Resumen y sinopsis de Treinta y cero de Lisa Jewell
Cuando Delilah se cruza de nuevo en el camino de Dig Ryan, la caprichosa jugada del azar pone de los nervios a Nadine, cómplice y colega de Dig desde el instituto. Juntos han compartido vacaciones, mudanzas, desengaños amorosos, resacas, pizzas de domingo por la noche... Ya en el colegio Delilah era la pesadilla de Nadine y ahora regresa poniendo en peligro su relación con Dig. Claro que, ya es hora de admitir lo que antes se negaba: Nadine está enamorada de Dig y, de hecho, ¡siempre lo ha estado! Y la mejor prueba es que empieza a comportarse del modo más torpe e infantil posible.
Treinta y cero, es un ejemplo representativo de un género en decadencia como es la comedia romántica. Jamás termina de enganchar y su historia, previsible y poco atractiva, deja indiferente y aburrido al pobre lector que se atreve a aventurarse a través de sus páginas.
Confieso que su autora, Lisa Jewell, me deja indiferente. Su calidad literaria es más bien mediocre. Llena sus libros de un estilo correcto, con descripciones más o menos acertadas, pero falla irremisiblemente en el desarrollo argumental y sus personajes planos y superficiales, incapaces de gustar a nadie.
La historia es un cliché en toda regla. Dos amigos que llevan a sus espaldas cientos de parejas fallidas, ven como su relación cambia cuando aparece un antiguo amor de uno de ellos. A partir de ahí, la trama se vuelve insípida, pesada, predecible y, sobre todo, repetitiva. Además si sabéis sumar dos más dos, podréis adivinar el final de la novela. Un estúpido desenlace con tanta felicidad que es difícil de creer.
En resumen, Treinta y cero es uno de esos bodrios con los que la literatura Chick-lit nos castiga de vez en cuanto. Es más, me sorprende que todavía no hayan hecho una adaptación televisiva, por que material hay de sobra para otra tediosa película sobre lo tonta que es la gente y lo bonito (supuestamente) que es el amor.