Resumen y sinopsis de La parte maldita de Georges Bataille
La obra que hoy traducimos puede leerse en una doble clave -materialista y monista-: por todas las partes del globo en las que se desarrolla la existencia, ya sea animal o vegetal, no hay más que una única fuerza desplegándose y produciendo un excedente destinado a la destrucción. Pero, en el hombre, esa fuerza lejos de mostrarse tal como es -es decir, en su carácter informe- aparece reducida a la estrechez de una forma: la vida dentro de los límites de lo útil que lo ata a su aislamiento, su cerrarse sobre sí. Pero el ser humano produce mucha más energía que la que necesita para subsistir y ese excedente no puede más que derrocharlo inútilmente. Se trata de la dilapidación y del gasto improductivo: la exuberancia de la vida más allá de los límites del mundo profano del trabajo fundado en prohibiciones y tabúes. Se trata del registro del instante, de la eternidad, más allá de la ordenación espacio-temporal de los trabajos y los días. En fin, del mundo sagrado, de la existencia sin más reparos que su propia enunciación: la risa, las lágrimas, el amor, el arte y la muerte. Sin esta exposición radical que realiza Georges Bataille, en La parte maldita, del despliegue de las fuerzas del hombre sobre la superficie de la tierra se pierde de vista cuál es la función de la triple dimensión religiosa-erótico-artística que abre al hombre al más allá de la utilidad. Más allá que, en sentido estricto, es el más acá: la intimidad perdida o los instantes soberanos. Por eso, La parte maldita puede leerse como clave para estructurar un proyecto mayor: dar cuenta por un lado de los procesos de formación de la subjetividad humana (escindida entre la utilidad y el gasto), revisar la situación presente del hombre involucrado en las operaciones de gastos útiles o inútiles, serviles o soberanos; y postular una programática: recuperar la soberanía, no ya como prerrogativa de los estados, sino como la conquista de todos aquellos que alguna vez poseyeron la magia de lo sagrado
Al servicio de la Humanidad
(reseña de La Parte Maldita, de Georges Bataille, hecha por el traductor)
Georges Bataille (1897 - 1963) un archivero francés dotado de una muy notable curiosidad intelectual, autor de novelas nada literarias y de factura simbólica, tuvo en su juventud una crisis de carácter místico como consecuencia de la cual sintió la tentación de recluirse en un convento. Superada, se engolfó en el estudio y en la práctica del erotismo como vía de canalización del excedente de energía/materia que padece la Tierra, un planeta cuya limitada disponibilidad de espacio agrava el mencionado problema del excedente. La Noción de Gasto, ensayo publicado en 1933 en el nº 7 de la revista de inspiración trotskista La Critique Sociale, constituye su primera aproximación al mencionado problema motivado por las conferencias que Marcel Mauss estaba pronunciando entonces sobre El Don. Las tesis del artículo chocaron con el equipo de redacción, el cual amenazó con publicar una réplica, pero esta nunca fue publicada. Años más tarde, impactado Bataille con la donación que supuso el Plan Marshall en 1947, volvió al temario de La Noción de Gasto y escribió La Parte Maldita, publicada en 1949. Bataille tenía en proyecto escribir una trilogía sobre lo que podemos llamar la teoría del excedente de energía/materia que soporta la Tierra y sus consecuencias vitales para la Humanidad debido a su innegable limitación espacial. La Parte Maldita es el primer volumen de la trilogía. Durante tiempo se pensó que la trilogía no tuvo continuación pero como traductor de la obra al castellano sostengo que la segunda parte sí fue publicada, y lo fue bajo el título de El Erotismo. La tercera parte, aunque fue iniciada, nunca llegó a terminarla. Bataille reconoció en una entrevista que le hizo Marguerite Duras, publicada por France – Observateur en 1957, que acababa de publicar L’ erotisme, como digo la segunda parte de la trilogía, y que estaba trabajando en Nietzsche et le comunisme, obra que sería la tercera. Pero la muerte le alcanzó antes de terminarla.
El pensamiento de Bataille en materia de economía se contiene en las dos obras que recopiló Les Editions de Minuit en 1967 y que recoge la versión española publicada por Icaria en 1987 editada por Francisco Muñoz de Escalona, a la sazón investigador del CSIC. El editor pretendía al poner una obra tan singular como esta en manos de sus colegas economistas la existencia de un pensamiento como el de Bataille que, si bien no logró alcanzar el nivel de acabado que el autor pretendía, sí consiguió delinear de forma aproximada el núcleo de un paradigma económico alternativo, el que se basa en la evidencia de que la Humanidad no está aquejada como cree desde hace milenios por el problema de la escasez sino por su contrario, el problema de la abundancia. Bataille generaliza la economía más allá de la que realizó John Maynard Keynes en 1936 con su revolucionaria Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero. Bataille fue mucho más lejos que Keynes de forma que puede decirse que desarrolló los prolegómenos de una anti economía, un pensamiento con base en la Física por una parte y en la Antropología cultural por otra combinando ambas ciencias para reflexionar sobre algo que las trasciende: el proyecto humano. Para Bataille la meta del hombre no puede ser otra que la reconquista de la soberanía perdida como consecuencia de su aventura, iniciada bajo la falsa creencia de que estaba sometido a la escasez a pesar de vivir en plena abundancia. Ha sido recientemente, gracias a los avances de la Física, cuando se ha podido acabar con el mito de la escasez. Bataille aprovechó esta avance de la Física para poner sobre el tapete la urgencia que la humanidad tiene de desarrollar unas instituciones acordes con la evidencia física de la abundancia de energía/materia y por ende aptas para gestionarla al servicio de la realización del proyecto humano, consistente como digo en la reconquista de la soberanía perdida hace dos millones y medio de años. Han pasado más de sesenta años desde que Bataille publicó La Parte Maldita pero los pensadores aun no se han percatado de que cada vez es más urgente que los científicos desarrollen su pensamiento para, como dijo en 1934 el economista Henry Clay, eliminar los obstáculos que vienen impidiendo que la Humanidad consiga ser feliz. Ni más ni menos.