en 1947 en un tiroteo con la Guardia Civil.
La investigación biográfica permite a Minaya descubrir la huella de un crimen y la fascinante estampa de Mariana, una mujer turbadora, absorbente, de la que todos se enamoran. Envuelto por las omisiones, deseos y temores de los habitantes del cortijo, Minaya se acerca lentamente hacia la verdad oculta.
La indagación del protagonista de Beatus Ille permite al autor una delicada evocación literaria, de impecable belleza expresiva, con técnica segura y eficaz, de una época, de una casa y los personajes que en ella viven y se esconden.
Han participado en esta ficha: samucga bclaudia
Lo primero que destaca en este debut literario de M. Molina es su virtuosismo técnico, con un pie en la narrativa experimental de principios del siglo XX y otro en el folletín, el cine y la novela policíaca, dando como resultado una compleja historia que sucede en varios tiempos, desde la época anterior a la guerra civil hasta los años finales de la dictadura, pasando por la difícil posguerra y la militancia política clandestina del bando perdedor. El joven Minaya huye y en su huida investiga la vida de un desconocido poeta republicano que le llevará a desenterrar el pasado, a conocer a quienes a su vez conocieron a este; poco menos que sombras vivientes de un tiempo extinguido, pero gracias a ellos descubrirá más, mucho más de lo que pensaba descubrir… Novela de personajes que escapan, a veces de sí mismos, escindidos, ausentes, en unos ambientes que no les pertenecen, tristes víctimas del recuerdo, de unos amores tortuosos, con el abismo de las clases sociales muy presente, así como el desengaño de la lucha ideológica y la desmitificación de los grandes héroes e intelectuales de los tiempos de la guerra, mostrándose las bajezas de ambos contendientes, la persecución, los azares que marcan los destinos de unos y de otros.
Gran juego de ficciones, de verdades a medias, se aborda la cuestión de la escritura y la creación literaria, del arte (pintura, escultura...) que deforma la realidad, llevándonos a un territorio de incertidumbre que comienza ya con el título del libro, cuya autoría se ve irónicamente cuestionada; en su corazón late un enigma detectivesco que se contagia al propio relato, siendo necesario para el lector reconstruir, dar sentido a un enigma que va más allá del “¿quién mató a…?” mediante las pistas que nos ofrece un narrador escurridizo, incierto, cuya solución quizá sólo la alcancemos al final de una intrincada trama de informadores y de manuscritos encontrados. La identidad, la memoria, el deseo, la Historia, con y sin mayúsculas, un mundo desaparecido. La exaltación de las gentes humildes, nunca del todo al margen de los conflictos, de la cárcel de la infancia evocada como paraíso. El erotismo y la feminidad, otro misterio en sí mismo. Fundamental la presencia de unos entornos concretos, de la mansión, profusamente descrita cual mausoleo, pero sobre todo de la ciudad ficticia, aunque real en su inspiración, de Mágina (Úbeda), una Ítaca particular evocada cual fantasma, cuyas calles y plazas, cuya presencia, impregna toda la narración.
El tratamiento del tiempo, por su parte, va más allá de la mera sucesión de flashbacks; es un tiempo fluido y que se mueve en círculos, similar a una estructura de voces superpuestas, dudosas, de seres atrapados en dicho fluir, rumiando sus penas, sus desgracias y sus secretos en un ambiente de decadencia y ruina, siempre iguales pero distintos a quienes una vez fueron. La presencia de los relojes es continua y muy simbólica, de modo semejante a la de los espejos, que distorsionan la vida real, las apariencias, que establecen paralelismos. La escritura es torrencial y rehúye los puntos y a parte, como corresponde a la continua evocación, al laberinto literario que nos proponen cual rompecabezas, quedando así justificada la forma algo difícil de la obra, su considerable densidad estilística, que empacha cual sobredosis de exquisita prosa, abundante en metáforas, comparaciones y oraciones subordinadas, de tono constantemente lánguido y melancólico que quizá exige una lectura atenta, paciente, saboreando los detalles más insignificantes… queda, en resumidas cuentas, la creación de una galería de personajes sumamente novelescos en su caracterización, pero memorables y muy vivos.
El primer libro de Muñoz Molina resulta ser un libro perfecto. Mi libro favorito, quizás por eso sea algo imparcial al escribir esta reseña. Una historia perfecta que está envuelta en una prosa que te atrapa, algo difícil de seguir, pero estéticamente perfecta.
Es un libro que cuesta leer, pero en el que te puedes perder de una forma maravillosa, que hace que lo disfrutes aún más. Merece la pena el esfuerzo.
No me gustó, la historia es interesante, pero el libro es muy lento y contiene demasiadas descripciones.
Me gustó bastante el libro; la trama estaba bastante conseguida (giros inesperados, bastante originalidad), los personajes eran fáciles de entender, pues había muchos paralelismos entre unos y otros que te permiten pensar en dos personajes como en uno solo, y al mismo tiempo conseguían sorprenderte. También rápida de leer y absorbente por su estilo de "detectives" de los años 50, que es entretenida. Al mismo tiempo la enrevesada historia de amor (o las dos historias de amor) añade tensión y curiosidad.
En general me pareció un gran libro y la forma de escribir de Muñoz Molina es ligera, aunque a veces abusa de enumeraciones y adjetivos innecesarios, y se adentra en una especie reflexiones que no llevan a ninguna parte. Se ven claramente sus preferencias a la hora de escribir; paralelismos temporales, situación en la guerra civil, personajes atormentados, final abierto... Todo un poco metafísico. El principio tampoco me gustó mucho, y estuve a punto de dejarlo, pues no se entiende absolutamente nada hasta que te lo has acabado, y aún habiéndolo releído tras terminar el libro, es demasiado abstracto.
Aquí mi humilde opinión sobre uno de los grandes autores contemporáneos de nuestro país.
La acción de Minaya se confunde con la de Jacinto Solana -sobre el cual pretende escribir-, salvando los treinta años que les separan y el conjunto deviene interesante y revelador.
Un joven que acaba de salir de la cárcel, vuelve a su pueblo natal (otra vez Mágina) en los años sesenta, para escribir una tesis sobre un escritor maldito paisano suyo muerto dos décadas antes. Comienzan así a mezclarse historias, personajes y tiempos diferentes pero con trasfondos comunes. En este relato, el autor introduce elementos sorpresivos de novela negra en un escenario claustrofóbico, con claroscuros procedentes del cine clásico de intriga, gustándose en retratos sepias al estilo de "El Jinete polaco", si bien, aquí no alcanza su brillantez, Con un desenlace ingenioso, la obra incluye momentos demasiado planos, especialmente en su segunda parte.